Por falta de inversión en transmisión, empeorarán apagones en el país

Como las inversiones en transmisión toman años, los apagones que han ocurrido por las olas de calor solo serán más comunes en el tiempo.
24 Mayo, 2022 Actualizado el 24 de Mayo, a las 21:29
Los apagones también serán más graves conforme aumente la temperatura y la demanda eléctrica (Foto: Gobierno de Tabasco)
Los apagones también serán más graves conforme aumente la temperatura y la demanda eléctrica (Foto: Gobierno de Tabasco)
Arena Pública

La falta de inversión en el sistema de transmisión solo hará más comunes los apagones en todo el territorio mexicano.

En las últimas semanas, se han registrado varios incidentes de interrupción en el servicio de energía eléctrica a lo largo del país. En Nuevo León, Coahuila, Puebla  y Morelos se han registrado incidentes en algunas localidades, en Yucatán se espera que se empiecen a presentar en el corto plazo y, recientemente, un apagón generalizado de escala nacional afectó a más de la mitad de las entidades del país.

Muchos de estos apagones están directamente ligados a las crecientes temperaturas que están registrándose en el país, especialmente en los estados del norte. “Desde años atrás, en especial desde 2018-2019, se observa una problemática: El incremento estacional en el consumo de energía eléctrica por parte de los usuarios, especialmente al norte del país, por la temperatura. Siempre en épocas de calor hay un incremento en el consumo de energía eléctrica por el uso adicional, intensivo, de los equipos de aire acondicionado y refrigeración”, explica Federico Muciño, director general de la firma de consultoría Epscon.

Este mismo fenómeno también se está observando en otros países. En Estados Unidos las autoridades federales han advertido que las olas de calor y las temperaturas extremas podrían provocar apagones y cortes de energía eléctrica durante el periodo de verano. Y en Argentina, una reciente ola de calor que alcanzó temperaturas de hasta 40 grados, afectó a alrededor de 700 mil consumidores.

Sin embargo, en México el problema de fondo es la falta de inversión en los sistemas de transmisión del país. “Son dos grandes impulsores. Además del crecimiento de la demanda, está la falta de inversión en las líneas de transmisión […]. Si el crecimiento [de demanda y generación de energía eléctrica] no es proporcional en la red de transmisión, corres el riesgo que se te sobrecargue”, apunta Oscar Ocampo, coordinador de Energía en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Entre 2019 y 2033, tomando en cuenta el escenario de crecimiento económico más pesimista, debería darse un incremento del 2.7% anual en la demanda eléctrica nacional, según cifras del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen). Sin embargo, ya varios expertos han advertido que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no ha mostrado gran interés en hacer el desarrollo de esta infraestructura, un requisito indispensable para su expansión.

De acuerdo con Federico Muciño, el control, mantenimiento y expansión de la red nacional de transmisión “es una actividad exclusiva del Estado mexicano, a través de CFE Transmisión. Sí hay esquemas de inversión privada, pero solo mediante asociaciones público-privadas (APP) […]. No puede hacerlo un privado por sí solo […], se necesita la iniciativa de parte del Gobierno para establecer estas APP. Y de no ser así, la única otra opción es la inversión directa, completa del Estado a través de CFE Transmisión”.

La paraestatal, en su comunicación oficial, asegura que está orquestando varias inversiones para expandir la red de transmisión del país y así asegurar que se cumplan las condiciones para atender la creciente demanda de energía. Sin embargo, en sus reportes financieros se puede observar que los contratos de obra pública destinados a la red de transmisión se han reducido sustancialmente desde el inicio de la actual administración.

Para el 31 de diciembre de 2018, la CFE tenía firmados varios contratos de obra pública para líneas de transmisión y subestaciones, para una capacidad de 5 mil 267.51 megavolts-amperios (MVA) y con una inversión conjunta de 13 mil 682.45 millones de pesos (MP). Pero para el 31 de marzo de este año solo quedan contratos vigentes para incrementar la capacidad en mil 300 MVA, valuados en poco menos de 3 mil MP en conjunto.

El desinterés de la CFE por la inversión en transmisión podría responder, según Oscar Ocampo, a que la paraestatal realmente no considera este sector como algo prioritario en su estrategia de negocio. “Esta es una especulación: Dado que tienen el negocio garantizado en transmisión, tratan de incrementar su presencia, su pedazo de pastel en los mercados donde sí compiten, [como la generación], con medidas muy cuestionables. Pero creo que sí tiene que ver que nadie le está compitiendo con su participación en la red de transmisión porque tienes el monopolio legal. Y también porque hay una visión de CFE como empresa preponderante, verticalmente integrada, que les hace priorizar con tanto ímpetu la generación” y abandonar la transmisión, explica.

La CFE, por su parte, ya ha señalado a las generadoras renovables como las culpables de los apagones y problemas en las redes de transmisión. El experto del IMCO acepta que “las renovables sí te exigen más inversión en transmisión [por el tema de la variabilidad], pero la inversión no hubiera sido suficiente ni aunque le estuviéramos apostando a pura generación térmica tradicional”.

Y en última instancia, parece inevitable que los apagones continúen ocurriendo y haciéndose más comunes en México. No solo porque las temporadas de calor, con el cambio climático, deberían hacerse más frecuentes e intensas conforme pase el tiempo. También porque, de acuerdo con el directivo de Epscon, las inversiones en transmisión son a muy largo plazo.

“No hay ningún proyecto eléctrico que puedas iniciar el día de hoy y tener listo en seis meses. Ninguno de una escala relevante. Sin contar los mecanismos de aprobar el presupuesto y obtener las autorizaciones administrativas, si empezamos el día de hoy podríamos tardar hasta dos, tres años, en entrar en operación con un proyecto de transmisión […]. Es un tema que muchas veces no es compatible con los ciclos políticos, porque los frutos de la inversión no se ven sino hasta después, quitándole el atractivo político. Pero al final de cuentas, el sistema eléctrico no entiende de política. Y las cosas se tienen que hacer, o hay complicaciones” argumenta.