Distintos diagnósticos de un mismo paciente: la evolución de la pobreza en México

Los recientes resultados de la pobreza en México han arrojado todo tipo de conclusiones, pero ¿cuáles son los instrumentos más efectivos para abatir la pobreza en el largo plazo?
28 Agosto, 2025
Pobreza de ingresos.
Pobreza de ingresos.

En la psicología y la psiquiatría se presenta frecuentemente distintas apreciaciones sobre una misma paciente. Es común que una persona que acuda a tres diferentes doctoras y una le diagnostique neurosis crónica, otra una leve esquizofrenia y otra un desorden psicótico leve.

Con la publicación de los resultados de pobreza he leído también distintas apreciaciones al respecto; pareciera que nada separa la economía de las disciplinas de la psicología y la psiquiatría. Así, hay quienes ven un triunfo histórico sin precedentes (Esquivel, entre otros); otros aplauden, pero sugieren que no es suficiente (Cordera, por ejemplo); mientras que otros desdeñan el esfuerzo (Suárez Vélez, uno de ellos).

Para determinarlo es necesario revisar qué instrumentos son los más efectivos para abatir la pobreza. En una reseña bibliográfica realizada en 2013 en el “Journal of Economic Perspectives” el investigador N. Shady concluye que la evidencia sugiere que dos terceras partes dependen del ingreso, del entorno económico (inflación, crecimiento económico y estabilidad) y del fortalecimiento de capital humano (en especial educación y salud).

Asimismo, concluye que los programas sociales en el mundo pueden contribuir al alivio de la pobreza en una tercera parte

Pero cuando se analiza en detalle, se pueden separar acciones correctivas de corto plazo, y otras que toman más tiempo en fructificar. Y son estas últimas las que logran un alivio de la pobreza en el más largo plazo, es decir de manera estructural.

El caso mexicano es consistente con este resultado, en el corto plazo. En efecto, dos de los instrumentos que la alivian de una manera más inmediata son las transferencias sociales, y la elevación del ingreso, proveniente del incremento al salario mínimo. El grupo de economistas de Coppel calculó el efecto de las transferencias. Este se presenta en la gráfica siguiente:

Como ahí se observa, el impacto sobre la pobreza de las transferencias por programas sociales en 2024 se estima en 3.2 puntos porcentuales (pp) para la pobreza multidimensional, y de 1.6 pp específicamente en el caso de pobreza extrema.

Es decir, lo que explica en mayor medida es el incremento del ingreso laboral. Es decir, en este último periodo la disminución de la pobreza en 2024 se seguiría registrando incluso en el ejercicio hipotético de excluir los programas sociales de los ingresos que reciben los hogares.

Ahora bien, Shady sostiene que la evidencia sugiere que la construcción de capital humano, en especial el fortalecimiento de la educación y el acceso a la salud constituyen los elementos que pueden estructuralmente disminuir la pobreza. En adición, debido a la demografía, el crecimiento económico es el tercer elemento en esta ecuación. Sin este, es difícil alcanzar la reducción de manera sostenida y duradera.

Esta última parte es sobre la que nuestras autoridades deben trabajar horas extras. De otra manera, los innegables esfuerzos serán temporales. El que acá presento, es un tercer diagnóstico, para seguir con la psicología. Es uno que ni echa las campanas al vuelo, pero tampoco desdeña lo que se obtuvo.

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".

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