La clase media mexicana retrocedió una década de avances

6.2 millones de mexicanos salieron de la clase media entre 2018 y 2020 y más de 10 millones engrosaron la llamada clase baja, según cifras de Inegi.
16 Noviembre, 2021 Actualizado el 16 de Noviembre, a las 15:02
Autobús de pasajeros. El tener auto propio es una de las características más comunes de la clase media por encima de la baja. (Foto: Gobierno de Puebla)
Autobús de pasajeros. El tener auto propio es una de las características más comunes de la clase media por encima de la baja. (Foto: Gobierno de Puebla)
Arena Pública

La cantidad de mexicanos pertenecientes a la clase media se redujo drásticamente en el país desde el 2018, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Según el organismo,  la actualización de su ejercicio Cuantificando la clase media en México 2010-2020 -realizado por primera vez hace diez años- 6.2 millones de personas dejaron de pertenecer a la llamada “clase media”, entre 2018 y 2020. Es decir, actualmente 47.2 millones de mexicanos (37.2% de la población) son clasemedieros. En 2010 este porcentaje fue de 39.1% y en 2018 de 42.7%. 

Quienes dejaron este segmento de la población pasaron a engrosar el sector de clase baja de la población, que pasaron de 67.9 millones de personas en 2018 (55.6%) hasta 78.5 millones en 2020 (62%). 

Si bien, los datos del Inegi no profundizan en la razones detrás de la caída en el nivel socioeconómico de la población, la caída del ingreso, pérdida de empleo e incluso muertes de los proveedores de los hogares, puede relacionarse como un efecto directo de la pandemia de coronavirus en el país. 

La caída del empleo jugó un papel crucial en la salida de la clase media de muchas familias. Según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al cuarto trimestre del 2020, la proporción de hogares de ingresos medios -con un ingreso mensual de 22,297 pesos en promedio según el Inegi- contemplado entre el cuarto, quinto y sexto nivel de ingresos, se redujeron de 20.3% a 17.4%, de 10.1% a 7.6%  y de 3.6% a 2.6%, respectivamente.

Al contrario, los de bajos ingresos contemplados en el primer, segundo y tercer segmento, crecieron de manera acumulada de 65.5% hasta 72.0%.  

Este comportamiento se da a la par de un engrosamiento de las filas de la informalidad laboral de manera inmediata al rebote del tercer trimestre del 2020. La lenta recuperación del empleo formal -donde se ocupa la mayoría de la clase media ya sea como asalariado formal (55.9%) o bajo un puesto directivo 43.5%)- empujó a varios de los trabajadores desocupados a aceptar trabajos informales, de menor remuneración comúnmente. 

La diferencia de 10 puntos porcentuales entre la medición de la clase baja del Inegi y el nivel de ingresos del Coneval está relacionada con la medición adoptada por el instituto estadístico para realizar el ejercicio de medición.

Si bien, existen dos definiciones de la clase media que la relacionan directamente con el nivel de ingresos absoluto o relativo -en comparación al resto de la población-, el estudio del Inegi tomó en cuenta el nivel de consumo y gasto de los hogares, pues el subreporte de ingresos -normalmente por desconfianza- y la irregularidad del ingreso de la mayoría de la población, podrían jugar en contra de una medición correcta. 

No obstante, esta decisión metodológica también puede haber sido afectada durante la pandemia, pues el comportamiento en el consumo de los mexicanos fue mucho menor al de años previos y el dinero destinado a cada rubro fue diferente, como informó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares 2020. 

Desigualdad, aún más profunda

Si bien las razones detrás de este profundo retroceso no pueden ser señaladas de forma precisa con los datos actuales, lo que sí es visible son los resultados inmediatos.

El principal de ellos es el importante crecimiento de la desigualdad en el país. La clase media funge como una especie de punto de referencia para conocer si en un país la economía y políticas públicas permiten la movilidad social pues no solo son el punto medio como nivel socioeconómico, sino que también representan el éxito de modelos educativos y de desarrollo social. 

Según registra el Inegi, la clase media mantiene un gasto ocho veces superior al de la clase baja, lo que le permite aumentar el porcentaje de miembros de la familia con estudios superiores en más del doble que en los hogares de clase baja. Ello, a su vez, les permite -aunque no como una regla absoluta- obtener empleos de mayor calidad, empezando por la formalidad que en la región latinoamericana es de las más bajas en ese sector. 

Pero con el impacto de la pandemia, los esfuerzos de varias familias por sacar adelante la educación de sus hijos pudo haberse frustrado o retrasado por la necesidad de generar ingresos extra ocupando a los hijos estudiantes como proveedores adicionales para la familia. 

Con la caída de la clase media el aumento de la desigualdad en 2020 fue dramático, incluso si se considera que México ya era el segundo país de latinoamérica con mayor desigualdad. 

Según datos del Coneval el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos de 0 a 1 donde 1 es la desigualdad absoluta, pasó de 0.49 en 2019 a 0.52 al cierre del año de la pandemia.  

El número de mexicanos considerados dentro de la clase alta se redujo en casi 900 mil en la última década, de 1.919 a 1.023 millones; pero en los tres últimos años -entre 2018 y 2020- ésta caída ascendió a más de 800 mil, por lo que los mexicanos dentro de la clase alta -con ingresos cercanos a 78 mil pesos al mes- apenas representan el 0.8% de la población.

Por el porcentaje de familias, solo 8 estados cuentan con familias de clase alta por encima del promedio nacional (1.2% del total nacional), mientras que en 20 estados las familias de clase alta se encuentran por debajo del promedio.