“López Obrador es realmente un populista, un caso singular”: Michael Reid

Las ventajas de México por su vecindad con EU y la relocalización post Covid solo se aprovecharán con reglas del juego claras, dice el editor senior y columnista para América Latina de The Economist.
4 Junio, 2020 Actualizado el 4 de Junio, a las 14:41
Michael Reid, editor senior y columnista para América Latina de The Economist.
Michael Reid, editor senior y columnista para América Latina de The Economist.
Arena Pública

A estas alturas, América Latina ya es el epicentro de la expansión mundial del coronavirus con el mayor número de infectados por día en Brasil y México, los dos gigantes económicos de la región.

Llegar a esta situación no ha sido una sorpresa. Más bien es el desenlace de una tragedia en ciernes azuzada por presidentes que asumieron con desenfado la inminente llegada del virus, ante unas infraestructuras y condiciones sanitarias debilitadas para combatir una pandemia que estaba asolando Europa y Estados Unidos, dejando una estela de decenas de miles de muertes en el camino.

“Es preocupante. El manejo del virus ha sido terrible y Brasil está sufriendo las consecuencias. Los datos oficiales de México son, probablemente, los menos confiables en todas las Américas y el grado real de la epidemia en México es mucho más grande”, dice Michael Reid, el columnista sobre América Latina del semanario británico The Economist.

Ante los ojos europeos y del mundo, el drama brasileño ha ganado los titulares de terror de los medios que día a día develan el paso siniestro del virus mortal. “Es una ventaja para México que el manejo de la epidemia en Brasil ha sido aún más calamitoso por parte del presidente (Bolsonaro)”, reflexiona Reid a través de una video llamada desde Madrid, donde reside.

Pero si la grave crisis sanitaria que, a decir de los expertos, se encuentra en su punto más álgido en la región es preocupante por su alcance inmediato, también lo serán las duras consecuencias económicas y sociales que vendrán, como avalancha, para la mayor parte de la población. “Lamentablemente uno de los problemas de América Latina en este momento, es que los liderazgos políticos no son de la talla de la generación que dirigió la transición a la democracia en los 70, 80 y 90’s”, responde Reid, el editor senior que desembarcó en la prestigiosa publicación en 1990, cuando se le inquiere sobre la calidad del liderazgo en la región para enfrentar sus enormes retos inmediatos y de mayor alcance.

“América Latina es un paciente con una condición previa”. Así examina Reid el estado de salud en la que se encontraba la región cuando el virus la atacó. A la anemia que mostraba la región por la baja productividad y el escaso crecimiento económico de los últimos años, se añadieron los pobres resultados de la democracia y de sus políticos. Aquella anemia regional derivó en un amplio descontento social que se manifestó –dice Reid- en “la elección de populistas en Brasil y en México” y en protestas callejeras en varios países del subcontinente.

“Ahora la preocupación es que la recesión fuerte que el virus ha precipitado va a agravar ese descontento y el problema de falta de crecimiento y falta de inversión”, dice el periodista, analista y escritor.

Michael Read ha viajado y observado la región durante las últimas tres décadas, viviendo por largas temporadas en Brasil, Perú y México. Uno de sus libros más reconocidos, El Continente Olvidado, fue publicado en 2007 por Yale University Press, y revisado y actualizado en una nueva edición (2018) por Editorial Planeta bajo el título El Continente Olvidado. Una historia de la nueva América Latina.

 

 

Has dicho que te preocupan los gobiernos de Bolsonaro en Brasil y de López Obrador en México. En el caso mexicano, ¿cuál es tu evaluación después de año y medio de gobierno de López Obrador?

Él ha resultado ser exactamente como dijo que iba a ser. Es un hombre que tiene ideas fijas. Es realmente un populista. Como buen populista tiene necesidad del pueblo, casi ontológico. No es amigo del sector privado. Tiene la idea de una austeridad decimonónica. Tiene la capacidad de hacer creer a muchos mexicanos que él es honesto, sencillo, que está con ellos, pero todo indica que no tiene un entendimiento de las soluciones políticas para los graves problemas de México en seguridad, en falta de crecimiento económico y, ahora, en una política sanitaria adecuada para hacer frente al virus.

 

Decías en una entrevista, poco después de las elecciones en México, que aún querías ver si ese poder central que López Obrador quiere reconstruir, esa presidencia fuerte, va a ser democrática o no. ¿Cuál es tu apreciación ahora?

No hay duda que su proyecto es centralizar el poder más. Lo hemos visto con los superdelegados en los estados, con la canalización de las ayudas sociales a través de la Presidencia de la República, en su acercamiento a las fuerzas armadas, y pienso que hay una dimensión política en su abandono del sector privado. Si va a hacer democrático o no, depende mucho de México, de los mexicanos y las otras fuerzas políticas. El próximo hito son las elecciones de medio término, del año que viene, y la posibilidad que haya un referéndum sobre la Presidencia. Vamos a ver.

 

pienso que hay una dimensión política en su abandono del sector privado

 

¿Cuál es tu lectura de Andrés Manuel López Obrador?

Uno queda impresionado por la habilidad de comunicación del Presidente; por su empeño, energía, resiliencia. Pero por otro lado uno queda impresionado por este hombre que no quiere saber lo que pasa en el resto del mundo. Y repito, tiene ideas -casi decimonónicas- como su desconexión intelectual del mundo del siglo XXI. Es un caso singular, de un político fuerte, hasta ahora exitoso en términos de llegar al poder y mantener una popularidad. Vamos a ver cómo le va, le va a ser cada vez más difícil.

 

López Obrador ha hecho un crítica constante a la prensa extranjera ¿Qué apreciación te merece?

No me sorprende porque los populistas siempre necesitan enemigos para funcionar políticamente. Es un enemigo conveniente para él. En la medida en que las cosas se han puesto mucho más difíciles en México, su nivel de apoyo popular -si bien sigue siendo alto- ha bajado significativamente y probablemente seguirá bajando. Esa necesidad de negar las críticas  que, por lo general, la prensa extranjera se basa en realidades -uno mira los hechos- y esos hechos pueden ser inconvenientes para el Presidente. No me sorprende.

 

Te has mostrado en contra del determinismo institucional. La realidad es que la fragilidad de las instituciones son un factor relevante para el desarrollo de América Latina y de México, y lo será para la recuperación económica después de la pandemia. ¿Crees que México está ahora en desventaja en la competencia por los capitales debido a la calidad de sus instituciones?

Por supuesto que las instituciones son importantes, nunca he negado eso. Lo único que afirmé es que es un error pensar que la falta de un desarrollo exitoso se debe a un solo factor. Siempre es más complicado que eso, son varios factores, incluye ideas, por ejemplo, que es muy importante.

En cuanto a la inversión extranjera, México tiene la gran ventaja de la geografía, por lo menos el norte de México. Con Trump o sin Trump, con virus o sin virus, México siendo el vecino del mercado más grande del mundo. El repliegue en algunos aspectos de la globalización que empezó con la crisis económica de hace diez años, se va a intensificar a raíz del virus y va a ver una tendencia a que algunas cadenas de abastecimiento se van a relocalizar. Esa es una gran ventaja para México.

Pero si puede aprovechar esa ventaja depende mucho si hay seguridad jurídica o no, porque nadie arriesga su dinero si piensa que lo puede perder por factores que no son esperables. Evidentemente el Presidente con sus consultas sobre el aeropuerto y,  sobretodo, la consulta sobre la cervecera en Mexicali y con el cambio repentino de las reglas del juego para las energías renovables; el mensaje que está dando es que no hay seguridad jurídica en México. Eso sí va a afectar la inversión, inevitablemente.

 

De cara a 2021 ¿cuál es tu apreciación sobre el liderazgo empresarial mexicano y la oposición política?

Dime, ¿dónde está la oposición?, hasta ahora no la he visto. Tanto el PRI como el PAN quedaron bastante desacreditados por su paso por la presidencia. Una tarea básica en México es reconstruir una oposición y no he visto que eso haya comenzado. En cuanto a los empresarios, algunos son amigos del presidente, pero muchos me parecen que son corteses en público, pero en privado están muy preocupados. Es importante que una nueva oposición tiene que ser política y no empresarial porque el papel de los empresarios es otro. Va a ver un espacio político allí que algunos grupos van a tener que aprovechar.

 

Dime, ¿dónde está la oposición?, hasta ahora no la he visto. Una tarea básica en México es reconstruir una oposición y no he visto que eso haya comenzado

 

¿Crees que las consecuencias económicas de la pandemia favorezcan a AMLO electoralmente?

2021 va a ser un año complicado. En este momento no sabemos cuánto va a durar la recesión, cuándo puede haber recuperación, cuán fuerte o cuan débil va a ser. Simplemente no sabemos en parte porque no sabemos cuánto van a durar los confinamientos, no solamente en México. No sabemos cuánta recuperación habrá de la demanda externa.

Lo que sí sabemos es que lamentablemente va a ver un incremento significativo en la pobreza en México, en el resto de América Latina, y un incremento significativo del desempleo. ¿Qué impacto político va a tener? No sabemos. Pero es difícil ver cómo el Presidente puede incrementar su apoyo y popularidad en esas circunstancias. Si cambia radicalmente el panorama político, mucho depende si surge una oposición y qué tipo de oposición. O no.

 

 

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