¿Cómo se reduce la pobreza?

24 Febrero, 2022

Quiero dedicar esta breve columna a lxs millones de pobres mexicanxs que reciben recursos del gobierno pero que no obtienen oportunidades de una vida mejor por la vía de una mejor educación, salud, empleo y justicia; a los miles de burócratas que dan lo mejor de sí diariamente para echar a andar programas sociales que muy probablemente no tengan el impacto deseado y que desaparecerán con el tiempo sin pena ni gloria; y, a los hacedores de política pública que intentan combatir la pobreza, pero que no pueden pensar una mejor forma que transferir dinero para solucionarla.

Después de la pandemia de 2020 los indicadores de pobreza se deterioraron al pasar de 41.9% en 2018 a 43.9% en 2020, que implica un aumento en el número de pobres de 3.8 millones de acuerdo al Coneval. Peor aún, la falta de acceso a servicios de salud se incrementó en 12% durante el mismo periodo. El contrafactual sostenido por el CONEVAL es que tal vez sin el aumento en transferencias monetarias que impulsó la actual administración, el número de pobres se hubiera incrementado en 2.5 millones más.

Es decir, la reacción gubernamental evitó que el resultado fuera más catastrófico. Debe destacarse que las transferencias presumiblemente no llegaron a la población indígena y en áreas rurales remotas. Así, la pobreza fue más profunda en esas regiones. Este instrumento de combate a la pobreza pues, en general, no le llega al más pobre de los pobres.

El tiempo permitirá realizar una evaluación de la estrategia seguida por esta administración para evitar mayores daños a la economía. No queda claro si la estrategia de solo transferencias a la población vulnerable fue la vía correcta. Por ejemplo, una alternativa hubiera sido una estrategia mixta donde se combinara esas transferencias con apoyos al empleo para evitar despidos masivos.

Pero el problema de la estadística de CONEVAL es que solo cubre el 2020. La creciente falta de acceso a servicios de salud tendrá indudablemente un impacto sobre la pobreza en el mediano y largo plazos.

Segundo, si bien el empleo va recuperándose, éste disminuyó de “calidad” lo que demeritó el ingreso de la clase trabajadora no-calificada. Tercero, la educación a distancia de manera natural perjudicó a la base de la pirámide, debido a que no se contaba con el acceso a medios digitales. Esto último tendrá un impacto en el nivel de vida de esta población en el mediano y largo plazos.

Pero ahí no termina todo. Tengo la impresión, y así se refleja en el discurso y en el diseño de política económica y social, que la actual administración cree genuinamente que la pobreza se alivia solo con transferencias. El empleo no se menciona como un elemento importante en el abatimiento de la misma. Y el empleo solamente se genera con una mayor inversión.

Por ello, una política sostenible de alivio de la pobreza no puede darse solamente con transferencias monetarias, sino como parte de toda una política económica y social. Esto es, debe diseñarse de manera integral y armónica, con un engranaje fino, como de reloj suizo.

De ya lo digo, las transferencias en el corto plazo (preferiblemente dirigidas a población objetivo) pueden resultar muy útiles, pero deben complementarse NECESARIAMENTE con dos elementos cuyos resultados son de mayor plazo: el primero que incluya el mejoramiento del capital humano con equidad que es el que permite a lxs individuxs acceder a una vida digna; y el segundo una política que cree las condiciones necesarias para que los agentes nacionales y extranjeros inviertan su capital.

La construcción de un capital humano con equidad incluye un número de elementos como lo es el acceso a una educación de calidad, a servicios de salud eficaces y de magnitud, a una justicia asequible y eficiente, a una pensión (universal) digna, entre otros ejes rectores.

Por su parte, una política que cree las condiciones de inversión requiere desde una política fiscal competitiva, acceso a infraestructura para el desarrollo (carreteras, puertos, aeropuertos, electricidad, agua y telecomunicaciones), estado de derecho sólido, pero sobre todo certidumbre económica.

Esto permitirá que se genere un empleo de calidad, y que a su vez exista una oferta laboral calificada (observe la complementariedad). En turno, esto puede coadyuvar de manera importante en aliviar la pobreza de manera permanente.

Todo está concatenado, un gobierno no puede dedicarse solo a una de las piezas del rompecabezas, sino a tratar de armarlo integral y armónicamente. La historia económica nos lo sugiere: no hay país que haya salido de la pobreza con solo transferencias. Los que lo han logrado, lo hacen como se describió aquí. Mientras esto no se entienda, México permanecerá en el subdesarrollo.

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".

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