Refinar, en lugar de vender petróleo, le hará perder dinero a México

Solo el 28.6% de la refinación de petrolíferos de Pemex fue para gasolinas en 2021, mientras que mas del 30% resultó en la producción de combustóleo.
16 Enero, 2022 Actualizado el 17 de Enero, a las 06:48
AMLO supervisa las obras de rehabilitación para la refinería de Salina Cruz, Oaxaca (Foto: Presidencia)
AMLO supervisa las obras de rehabilitación para la refinería de Salina Cruz, Oaxaca (Foto: Presidencia)
Arena Pública

Refinar más petróleo en México para ser autosuficiente y eliminar la exportación de crudo hacia 2024, como lo plantea el presidente López Obrador, no hace sentido económico, según los expertos.

La decisión va a contracorriente de las cifras recientes. De enero a noviembre del año pasado, Petróleos Mexicanos (Pemex) solo obtuvo 230 mil 900 barriles diarios de gasolinas, equivalentes al 28.64% de su producción total. Mientras que produjo 247 mil barriles diarios de combustóleo en promedio, equivalentes al 30.63% de su refinación total de petrolíferos durante ese periodo según cifras de la paraestatal.

La proporción de gasolina y combustóleo producidas en los procesos de refinación de Pemex ha ido empeorando con el paso de los años. Durante todo 2016, Pemex logró refinar 325 mil 300 barriles diarios de gasolinas en promedio, equivalentes al 29.06% de su producción total de petrolíferos. En ese mismo año, la producción de combustóleo era de solo 228 mil 100 barriles diarios en promedio, 20.38% de la refinación total de petrolíferos.

Que las refinerías mexicanas sean cada vez menos eficientes en la producción de gasolinas y generen más y más combustóleo representa una pérdida económica sustancial. Al 10 de enero pasado, de acuerdo con datos de la Administración de Información Energética (EIA) de los Estados Unidos, un galón de gasolina tenía un precio de 3.39 dólares. Un galón de combustóleo residual, por el contrario, ha tenido un valor promedio en 2021 de 1.73 dólares por galón.

Más importante aún, el combustóleo tiene un valor en el mercado mucho menor que el petróleo crudo sin refinar. Para el 14 de enero, de acuerdo con OilPrice.com, las mezclas mexicanas se colocaron en un precio promedio de 81.81 dólares por barril. A 42 galones por barril, resulta en un precio promedio de 1.94 dólares por galón.

“Tienes refinerías que pierden dinero, que son muy poco eficientes, que no sacan suficiente gasolina y sí mucho combustóleo”, dice Rosanety Barrios, una analista independiente de energía. “Cuando vende petróleo, el país gana dinero. Pero cuando se pone a Pemex a refinar, Pemex y el país pierden dinero”, asegura Barrios.

El plan de autosuficiencia energética -que el presidente de México y el director ejecutivo de Pemex anunciaron a finales del año pasado- plantea detener casi por completo las exportaciones petroleras de Pemex hacia 2023-2024, con la intención de usar estas reservas adicionales de crudo en las instalaciones de refinación del país.

El Presidente ha argumentado sobre la autosuficiencia en la producción de gasolinas, dejando de importar combustibles del exterior; y para ello ha planteado dejar de exportar el petróleo crudo para destinarlo a la refinación.

"Tenemos más de 40 años sin construir una nueva refinería. Siempre por la mentira de que no era negocio dedicarse a la refinación, que era mejor vender el petróleo crudo y comprar las gasolinas. Es, como hemos dicho muchas veces de manera metafórica, vender naranja para comprar jugo de naranja", dijo Andrés Manuel López Obrador cuando anunció la compra del 50% restante de la refinería en Deer Park a Shell, por parte de Pemex.

Sin embargo, la pregunta que plantean los analistas privados es si el sistema de refinerías del país tiene la capacidad para atender la demanda nacional de gasolinas.

De acuerdo a los datos de Pemex, entre enero y noviembre del 2021 la demanda promedio de gasolinas en el país ha rondado los 564 mil 700 barriles diarios, más del doble de los 230 mil 900 barriles diarios promedio que produjo durante ese mismo periodo. Previo a la COVID-19 (y al cierre de actividades que redujo el uso de transporte terrestre), la demanda promedio de gasolinas en México era de 720 mil 200 barriles diarios, 3.11 veces la producción actual.

Se estima que las refinerías de Pemex trabajan a una capacidad de 42.8%, así que usar plenamente su capacidad -algo imposible con las refinerías actuales- solo significaría una producción de 564 mil 700 barriles diarios, suponiendo que la producción de gasolinas se mantenga constante. Y aunque para 2023-2024 las plantas de Deer Park y Dos Bocas ya deberían haberse sumado al ecosistema de refinación mexicano, expertos han puesto en duda qué tanto de su producción podrá usarse para la venta de gasolinas dentro de México, particularmente en el caso de la planta estadounidense.

Para los expertos es muy probable que México siga enfrentando la carga fiscal de importar gasolinas del exterior para afrontar su demanda interna, aún si impulsa la refinación de petróleo en los próximos años. La única diferencia sería que ya no contaría con ingresos por exportación de crudo con los que ha contado desde hace décadas.

El error de dejar de vender petróleo

Aunque México ya no es considerado un país que debe su economía a la venta de petróleo, estas transacciones siguen siendo cruciales para los ingresos del sector público.

Aunque “los ingresos tributarios son la principal fuente de recaudación” del gobierno federal, “los ingresos petroleros no dejan de ser una fuente importante de recursos, la segunda más grande después de los impuestos”, dice Adrián García Gómez, coordinador del área de Ingresos e Impuestos en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

Así que perder por completo los ingresos petroleros, en un contexto de desaceleración económica y creciente presión fiscal, podría ser un golpe muy doloroso para la situación de gasto de esta administración y de gobiernos futuros.

Sobre este cuestionamiento, la titular de la Secretaría de Energía (Sener), Rocío Nahle, respondió que se podrán compensar los ingresos por exportaciones de petróleo con las ventas internas de combustible. Pero esta idea también luce lejana. De acuerdo con cifras de Pemex, durante los primeros 11 meses del año pasado, el valor de las ventas internas por gasolinas sumó 368 mil 147 millones de pesos (MP). En ese mismo periodo el valor de las exportaciones de petróleo crudo para todas sus mezclas fue de 22 mil 184 millones de dólares (MD), equivalentes a 450 mil 612 MP.

Con la actual capacidad de produccion de gasolinas de Pemex, y tomando como referencia estos volúmenes y valores de ventas internas y exportación de crudo, refinar todo el petróleo y venderlo en el mercado interno le generaría a Pemex ingresos por poco más de 189 mil millones de pesos, menos de la mitad de lo que sería necesario para compensar las ventas que se perderían por la exportación de crudo.

Si bien las implicaciones económicas de refinar localmente el petróleo en lugar de venderlo al exterior son serias, aún no parecen haber señales de que el plan ya esté en marcha. “2022 no va a ser el año en donde nos acerquemos a esta expectativa del Presidente […]. Los Criterios Generales de Política Económica para este año no consideraron este plan, […] pero sí hay que observar hacia la segunda mitad del año la capacidad de procesamiento de las refinerías para ver si es factible esto que dice el Presidente”, afirma Rosanety Barrios.

Que no se haya puesto en marcha el plan son buenas noticias, considerando lo difícil que podría ser revertir el proceso una vez que inicie. “Hay suficiente capacidad en el mundo para tomar los contratos que vaya soltando Pemex en dado caso que lo haga”, dijo Severo López Mestre, experto en política energética, apuntando que en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), “todo mundo quiere dinero para sus presupuestos. Entonces [si detenemos las exportaciones], van a decir ‘México, bienvenido’ […]. Su capacidad instalada es suficiente para comerse, en un minuto, la oferta que no esté en el mercado”.

Y aunque la salida de México no alteraría los mercados petroleros globales por mucho tiempo, volver a entrar luego de un par de meses o años, al empezar a resentir las consecuencias económicas de este plan de detener las exportaciones, no sería tan sencillo. López Mestre apunta que aunque la exportación petrolera actual de México no es enorme respecto a todos los barriles que se comercian diariamente en el mundo, los movimientos de precios en el mercado del petróleo “son en el margen”.

“¿Cuánto saca la OPEP cada que hace un movimiento? Unos 400 mil barriles. El margen es el que te marca la escasez y el precio […]. Las reducciones monumentales [de la OPEP] son de un millón de barriles, y estamos hablando de una demanda de 100 millones de barriles anuales. Juegas en el margen con el 1% o menos de la oferta, y eso es lo que te marca el precio”, explica López Mestre.

Lo anterior significa que, así como el precio del crudo podría subir significativamente entre que México retire su exportación y la OPEP cubra la brecha, también bajará el precio sustancialmente si el país pretende reanudar la venta de crudo al exterior, en caso de arrepentirse, y aumenta la oferta de petróleo en cientos de miles de barriles en un corto periodo de tiempo.

Hacia el final del sexenio, cuando debería implementarse este plan de detener las exportaciones de petróleo, Rosanety Barrios prevé que “tendremos cada vez unas finanzas públicas más débiles, mayor necesidad de deuda sin ingresos que lo compensen […] y por lo tanto un crecimiento económico raquítico que va a terminar empobreciendo a México más de lo que estaba en 2018".

"[Por eso] imagino -dice Barrios- que va a imperar la razón. […] Hay que reflexionar. Estamos a tiempo de corregir”.

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