México “escapa” de los riesgos de estanflación en el corto plazo

La inflación general a la baja y la actividad económica que continuó creciendo durante los últimos meses del año, redujeron considerablemente las posibilidades de este temido panorama económico en el corto plazo.
28 Noviembre, 2022 Actualizado el 28 de Noviembre, a las 20:54
Pese a que la inflación sigue alta, la actividad económica continuó creciendo en lo que va del año. (Foto: Gobierno de México)
Pese a que la inflación sigue alta, la actividad económica continuó creciendo en lo que va del año. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

México estaría fuera de riesgos de sufrir una estanflación -periodo de recesión más inflación- por lo menos en el corto plazo. 

Desde principios del año y hasta el tercer trimestre -aunque en menor cantidad-, las posibilidades de que la economía mexicana se sumiera en una estanflación eran altas, al punto que algunos economistas del sector privado creían que era prácticamente un hecho que este escenario se alcanzaría por lo menos durante un breve periodo del 2022 o 2023. 

Lo anterior por el antecedente de los dos últimos trimestres de crecimientos negativos o nulos del año anterior, así como la permanencia de una inflación alta que comenzó a acelerarse aún más a principios del año. No obstante, desde el tercer trimestre de 2022 ni uno ni otro de estos elementos se mantienen. 

Pero luego de casi medio año esperando la estanflación, esta nunca llegó, o por lo menos no será en este año. Los sólidos resultados económicos de las primera mitad del año, y el sorpresivo crecimiento de 0.9% -recortado ligeramente desde un 1% preliminar- tiraron de la mesa de discusión el escenario recesivo que necesita por lo menos de dos trimestres económicos en números rojos para catalogarse como tal. 

Si bien la inflación siguió acelerándose y azotando los bolsillos de las familias durante prácticamente todo el año, comenzado a moderarse rumbo al último trimestre del año, el histórico crecimiento del empleo -otro de los elementos a considerar en una recesión típica- tampoco dieron pie a la posibilidad de un escenario negro para la macroeconomía del país. 

“El PIB acumula 4 trimestres seguidos registrando crecimientos a tasa trimestral, con lo que, hasta el momento, la posibilidad de que se presente un escenario de estanflación ha bajado considerablemente” apuntó en su cuenta de Twitter, Janneth Quiroz, economista en Jefe de Grupo Financiero Monex. 

Y la tendencia seguida en los últimos doce meses plantea que continuará igual, pues hasta el momento las cifras oportunas para la actividad económica de octubre se mantienen positivas aunque marginales con un incremento del 0.1%.

Aunque las cifras de los últimos meses han sorprendido a los pronósticos de los más cautos y los más pesimistas -quienes estimaban crecimientos menores del 2% en 2022-, para Gabriella Siller, directora de análisis económico de Banco Base pese a que el crecimiento ha sido mayor al esperado “parte de ello tiene que ver con un efecto rebote, pues las cifras para el segundo semestre del año pasado fueron revisadas a la baja”.

A este punto Siller señala que la institución financiera ha elevado sus pronósticos económicos para 2022 hasta 2.9% en el caso de un crecimiento nulo en el último tramo del año; sin embargo, si se crece 1% trimestral como ha venido dándose este crecimiento podría ser de hasta 3.2%, una cifra por encima del 2.5% que espera el promedio de analistas consultados para la Encuesta Citibanamex del 22 de noviembre. 

Por ello, la economista regiomontana reconoció que la estanflación no está a la vista, pero aún permanece como riesgo, especialmente hacia 2023, año en el que varios analistas nacionales e internacionales ya esperan no solo una desaceleración económica, sino una recesión mundial.

2023 ¿Recesión mundial y lenta desaceleración inflacionaria?

Este riesgo de recesión mundial resulta especialmente problemático para México considerando que uno de los países con más probabilidades de entrar en ella es Estados Unidos, principal socio comercial mexicano. 

Luego de un fuerte crecimiento pospandemia, que incluso ha sido catalogado como de un “sobrecalentamiento”, la Reserva Federal (Fed) estadounidense ha dado un cubetazo de agua helada a la economía en un intento por enfriar la histórica inflación, sin embargo, esto ha implicado que el consumo de créditos empresariales y personales, disminuyan, desacelerando la actividad económica. 

Los miembros de la Fed han buscado calmar a los mercados negando la “necesidad” de llevar a Estados Unidos a una recesión profunda para alcanzar sus objetivos de inflación.

"Navegar la economía hacia un camino más sostenible requiere tasas de interés más altas y una reducción en el ritmo de la actividad económica y el mercado laboral. Pero por ahora, inducir una recesión profunda no parece justificado por las condiciones, ni es necesario para lograr nuestros objetivos" declaró en septiembre la Presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, postura reforzada recientemente por otros miembros como el influyente presidente de la Fed de Nueva York, John Williams.

Sin embargo, las últimas minutas del organismo central exhiben que esta preocupación se ha elevado considerablemente respecto a principios del ciclo de endurecimiento monetario. Y aunque no se alcance un episodio recesivo, el bajo crecimiento económico estadounidense limitaría el de México.

Según la encuesta Citibanamex, en 2023 el PIB mexicano solo crecería 0.9% ligeramente por debajo de la Encuesta Banxico que espera 1%, y considerablemente menor al rango de entre 1.2% y 1.6% que esperan los organismo internacionales. 

No obstante, un bajo crecimiento como el esperado -que podría implicar la existencia de trimestres negativos-, así como una inflación que no se espera alcance objetivo hasta finales del 2024 y que ya se está viendo presionada por factores internos, mantienen aún latentes los riesgos de la temida estanflación.