Pan, Circo y Pecunia
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Minería, construcción y manufactura enfrían a México

27-04-2015 10:08

El crecimiento sigue siendo la gran asignatura pendiente de México. Pese a que durante los dos primeros años del sexenio de Peña Nieto no ha habido grandes cataclismos, el crecimiento promedio de la economía ha sido de un exiguo 1.8%. Eso suena a poco si tenemos en cuenta que la economía estadounidense se ha venido fortaleciendo y que las autoridades mexicanas presumen de un marco macroeconómico sólido, bien pertrechado para afrontar los riesgos de una nueva crisis financiera. Sin embargo, pese a esas buenas condiciones y los vaticinios de un robusto crecimiento económico local, el PIB de México no termina de despegar. 

Este año tampoco empezó con mucha fuerza. Durante los dos primeros meses, y según las cifras del Igae, el crecimiento económico ha promediado un 2.3%. Así las cosas, estimamos que durante el primer trimestre de este 2015 el PIB podría expandirse apenas un 2.4%, lo que significaría una moderada desaceleración respecto a la tasa de 2.6% del cuarto trimestre de 2014.

Otra cifra decepcionante que ya ha hecho que los analistas privados revisen a la baja las estimaciones del PIB para todo el año. En diciembre, y según la encuesta de Banxico, el sector privado estimaba que la economía mexicana se expandiera un 3.5%. En enero, ese pronóstico se recortó a 3.3%, en febrero a 3.1% y en marzo ya se situaba ligeramente por debajo del 3.0%. Banxico, el 18 de febrero, redujo sus expectativas para este año de un rango de entre 3.0% y 4.0% a otro de entre 2.5% a 3.5%. Antes, el 2 de febrero, nosotros establecimos en esta sección de Economía a Detalle un pronóstico de 2.9% en un artículo titulado “El bueno, el feo y el malo de la economía mexicana”.  El gobierno mantiene su pronóstico de un crecimiento de entre 3.2% y 4.2%.

Cuatro factores explican que la economía empezara este año con un menor dinamismo del augurado: uno, el derrumbe del precio del petróleo en la segunda mitad del año pasado; dos, y en parte como consecuencia de lo anterior, una nueva contracción en la plataforma de producción de crudo; tres, el inesperado desvanecimiento de la actividad de la construcción; y cuatro, la desaceleración en el ritmo de expansión estadounidense.

Veamos cada uno de ellos: primero, y como resultado de la caída en las cotizaciones del petróleo, el gobierno se vio forzado a anunciar a finales de enero un recorte en el gasto público de 0.7% del PIB para este año, o equivalente a 124,000 millones de pesos, lo que socavará los planes de inversión pública y, por tanto, el ritmo de crecimiento. Esa decisión era inevitable: el déficit fiscal acumulado entre enero y febrero fue de 150,745 millones de pesos (mdp), más del triple de lo observado en el mismo período del año pasado (45,728 mdp). Ese incremento de 230% del déficit fiscal, equivalente a 105,000 millones de pesos, en apenas dos meses se explica en gran medida por el derrumbe de los ingresos petroleros, que se hundieron un 45% durante ese período (las coberturas petroleras no se podrán ejercer sino hasta final de año). Ante este deterioro de los recursos públicos vendrán más recortes en el gasto público, como ya lo anunció el gobierno al publicar los pre-criterios para el presupuesto de 2016: inicialmente, para el año que viene, el tijeretazo será de 135,000 mdp.  Por otro lado, las exportaciones petroleras se hundieron un 47.1% durante los meses de enero y febrero, lo que implicó perder ingresos por 3,652 millones de dólares (mdd).

En segundo lugar, gran parte del esfuerzo de ahorro del gobierno se concentró en Pemex. De los 124,000 mdp que se redujo el gasto público, la mitad, esto es, 62,000 millones de pesos (mdp), recayeron sobre la petrolera, lo que acentuó el principal mal que martiriza a la empresa desde hace muchos años: la falta de inversión. Con un menor margen de maniobra para explotar y producir crudo, Pemex ya no es capaz de extraer los 2.4 millones de barriles al día (mbd) que había prometido para este año, sino un promedio de 2.288 mbd. Si esa tendencia a la baja se materializa, el año podría terminar con una producción de en torno a los 2.250 mbd, niveles que no se veían desde mediados de los años noventa.

Los menores precios del crudo y la caída en la plataforma petrolera ya están impactando al rubro de minería, que representa un 22% del sector secundario de la economía. El subcomponente de extracción de petróleo y gas es el más castigado: su caída se acentuó a un 6.3% entre enero y febrero, comparado con un 4.7% en el cuarto trimestre y un 2.7% en el tercero. En consecuencia, la actividad minera se contrajo un 4.8% durante los meses de enero y febrero, tras caer un 5.7% en el cuarto trimestre del año pasado.

En tercer lugar, la actividad en el sector de construcción, que representa otro 22% del sector secundario, ha vuelto a desinflarse. Sin duda, este sector ha sido un dolor de cabeza para la administración de Peña Nieto y es uno de sus grandes fracasos. El cambio de modelo de vivienda llevó a la ruina a las grandes constructoras de casas de México y provocó una grave recesión en el sector al inicio del sexenio. La situación empezó a mejorar a mediados del año pasado: la actividad repuntó y se empezaron a registrar firmes tasas de crecimiento impulsada sobre todo por el subcomponente de edificación, que llegó a aumentar a tasas de doble dígito en diciembre. Pero el sector se enfrió de manera abrupta al inicio de 2015, sobre todo en el mes de febrero, lo que hace pensar que el reciente auge se debió a una base de comparación favorable más que a una fortaleza subyacente del sector. Así, la tasa de crecimiento del sector de construcción se desaceleró a 3.6% tras incrementarse un 5.9% en el cuarto trimestre. El subcomponente de edificación aumentó un 5.0% tras registrar una tasa de 8.3% en el trimestre previo en tanto el componente de obra civil, asociada a la inversión pública, ha permanecido deprimida.

Finalmente, la menor expansión de la economía estadounidense en el primer trimestre, asociada a la fortaleza del dólar y a un clima adverso, también dejó sentir su impacto en la manufactura mexicana, que representa casi un 50% del sector secundario. En Estados Unidos, la actividad industrial se desaceleró a 3.2% en contraste con un crecimiento del 4.5% en el último trimestre de 2014. En consecuencia, en México, el sector manufacturero apenas creció un 2.7% entre enero y febrero, comparado con 4.6% en el último trimestre del año pasado. Del mismo modo, las exportaciones no petroleras totales de México aumentaron un 4.8% frente a 9.3% al final del año pasado.

Por tanto, el pobre desempeño de la economía mexicana al inicio de este año se concentra en el sector secundario, el cual representa en torno a un 35% del PIB mexicano: el menor dinamismo de la minería, la construcción y la manufactura ha implicado que el sector industrial apenas haya crecido un 1.2% entre enero y febrero, la mitad de lo observado en el último trimestre del año pasado.  Y así tenemos de nuevo a la economía mexicana que le cuesta desperezarse.

INFOGRAFÍA

El crecimiento económico en México no termina de despegar. El inicio de este 2015 fue más lento de lo esperado. Nuestro pronóstico es que el PIB aumente un 2.4% en el primer trimestre, por debajo de 2.6% al final del año pasado. Los analistas, en consecuencia, ha venido rebajando su pronóstico de crecimiento para todo el año…

Fuente: Banxico

 

… la minería, debido a la debacle petrolera, tanto en precios como en producción, explica parte del bajo dinamismo en México al haber entrado el sector en una severa recesión…

Fuente: Inegi

 

… por otro lado, la construcción, un sector que ha sufrido mucho en este sexenio y que empezó a recuperarse a mediados del año pasado, se ha vuelto a enfriar a inicios de este año debido a la debilidad subyacente del sector…

Fuente: Inegi

 

… además, la desaceleración de la economía estadounidense en el primer trimestre, debido a la fortaleza del dólar y a factores climáticos, ha golpeado a las exportaciones y al sector manufacturero mexicano, que también ha moderado su crecimiento. Entre la minería, la construcción y la manufactura, el sector secundario de México concentra la debilidad a inicio de este 2015.

Fuente: Inegi. Entre paréntesis el peso de cada sector en el PIB

ACERCA DEL AUTOR
José Miguel Moreno
Economista por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabajó en la consultoría estadounidense Stone & McCarthy Resarch en Londres, Nueva York y México DF, realizando análisis para las economías de Europa y América Latina. En México fue director editorial de Infosel, así como consejero, columnista y jefe de análisis económico de El Semanario de Negocios y Economía . Además de conferencista, ha colaborado con T1msn, Invertia, Radio Intereconomía, O Estado de Sao Paulo y The Miami Herald, entre otros medios. Actualmente dirige “Llamadinero.com”, es asesor, colaborador de la revista Forbes México y profesor titular en la Facultad de Economía de la UNAM.
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