La agencia de noticias Associated Press está difundiendo que el jefe de jefes, el líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán fue detenido en la noche del viernes al sábado por autoridades tanto de EE.UU. com de México. Según la noticia de la agencia, un alto funcionario del cuerpo policial de EE.UU que habló bajo condición de anonimato dijo que fue detenido vivo en un hotel de Mazatlán, en el Estado de Sinaloa.
“El Chapo” Guzmán enfrenta varios cargos por tráfico de drogas en EE.UU. y está en la lista de los delincuentes más buscados en la lista del Departamento Estadounidense Antodrogas (DEA). Es, desde luego, el narco más poderoso de México y posiblemente del mundo, al haber extendido su imperio por todos los continentes. Es el narco de la lista de Forbes. Es el Pablo Escobar de hoy, odiado y admirado.
La noticia, en plena guerra del gobierno de Enrique Peña Nieto contra el narco, despierta el temor de represalias por parte del todopoderoso cártel de Sinaloa en un conflicto que inició el anterior presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, que ha provocado decenas de miles de muertos y en el que no está claro que el gobierno tenga la capacidad suficiente para abatirlo.
Buena muestra de ello es el desastre humano que acontece en algunos estados de la República mexicana, abandonados antes la inseguridad que prevalece, o el actual conflicto en Michoacán entre los narcos de los Caballeros Templarios y las autodefensas.
Pero de momento, y según la información de Associated Press, “El Chapo” está capturado y vivo. Y con éste ya son tres los grandes golpes que el PRI ha dado a los llamados “poderes fácticos”. Primero fue la detención de Elba Esther Gordillo y el debilitamiento del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), a quien no perdonó su traición y su alianza con los gobiernos panistas.
Segundo, y con la mano baja, está minando a las dos grandes televisoras, Televisa y TV Azteca. No cabe duda que Televisa fue un fuerte aliado del PRI para aupar a Enrique Peña Nieto a la presidencia en el 2012. Pero tampoco es un aliado fiel, y es capaz de quitar y poner a presidentes: en el pasado flirteó con el PAN y lo apoyó abiertamente en el 2006 para la victoria de Felipe Calderón a cambio de casinos y demás, dejando al PRI abandonado en la peor etapa de la larga historia del partido.
Y ahora le tocó al “Chapo” Guzmán, quien en extrañas circunstancias se escapó de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, al inicio de la presidencia de Vicente Fox y se presume que fue un aliado y protegido de los gobiernos panistas, lo que provocó la escisión del propio cártel de Sinaloa y la lucha de ese cártel con otros en busca de nuevos territorios y mercados, dando lugar al actual marasmo del mapa del narco en México.
El PRI está de nuevo en Los Pinos, y cada vez aprieta más. Quiere controlarlo todo, y no perdona a quienes en el pasado les traicionaron. El PRI vino para controlarlo todo y quedarse, a que nadie le hjaga ni tantita sombra. Hoy dio otro golpe encima de la mesa para que todos se enteren. Y lo hace ahora, cuando acaba de recibir a Obama en su bastión de Toluca.