Con pescado 13.5% más caro, la cuaresma sufre los efectos de la inflación

El aumento general de precios pero en especial el encarecimiento del diésel marino, al que el gobierno retiró el subsidio hace dos años, presionan el precio en plena temporada de alta demanda.
9 Abril, 2022 Actualizado el 9 de Abril, a las 13:39
Venta de pescados en el mercado La Nueva Viga. (Foto: Gobierno de México)
Venta de pescados en el mercado La Nueva Viga. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

La cuaresma de este año no se salvó de la inflación y ahora el pescado se encareció a un ritmo tres veces mayor que en el año anterior.

La temporada de cuaresma, que va desde principios de marzo a mediados de abril, es el periodo de más altas ventas de productos del mar debido a que la tradición católica prohíbe el consumo de carnes rojas. Por el aumento de la demanda, es común que el precio de este producto así como del huevo y pollo, se incrementen a principios de año, pero no al ritmo de este 2022. 

Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) el precio del pescado se incrementó en 13.5% en marzo respecto a hace un año, mientras el del camarón, el marisco más popular entre los mexicanos, subió en 13.4%; ambos aumentos muy por encima de la inflación general de 7.45%. 

Los efectos estacionales sobre el producto son claros, pues tan solo en los primeros tres meses del año el precio de ambos productos del mar se ha incrementado en 5% y 3% respectivamente en comparación de 1.8% de la inflación general. 

No obstante, aún con el efecto cuaresma encima, el encarecimiento de ambos productos es anormal para la época pues en años previos, incluído el 2021, cuando inició el alza mundial de precios, el pescado mantuvo incrementos de máximo 2.5% durante el primer trimestre del año.

Incluso el año pasado, el precio del pescado había sido el único entre las proteínas que se mantuvo prácticamente intacto del alza de precios, pues mientras el resto de carnes tuvo un incremento interanual de 10.4%, el precio del pescado apenas subió 4%. 

Según reportó La Jornada, vendedores en el mercado La Nueva Viga, el más grande centro de comercio de productos marinos en el país, señalaron que productos como el “camarón jumbo” se ofrece al consumidor en 430 pesos el kilo y no se exhibe al público como en años anteriores a fin de cuidar el producto, que “está caro y escaso”.

El caso del camarón es ilustrativo de los efectos que además del alza internacional de precios ha tenido la política pública del gobierno federal sobre la producción pesquera, pues la producción de este marisco se ha prácticamente estancado desde 2019 en comparación a los seis años anteriores, cuando los volúmenes de pesca mantuvieron una tendencia positiva.

Los productores relacionan la falta de crecimiento a factores climatológicos como el mal tiempo que causa que las diferentes especies naden a profundidades mayores, pero también han criticado la desaparición de 23 de 24 programas de apoyo gubernamental, algunos destinados a la reactivación de la actividad luego de la pandemia. 

Es especial destaca la eliminación del apoyo al diesel marino y gasolina ribereña en julio de 2020, que representaba un apoyo por más de 280 millones de dólares al año y que no solo afecta al camarón sino a toda la producción pesquera nacional. Hoy en día el gobierno ha negado alguna posibilidad de que este apoyo, que en otros países como Estados Unidos alcanzan los 2 mil 600 millones de dólares, y en  China los 3 mil millones de dólares, regrese a las flotas nacionales.

A casi un mes de que termine la temporada de captura de camarón, el presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca), Francisco Romellón Herrera ha señalado que los volúmenes son 30% más bajos que los del año pasado, pues ni el 50 por ciento de las embarcaciones está realizando viajes debido al fuerte gasto que implica el precio del combustible, que desde el año pasado se ha encarecido en 9.9%.

Huevo, leche y pollo, otras opciones también más caras

Las otras opciones disponibles para celebrar la cuaresma como son el huevo, pollo y los productos lácteos tampoco han salido ilesos de la inflación pospandemia. 

Según el INPC, a tasa anual la leche, huevo y queso se han encarecido 9.71%, mientras que el pollo ha subido en 11.65%. En estos casos, los incrementos interanuales son mayores que los del año pasado cuando los lácteos y huevos subieron 4.8%, pero mucho menores en el caso del pollo que se encareció 21.5% el año pasado.

Aunque en ambos casos, de manera similar al pescado, en el primer trimestre también vieron mayores incrementos al subir 4.2% para los primeros y 4.4% para el segundo.