Aumentos al salario mínimo: Medida positiva aunque de efecto económico limitado

El salario mínimo se incrementará 22% a partir del 1 de enero de 2022, el mayor en este gobierno, llegando a 172.87 pesos diarios y casi duplica el salario mínimo nominal de 2018.
1 Diciembre, 2021 Actualizado el 2 de Diciembre, a las 08:33
El salario mínimo fuera de la Zona Libre de la Frontera Norte ha subido 60% desde 2018 (Foto: Gobierno de la CDMX)
El salario mínimo fuera de la Zona Libre de la Frontera Norte ha subido 60% desde 2018 (Foto: Gobierno de la CDMX)
Arena Pública

Incrementar el salario mínimo en México no ha provocado los efectos negativos en la inflación que muchos especialistas temían.

Sin embargo, por la misma dinámica de la economía laboral en el país, sus beneficios parecen haberse limitado a los trabajadores que justamente perciben el salario mínimo. Lo anterior no quiere decir que sea una medida tibia, pues ha permitido avances significativos en indicadores como la pobreza laboral.

Pero sí implica que no es una herramienta que automáticamente se traduzca en una mayor derrama económica entre la población asalariada y, por lo tanto, tampoco significa necesariamente que ha impulsado el gasto en la compra de bienes y servicios en el mercado interno de una forma generalizada.

Esto es particularmente crucial en medio de la discusión a la que convocó la Comisión Nacional del Salario Mínimo (Conasami) para determinar el incremento al salario mínimo general para 2022. De hecho se acordó por unanimidad que el incremento fuera de 22% respecto del nivel registrado en 2021, por lo que el salario mínimo, fuera de la zona de la frontera norte, será de 172.87 pesos diarios, por arriba del consenso que se había perfilado desde el inicio de las negociaciones. En la zona de la frontera norte el incremento fue el mismo, llevando el salario diario a 260.34 pesos en 2022.

Aumento récord del salario mínimo en el sexenio

Según la tabla de salarios mínimos vigente para 2021, publicada por Conasami el año pasado, la remuneración mínima general para los trabajadores mexicanos es de 141.70 pesos. Esta cifra representó un incremento del 15% con respecto a la propuesta para 2020 y representó un incremento acumulado de poco más del 60% respecto a los 88.36 pesos pactados para 2018.

Los fuertes incrementos a lo largo de este sexenio han tenido un impacto considerable en el salario mínimo real promedio a escala nacional, especialmente cuando se compara con los niveles de éste en los sexenios anteriores.

También en las cifras de la Conasami, el salario mínimo general ponderado por la población subordinada y remunerada en las distintas áreas geográficas del país en el periodo previo a su fijación, deflactado con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) base segunda quincena de julio de 2018 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), se ha colocado en un promedio de 130.98 pesos a lo largo del 2021.

Ésta es la cifra más alta registrada para un promedio anual con esta medición desde inicios del milenio. Usando este mismo cálculo se puede observar que, en lo que va del presente sexenio, el salario mínimo real ha crecido un 48.5% a escala nacional. En los primeros tres años del gobierno de Vicente Fox se redujo 12.16%, cayó 1.77% en ese mismo periodo en el sexenio de Felipe Calderón y solo creció 2.54% durante la administración de Enrique Peña Nieto.

Fuente: Conasami.

Este incremento récord ha provocado ocasionales preocupaciones en el sector. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ha argumentado que incrementar el salario mínimo podría incidir en la inflación y el empleo. A lo largo de los años, tanto la Conasami como miembros de la misma iniciativa privada han desmentido estas preocupaciones. Sin embargo, en el marco de la discusión para aumentar el salario mínimo en 2022, estos argumentos han vuelto a aflorar. Pero la trayectoria de la inflación y el salario mínimo en los últimos tres años presentan una realidad muy distinta a la que quieren pintar estos temores.

De acuerdo con Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio exterior y Mercado laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), los aumentos al salario mínimo de los últimos tres años no han tenido un efecto catastrófico ni en la inflación ni en la contratación.

No solo eso sino que, previo a la pandemia, “el incrementar el salario mínimo sí tuvo un impacto muy notorio sobre el nivel de masa salarial, el nivel de ingreso laboral promedio de los habitantes del país, y al final del día eso se tradujo en una reducción de la pobreza laboral”.

También habría ayudado a fortalecer el consumo privado. De acuerdo con Raúl Álvarez del Castillo, director de estudios económicos para Citibanamex, previo a la pandemia, “sí venía creciendo el consumo privado. Y de hecho, lo que hemos visto es que la parte del consumo dedicada a bienes, luego de la caída tan fuerte en 2020, ha sido la que más se ha recuperado y la que más se ha recuperado y está más cercana a los niveles previos a la pandemia. Entonces sí se ha observado el efecto del salario mínimo en el mayor consumo”.

Impacto limitado

Si bien el incremento en el salario mínimo parece no parece haber tenido un efecto desmedido en los movimientos del INPC en los últimos tres años, también es claro que estos incrementos tampoco han provocado picos súbitos en el consumo privado en el mercado interior, a pesar de que los incrementos anuales a la remuneración mínima por ley sí han sido significativos.

Fuente: Conasami, INEGI
*Salarios e inflación, base 100=2018; consumo base 100=2013

Esto podría responder a que el salario mínimo realmente solo beneficia de forma directa a una fracción de la población. Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de Inegi, a octubre pasado había alrededor de 19.7 millones de personas en el país que ganaban entre uno y dos salarios mínimos, casi 35% de la población ocupada en el país y a los que más directamente les podría beneficiar el aumento del salario mínimo, de acuerdo con Ana Gutiérrez.

El problema es que la cifra podría ser mucho menor. La especialista del IMCO señala que “el incremento al salario mínimo solo impacta directamente a los trabajadores formales; porque los trabajadores informales […] difícilmente tienen herramientas para que se les hagan cumplir este nivel de salario mínimo, y los patrones que operan en la informalidad realmente no tienen un incentivo inmediato para ajustarse al salario mínimo.

A eso se debe sumar que, para las personas que ganan por encima de dos salarios mínimos (una población equivalente al 22% de la población ocupada en México, según Inegi), las condiciones de la economía juegan en su contra. Raúl Álvarez señala que quienes perciben por arriba de un salario mínimo probablemente reciben incrementos más modestos de parte de sus empresas, en gran  parte porque éstas podrían estar tratando de compensar el incremento de sus costos en la base de su pirámide, con aumentos más limitados entre su base de empleados mejor pagada.

Este juego podría hacerse más grave en el corto plazo, amenazando la capacidad de compra no solo de quienes perciben más que el salario mínimo sino el de toda la población, a raíz de  los nuevos retos económicos que ahora enfrentan las empresas en México.

De acuerdo con el especialista de Citibanamex, “estamos en un ambiente de muchas presiones por los cuellos de botella y los precios de las materias primas […], así como mayores costos en materia laboral […] por la reforma a la subcontratación […]. Ahora tienen que integrarlos a sus plantillas, lo que aumentará sus costos, y lo que harán muchas compañías es pasar algo de estos costos adicionales al consumidor. Entonces esto podría crear mayor presión inflacionaria”.