Ya estaba fuerte y llegó Elon Musk. El peso ha tenido una apreciación notable que hasta el momento luce imparable.
El viernes el tipo de cambio de cierre de jornada del Banco de México quedó en 17.9709 unidades por dólar, un nivel nominal no visto desde septiembre de 2017. Fue una ganancia de 16 centavos el viernes, y va un peso completo con respecto a hace un mes. Esos tiempos en que la moneda nacional fluctuaba entre 20 y 21 pesos por dólar parecen muy lejanos, pero estaríamos hablando apenas de octubre pasado.
El más reciente empujón es producto del hombre más rico del mundo y la esperada inversión de Tesla en México, que tras peculiar batalla política protagonizada por el Presidente se ubicará cerca de Monterrey. La comedia que precedió la decisión al parecer no hizo mella en el entusiasmo que se reflejó en la moneda.
¿Peso fuerte de largo plazo?
Es improbable que el peso se mantenga en la estratósfera actual. Puede ganar todavía terreno frente a la divisa estadounidense. Hace no mucho la barrera de los 18 pesos hubiera parecido imposible de franquear, pero la atravesó. Pero lo que no debe esperarse que esa fortaleza sea de largo plazo o siquiera de meses. No hay elementos para sostener a un peso tan fuerte, no en materia de inflación, y menos de productividad.
De la misma manera que llegó el “efecto Tesla”, un choque positivo, puede haber varios choques negativos que lleven al peso en dirección contraria.
* Un fuerte aumento en el déficit de la balanza comercial. El peso fuerte incentivará importaciones y frena exportaciones, en eso no hay vuelta. Si se abre (más) el desequilibrio comercial, puede llevar a que este se deprecie.
* Fuerte caída del precio del petróleo. El crudo mantiene un buen precio internacional, con la mezcla mexicana rondando los 70 dólares. Es uno de los varios factores que llevó al peso a fortalecerse, y de la misma forma una caída traería el efecto inverso.
* Banxico deja de replicar a la Reserva Federal. La Junta de Gobierno del Banco de México no solo ha seguido los pasos del banco central estadounidense, sino que empezó antes a subir las tasas de interés, e incluso el último aumento del Banxico fue mayor que el hecho por la Fed, llevando al diferencial entre ambas tasas a 625 puntos base (6.25%). Pero finalmente ese diferencial puede reducirse… o la certeza que brinda el dólar atraer ahorradores a medida que siguen subiendo su tasa.
* Remesas se desaceleran. Son menos pesos por esos dólares que envían tantos migrantes, lo que quizá llevará a algunos a frenar temporalmente los envíos. Por otra parte, hay quienes dependen de ese dinero y no pueden darse ese lujo.
* Todo lo que sube… Es evidente: el peso ha subido tanto que simplemente llegará al punto, quizá cercano, en que se apostará a que baje. La especulación que hasta ahora le ha favorecido, revirtiéndose.
* La campaña presidencial en Estados Unidos. Donald Trump descubrió el atractivo electoral de atacar a México sin racionalidad o fundamentos, y golpeó con fuerza al país, y de paso al peso, por largo tiempo. Apenas los motores electorales empiezan a calentarse en el vecino norteño, lo que convierte a ese factor en algo más lejano en el tiempo, pero la tentación de atacar al país siempre estará ahí.
* El anti-Tesla. La inversión anunciada por Elon Musk fue una sorpresa muy positiva, sobre todo tras la incertidumbre causada por los cuestionamientos presidenciales. De la misma forma, siempre hay sorpresas negativas que pueden golpear en cualquier momento.
Sin fundamentos macroeconómicos, lo que más sostiene al peso es el diferencial de la tasa de interés con Estados Unidos, seguido por una potente inercia de apreciación. Ese diferencial de 625 puntos base no va a desaparecer pronto, incluso puede ampliarse dado que la inflación mexicana no está bajando como se esperaba.
Pero si algo ha mostrado el peso ante el dólar desde hace mucho tiempo es que refleja tarde o temprano el diferencial inflacionario y de productividad. Y este diferencial no tiene ninguna perspectiva de desaparecer. El peso fuerte, al fin y al cabo, siempre ha terminado debilitándose.