Por fin se tienen los detalles del nuevo golpe proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través del cobro de un arancel.
En su conferencia de prensa, confirmó que el arancel sobre el acero será del 25% y sobre el aluminio del 10%. El argumento es defender la seguridad nacional: la industria siderúrgica y del aluminio están devastadas al estar subsidiado por otros países, y eso no es tanto un desastre económico, sino militar. “Si no tienes acero, no tienes un país”, dijo Trump.
Y se refirió a ejemplos en los que el acero y el aluminio se utilizan en la industria militar.
Ahora bien, habrá excepciones: Trump dijo que el país actuará con flexibilidad y cooperación hacia los países amigos, tanto comerciales como militares.
En ese sentido, México y Canadá quedarán exentos, pero condicionado a que se logre un acuerdo a su conveniencia en lo que se refiere al TLCAN.
Canadá es el primer proveedor de acero y aluminio a Estados Unidos, en tanto México es el cuarto país que más acero vende a Estados Unidos. Además, revisará los aranceles sobre otros países aliados, quienes podrán pedir un trato de favor.
Fuente: Departamento de Comercio de EU. Oficina del Censo
Trump, para justificar su política, recurrió a los tuits del director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, sobre el trato injusto que recibe Estados Unidos y que ha dificultado las operaciones de Tesla.
Según esos tuits de Musk, que publicó poco antes de la conferencia, Estados Unidos impone un arancel del 2.5% a los autos importados de China; sin embargo, el impuesto que impone China sobre los autos importados de Estados Unidos es del 25%. Trump insistió en que los programas arancelarios serán recíprocos y justos.
En efecto, el desequilibrio más grave acontece con China: el déficit total de bienes de Estados Unidos en el 2017 fue de 800,000 millones de dólares (mdd).
Fuente: Departamento de Comercio de EU. Oficina del Censo.
Pues bien, casi la mitad proviene de China (375,000 mdd) seguido muy de lejos por México, Japón y Alemania.
Fuente: Departamento de Comercio de EU. Oficina del Censo.
Trump dijo que está en medio de una gran negociación con el gobierno de Xi Jinping, y que lo reducirán como dé lugar, de una manera u otra: el objetivo es recortarlo en 100,000 mdd.
El arancel sobre el acero y el aluminio apenas lo sentirá China: sus exportaciones se hundieron luego de que Obama les impusiera un arancel en 2014 y ahora sólo le venden el 2% del total que importa Estados Unidos.
Faltará ver el trato exacto al que se verán sometidos los países de la Unión Europea y la respuesta que puedan dar: Europa ha sido el más beligerante con Estados Unidos desde que se anunció el arancel y ha amenazado con poner impuestos del 25% sobre productos icónicos de Estados Unidos como Levi’s, Harley-Davidson o el bourbon, una medida que pegaría a 3,500 mdd de bienes estadounidenses.
Por tanto, Trump concretó el primer y más agresivo paso hacia el proteccionismo desde que llegó a la Casa Blanca. Y ahora las espadas siguen en alto.
Falta ver las medidas concretas sobre Europa y cómo reacciona. Pero además, que Trump haya eximido a Canadá y México del impuesto es bajo el chantaje de que o mejoran los términos de las negociaciones en los puntos más espinosos del TLCAN (reglas de origen, la resolución de controversias) o perderán ese privilegio.
Por tanto, la exención está condicionada a que cedan en las negociaciones, y no está claro que con esa actitud se vayan a limar las asperezas ni que el TLCAN finalmente se logre renegociar.
Finalmente, China aún ha mantenido una postura moderada. Su cautela se debe a que se juega demasiado y el arancel sobre el acero y el aluminio apenas les afecta.
Hasta ahora sólo ha estudiado la posibilidad de restringir los envíos estadounidenses de soya y de sorgo, lo que pegaría a algunos estados agrícolas que apoyaron a Trump.
Lo malo es que Estados Unidos está haciendo una investigación para atacar a China de manera frontal: su argumento es que la industria de ese país está supuestamente cometiendo un robo a la propiedad intelectual estadounidense, por lo que propone aranceles sobre productos electrónicos, juguetes y textiles.
En agosto, a más tardar, tendrá que tomar una decisión. Pero puede ser antes. Por tanto, atentos, que de aquí al verano nos esperan más sobresaltos.
Las exportaciones totales chinas de acero y aluminio a todo el mundo apenas llega al 0.5% de su PIB, y un porcentaje muy pequeño de ese total iría a Estados Unidos. Sin embargo, y según datos del Departamento de Comercio, un 52% de las compras totales de Estados Unidos a China fueron maquinaria y electrónica, en tanto los misceláneos como muebles, juguetes, ropa y zapatos significaron un 30% de las compras totales a China.
Fuente: Departamento de Comercio de EU. Oficina del Censo.
Y un arancel sobre esos productos serían palabras mayores. Además, la Casa Blanca también pretende imponer restricciones a las inversiones chinas en Estados Unidos.
El poder de China es brutal y aquí sí puede contraatacar no sólo recortando las adquisiciones de productos estadounidenses (comprar a Airbus en vez de a Boeing), sino incrementando los impuestos a las grandes corporaciones que operan en China, como Apple, o sometiéndolos a casos de monopolio.
Después del discurso, el showman Donald Trump invitó, en otro espectáculo amarillista, a que intervinieran algunos trabajadores del sector. Y después firmó la orden ejecutiva.
Wall Street terminó con alzas: el Dow Jones avanzó un 0.38%, el Nasdaq un 0.42% y el S&P’s 500 un 0.45%. Y avanzaron empresas que consumen acero y aluminio como Boeing (+0.5%), Caterpillar (+1.4%) o General Motors (0.3%). Sin embargo, dentro del sector siderúrgico, US Steel perdió un 2.9%, AK Steel un 4.1% y Nucor un 2.7%.
Por tanto, el mercado parece anticipar que la economía no se resentirá mucho y que, pese al arancel, la realidad del sector siderúrgico no cambiará mucho.
Por otro lado, la tasa de 10 años de Estados Unidos descendió 3 pbs a 2.86%, indicando que las presiones inflacionarias se mantendrán contenidas (atentos mañana al dato de empleo de febrero, sobre todo a las remuneraciones por hora).
En México, el peso se apreció un 0.3% a 18.66 pesos por dólar, siendo la quinta jornada consecutiva en la que gana terreno, y el dólar canadiense un 0.1% a 1.29, favorecido por la exención y la expectativa de que aún se puede salvar el TLCAN.
Hay que recordar que mientras Trump hoy oficializaba los aranceles sobre el acero y el aluminio, en Santiago de Chile, los once países que permanecen en el Tratado TransPacífico (TTP) firmaban hoy ese acuerdo de cooperación económica, acuerdo que abandonó Estados Unidos al poco de llegar Trump a la Casa Blanca.