No, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no subió ayer las tasas de interés, tal y como esperaba el consenso de analistas.
Y si no lo hizo es porque todavía presiente que existen riesgos económicos en el corto plazo.
Quizás lo más relevante del comunicado sea una oración nueva que incluyó en este comunicado y es que “los riesgos sobre las perspectivas económicas de corto plazo han disminuido”. Ahora bien, “disminuido”, en términos relativos, es muy ambiguo y significa poco. Que hayan “disminuido” no significa que sean “bajos”, ni mucho menos que se hayan “disipado”.
De hecho, el haber incluido esa oración nos hace preguntar por los riesgos económicos que ve la Fed en el corto plazo.
¿Se refiere al impacto del Brexit y la respuesta económica que le puedan dar otros banqueros centrales? ¿O está aludiendo a las dificultades de la banca europea y los riesgos sistémicos que implica? ¿O a la fortaleza dl dólar y las repercusiones negativas sobre las exportaciones y la manufactura estadounidense? ¿O tal vez está pensando en China y su desaceleración económica? ¿O al petróleo, que ha entrado en julio en una rápida senda descendente que le ha hecho perder un 18% desde su máximo del año en junio? ¿O quizás tiene en mente, como riesgo económico más latente en el corto plazo, a Donald Trump?
Sin duda alguna, Donald Trump es un riesgo económico superior al Brexit o a la desaceleración de China.
En caso de una victoria suya, y dada su retórica proteccionista (a ver qué pasaba entonces con el Tratado de Libre Comercio), de clara irresponsabilidad fiscal (ya los hemos comentado en estas páginas en el artículo de “Las trampas del “Trumponomics”) y antiinmigratoria, las consecuencias sobre los mercados financieros pueden ser más funestas que un Brexit o el enfriamiento de la economía china.
El caso es que, al menos del texto del comunicado de la Fed, y a falta de conocer a detalle lo discutido en la reunión, lo cual se sabrá dentro de dos semanas cuando se publique las minutas, no se vislumbra ninguna urgencia por parte de la Fed para aumentar las tasas. Y así lo interpretó el mercado.
A Wall Street no le asustó el comunicado, y la bolsa mejoró una vez que leyó e interpretó el texto de la Fed.
Por otro lado, los futuros de los fondos federales se relajarony disminuyeron las probabilidades de futuras subidas. Por ejemplo, si el martes la probabilidad de un alza de tasas en septiembre era de 28%, el miércoles, tras la reunión de la Fed, se había reducido a un 26%. Finalmente, la tasa del bono de 10 años de Estados Unidos se redujo en 4 puntos base, de 1.56% a 1.52%, ignorando un escenario de subida de tasas. Por tanto, tranquilidad absoluta.
Dicho esto, es verdad que la Fedteme que por mantener las tasas demasiado bajas por demasiado tiempo se generen nuevas burbujas que pongan en riesgo la estabilidad financiera futura. Y algo que trata de evitar es, justamente, contener el encarecimiento de los activos para evitar nuevos estallidos de burbujas futuras que provoquen convulsiones en los mercados financieros globales y aboquen a la economía mundial a una nueva recesión.
Y que también sospecha que, de mantener una política monetaria demasiado laxa un tiempo excesivo, la economía estadounidense se pueda sobrecalentar y generar presiones inflacionarias. No en vano, admitió en el comunicado que las cifras de empleo de junio fueron “fuertes”, que “el mercado laboral se ha fortalecido” y que eso apunta a una “mayor utilización de la capacidad de trabajo”, dando a entender que un mercado laboral más apretado puede generar presiones salariales que se trasladen a los precios finales para el consumidor.
Sin embargo, esos riesgos no parecen ser inminentes. Y entre tanto, la economía estadounidense se beneficia de unas tasas ultrabajasque seguirán alentando el gasto de consumo e inversión, resistiendo de este modo todos los shocks que le llegan del exterior.
Mañana lo podremos comprobar, cuando se publique el PIB avanzado para el segundo trimestre, dato que debe corroborar que lo del primer trimestre no fue más que un mero bache. El consenso de analistas estima que el crecimiento del PIB se acelere a una tasa de 2.6% comparado con 1.1% en el primer trimestre (nuestro pronóstico es un poco más alto, de 2.8%).
Las expansión estadounidense sigue sustentada en el auge del gasto de consumo, que representa en torno a un 70 por ciento del PIB: se estima que este componente crezca a una tasa de 4.3% tras aumentar un modesto 1.5% en el primer trimestre.
De ser así, el crecimiento del PIB durante la primera mitad del año sería cercano al 2.0%, comparado con una tasa de 2.3% en la primera mitad de 2015. Eso sí, pendientes también a las revisiones que la Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés) realizará para el período comprendido entre el primer trimestre de 2013 y el primero de 2016: veremos si, con esas revisiones, la economía trae más o menos fuerza de lo que nos han dicho, algo que también puede pesar en las decisiones de la Fed.
Y nada mejor para México que la recuperación estadounidense siga su curso y que la Fed se demore en elevar las tasas de interés.
También podremos comprobarlo mañana, cuando el Inegi publique el PIB preliminar para el segundo trimestre, reporte que debe sustentar que la expansión económica en México sigue firme, y que también está aguantando bien los golpazos que llegan del exterior.
El consenso prevé una tasa de 2.4% en el segundo trimestre, una ligera desaceleración respecto a la tasa de 2.6% del primero. Nuestra expectativa es que repita el mismo número de 2.6%, por lo que el crecimiento durante la primera mitad de año sería también de 2.6%, confortablemente asentado en el rango de crecimiento previsto para este año por el gobierno de entre 2.2% y 3.2%.
Por tanto, nuestro escenario sigue siendo que, en caso de que la Fed vea a Trump como un riesgo económico para el corto plazo, no habrá subida de tasas durante la campaña.
Una decisión así es un asunto delicado, que puede generar turbulencias en los mercados globales y puede desviar la atención de los candidatos y de los votantes justo antes de las elecciones. Y la Fed debe prevenirse de provocar una etapa de volatilidad justo antes de las elecciones, coyuntura que podría ser aprovechado por Donald Trump para atacar la política económica de Obama y de la candidata demócrata, Hillary Clinton.
En consecuencia, creemos que la Fed, en caso de llegar a subir las tasas este año, se esperaría hasta diciembre.
Entre tanto, México debe beneficiarse de este contexto de bajas tasas de interés globales, lo que a su vez restará presión sobre Banco de México, y beneficiarse del auge estadounidense para preservar tasas de crecimiento cercanas al 2.5%, algo nada desdeñable si tenemos en cuenta, tal y como nos acaba de recordar la Cepal, que la economía de Latinoamérica se puede contraer un 0.8% este año ante las graves recesiones de Venezuela (con una proyección de -8.0% para este año según la Cepal), Brasil (-3.5%), Ecuador (-2.5%) y Argentina (-1.5%).
INFOGRAFÍA
El comunicado de la Fed no transmitió sentido de urgencia por elevar las tasas de interés. Al parecer, la Fed todavía ve riesgos económicos en el corto plazo (¿será Trump uno de ellos?), por lo que luego de conocerse el comunicado, Wall Street se recuperó, la tasa de 10 años se deprimió y los futuros de los fondos federales asignaron menores probabilidades a una subida de tasas…
Fuente: Bloomberg
… ahora bien, con Wall Street cerca de los récords y con la recuperación de Estados Unidos a paso firme, las verdaderas intenciones de la Fed se conocerán cuando se publiquen las minutas de la reunión dentro de dos semanas. Mañana, se publica el PIB de EU para el segundo trimestre y veremos la fuerza de la recuperación. Tambiénm se publicarán revisiones a datos previos…
Fuente: Bloomberg. Tasa Trimestral Anualizada. e= estimación encuesta Bloomberg
… entre tanto, México se beneficia del contexto de bajas tasas de interés globales y de la recuperación estadounidense. Mientras otras economías de Latinoamérica se hayan en grave recesión, México es capaz de mantener tasas de crecimiento cercanas al 2.5%.
Fuente: Bloomberg. Tasa Anual sobre la serie original. e= consenso de Bloomberg
… mañana se publica el reporte preliminar del PIB de México para el segundo trimestre. El consenso de analistas estima un crecimiento de 2.4%, si bien nuestro pronóstico es un poco más alto, de 2.6%. Durante la primera mitad del año, el PIB se habría expandido cerca del 2.5%, dentro del rango de la SHCP de 2.2% a 3.2%.