Pan, Circo y Pecunia
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El irreprimible encanto de Wall Street

11-07-2016 10:30

Tras las turbulencias del Brexit, la espectacular cantidad de trabajos creados en Estados Unidos trajo un resplandeciente fulgor a la economía global.

El espectacular dato de empleo de Estados Unidos para el mes de junio, con la creación de 287,000 nuevos puestos de trabajo, trajo un resplandeciente fulgor al sombrío panorama de la economía global. Tras las turbulencias del Brexit y el malestar generado por las dificultades de la banca italiana, se precisaba de algo que regresara la calma a los mercados. Y fue de nuevo la economía estadounidense, ese gigante que resiste todas las embestidas externas, la que salió a restablecer un poco de paz. Quizás el crecimiento mundial renquee, pero la expansión americana sigue floreciente y próspera, incólume a los trancazos provenientes del exterior, generando confianza y seguridad entre los inversionistas. El mejor indicio nos llega de Wall Street. Después de todos los avatares del Brexit, el S&P’s 500 coqueteó el viernes con la posibilidad de cerrar en un nuevo récord histórico, aunque al final no logró: terminó en los 2,129.90 pts, a menos de un punto de su récord histórico de mayo del año pasado, los 2,130.82 pts.

Y es que para los inversionistas la bolsa estadounidense vive, en contraste con la dura verdad de otros mercados, un mundo de ensueño. La economía crece, y crece bien. Tras la desaceleración observada en los últimos trimestres, los indicadores apuntan a que resurgió con fuerza durante el segundo trimestre. Nuestro pronóstico es que se expandió a un ritmo cercano al 2.5% tras una magra tasa de 1.1% en el primer trimestre, alentado por el gasto de consumo, que representa en torno a un 70% del PIB de Estados Unidos.

Aún faltan por conocerse las ventas minoristas para el mes de junio, que se publicarán este viernes, pero posiblemente el gasto de consumo se fortaleció durante los tres meses del segundo trimestre. El consenso estima que las ventas se incrementaron un 0.1% en junio, tras aumentar un 0.5% en mayo y un 1.3% en abril. De ser así, las ventas minoristas crecieron a un ritmo anualizado de 2.6% en el segundo trimestre en contraste con una contracción de 0.7% en el primer trimestre. Es verdad que las ventas minoristas representan en torno a un 40% del gasto del consumo total (o un 28% del PIB de Estados Unidos) pero es una buena referencia sobre el dinamismo que ha ganado el consumo privado durante el segundo trimestre. De ser así, el gasto de consumo personal total, tal y como se incluye en el PIB, y que representa en torno a un 70% de la economía, podría acelerarse a algo cercano a 3.5% comparado con una tasa de 1.5% en el primer trimestre.

Pero no sólo es el consumo ni los 287,00 puestos de trabajo creados en junio. Durante ese mes, el ISM del sector servicios, que representa en torno a un 90% de la economía, se disparó a 56.5 comprado con 52.9 en mayo, lo que parece sugerir que la economía entra en la segunda mitad del año con bastante fuerza.

El mayor auge económico también se dejará sentir en los reportes corporativos, sobre todo una vez que se han absorbido las pérdidas en el sector petrolero. Justo hoy empieza la temporada de reportes corporativos para el segundo trimestre con los resultados de Alcoa. Y lo peor parece haber quedado atrás. El piso se pudo tocar en el primer trimestre, cuando las utilidades del S&P’s 500 se contrajeron un 6.7% anual. Es verdad que se espera que vuelvan a caer en el segundo trimestre, con una disminución de 5.4% (o -1.9% excluyendo el sector de energía). Eso significaría el quinto trimestre consecutivo de descensos en las utilidades, la peor racha desde el 2009, cuando concluyó la Gran Recesión. Sin embargo, la tendencia de recuperación de los beneficios se consolidará durante la segunda mitad del año. En el tercer trimestre podrían crecer un 1.9% y en el cuarto un 7.3%, logrando ya incrementos de doble dígito en el primer trimestre de 2017 (+15.5%). Por tanto, que la economía estadounidense marche bien y que se esté reflejando en los beneficios corporativos una vez superado el impacto de la crisis petrolera sobre las utilidades sigue seduciendo a los inversionistas hacia Wall Street.

Pero no sólo es eso. La atracción de la bolsa neoyorquina se ha visto tonificada, además, por la caída de las tasas de interés de largo plazo, más con el desplome que sufrieron con el Brexit. Así las cosas, los inversionistas han buscado mejores rendimientos en las empresas que están ofreciendo jugosos dividendos, acciones como Cisco o Pfizer. ¿Por qué no hacerlo así si el dividendo que me ofrecen supera el rendimiento de los bonos de largo plazo y, con la economía estadounidense en buen estado, me puede ofrecer además ganancias de capital? Sólo basta con ver que la rentabilidad del dividendo del S&Ps’ 500, del 2.15%, supera de lejos a la tasa del bono de 10 años de Estados Unidos (1.36%) e incluso a la de 30 años (2.10%). Eso explica que de los fondos negociables en bolsa, los ETFs, el que ha subido más en el año es el que se concentra en acciones de altos dividendos, el Vanguard High Dividend Yield, con un rendimiento del 8.2%, comparado con un 4.3% del S&P’s 500.

Además, esa estrategia cobra más sentido ahora que con el Brexit y las elecciones presidenciales de Estados Unidos a la vuelta de la esquina, el escenario de una subida de tasas por parte de la Fed para este mismo año se ha diluido. Es verdad que el comportamiento de la economía estadounidense aconseja subir las tasas de interés cuanto antes, más con el S&P’s 500 a punto de cantar un nuevo récord. Si la Fed solo atendiera a consideraciones domésticas, no dudaría en elevar las tasas de interés a finales de este mes, en la reunión del 27 de julio. El mercado laboral goza de buena salud: lo dice la nómina no agrícola, pero también la tasa de desempleo, el crecimiento de los salarios, con tasas no vistas desde el 2009, y las solicitudes de subsidios de desempleo, cerca de un mínimo de 43 años. La economía crecerá con vigor en el segundo trimestre y las presiones inflacionarias cada vez son más latentes. El viernes se publicarán los precios al consumidor de junio, y la inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, puede repetir una tasa de 2.2% en junio, por encima del objetivo de la Fed de 2.0%. Que sorprendiera con un dato más elevado puede poner en apuros al banco central. Por otro lado, a la Fed no le gusta ver al S&P’s 500 tan alto, al percibir que puede ser reflejo de nuevos excesos y fuente de inestabilidad financiera futura.

Pero la Fed ya no toma las decisiones de política monetaria atendiendo sólo a consideraciones locales. Y con el resto de la economía global prendida de alfileres, con el Banco de Inglaterra (¡atentos a su decisión de política monetaria el jueves, la primera reunión tras el Brexit!), el Banco Central Europeo y el Banco de Japón contemplando recurrir a nuevas políticas expansivas, el mercado no se cree que la Fed pueda actuar a contracorriente. Tras el dato de empleo, los futuros de los fondos federales apenas descuentan con una probabilidad del 21% un alza de tasas este año, comparado con un 50% antes del Brexit. Por eso Wall Street está a un tris de cantar un nuevo récord, porque mientras el resto del mundo vive afligido, él cautiva con crecimiento económico, atractivos beneficios corporativos, seductores dividendos y carretadas de dinero barato. Y así sigue este eterno mercado “bull”. ¿Se puede pedir algo más?

El S&P’s 500 coqueteó el viernes con un nuevo máximo histórico y si no lo logró fue por un tris. El sorprendente dato de empleo de junio espantó los temores de desaceleración. El PIB luce bien para el segundo trimestre, con una tasa cercana al 2.5%, impulsado por el gasto de consumo. Las ventas minoristas de junio que se publican el viernes deben corroborar un buen segundo trimestre para el consumo privado… 

… el crecimiento de la economía estadounidense supondrá una mejora de los beneficios corporativos del S&P’s 500, una vez digerido el impacto del derrumbe del precio del petróleo sobre las utilidades del sector de energía. La racha de caídas en las utilidades del S&P’s 500 ha sido la peor desde el 2009, pero el piso se pudo tocar durante el primer trimestre, esperándose de aquí en adelante una senda ascendente…  

… esas expectativas no sólo hacen al S&P’s 500 un destino bastante confiable para los capitales, sino además muy atractivo en relación a los activos tradicionalmente más seguros, los bonos del Tesoro de EU. Ante el derrumbe de las tasas de largo plazo tras el Brexit, la rentabilidad de los dividendos del S&P’s 500 superan lo que te puede ofrecer un bono de 10 años o incluso de 30 años… 

… esa estrategia cobra más sentido si además tenemos en cuenta que los planes de la Fed para elevar la tasa de referencia este año cada vez se ven más complicados, no tanto por la situación de la economía y los mercados domésticos, que aconsejarían una subida de tasas cuanto antes, sino por el difícil contexto internacional, más aún tras el Brexit. La probabilidad de un aumento de tasas este año es de apenas el 21%.

 

ACERCA DEL AUTOR
José Miguel Moreno
Economista por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabajó en la consultoría estadounidense Stone & McCarthy Resarch en Londres, Nueva York y México DF, realizando análisis para las economías de Europa y América Latina. En México fue director editorial de Infosel, así como consejero, columnista y jefe de análisis económico de El Semanario de Negocios y Economía . Además de conferencista, ha colaborado con T1msn, Invertia, Radio Intereconomía, O Estado de Sao Paulo y The Miami Herald, entre otros medios. Actualmente dirige “Llamadinero.com”, es asesor, colaborador de la revista Forbes México y profesor titular en la Facultad de Economía de la UNAM.
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