Quizás no haya discurso más importante para un presidente de la Reserva Federal (Fed) que su comparecencia semestral en el Congreso. Lo es porque más allá del discurso oficial, se tiene que someter a las preguntas de los legisladores, que tratan de rascar más allá de lo que la Fed quiere que sepamos de sus expectativas económicas, de sus intenciones de política monetaria y de su gestión como supervisores del sistema financiero y de sus potenciales riesgos.
Allá acudió la presidenta de la Fed, Janet Yellen, estos dos últimos días. Y se siguió, como era de esperar, con la máxima atención no sólo por los inversionistas sino también por las principales autoridades monetarias del mundo, incluyendo al Banco de México (Banxico). La coyuntura, sin duda, es delicada: la economía de Estados Unidos es ahora mismo la que mejor marcha del mundo y la expectación es enorme respecto a cuándo podría empezar a subir las tasas de interés por las implicaciones que tendría sobre los mercados globales.
De la disertación de Yellen se desprende que ni ellos mismos tienen claro cuándo podrían empezar a subir las tasas de interés, como que les da algo de susto. Por un lado dicen que pese a la mejora del mercado laboral, muchos estadounidenses permanecen sin trabajo o están subempleados, que los salarios crecen poco, que la inflación está demasiado baja y seguirá cayendo en el corto plazo, que el dólar se ha apreciado demasiado y que una subida de tasas prematura puede hacer descarrilar la recuperación.
Por el otro, afirman que la recuperación ya es vigorosa, que el crecimiento de los salarios es un indicador retrasado de la salud del mercado laboral, que los bajos niveles de inflación se deben sobre todo a factores transitorios (la caída del petróleo), y que la Fed debe de responder de manera anticipada, antes de que los precios entren en una senda inflacionista.
Por tanto, nada hay seguro a ciencia cierta. Pero si de la larga comparecencia Yellen durante estos dos días tuviéramos que sacar algunas conclusiones serían las siguientes.
Uno: las acciones de política monetaria de la Fed dependen de lo que digan los datos. Y ahora mismo la clave está en el comportamiento de la inflación. Yellenlo dijo bastante claro: afirmó que siempre y cuando las condiciones del mercado laboral sigan mejorando (y se espera que así sea), el Comité estimará apropiado subir las tasas de interés cuando esté “razonablemente seguro que la inflación regresará en el mediano plazo hacia su objetivo de 2.0%”.
Dos: si la variable clave a observar es la inflación, nos tememos que la Fed tiene margen para ser “paciente”, que dicha palabra se mantendrá en los comunicados de marzo y abril. La razón es que no hay motivos para pensar que la inflación tienda en el corto plazo a una tasa de 2.0%. En diciembre, la inflación, medida por el deflactor del gasto de consumo personal que es el indicador de precios preferido de la Fed, registró una tasa interanual de 0.7%, muy lejos del objetivo de 2.0% y la tasa más baja desde octubre de 2009, cuando la economía de Estados Unidos salía de la Gran Recesión. Además, Yellen hizo énfasis en que espera que la inflación siga descendiendoen el corto plazo ante el declive de los precios del petróleo.
Tres: que dentro de la inflación, una variable fundamental a observar y que creemos puede ser la principal causa que agote la “paciencia” de la Fed es la evolución de los salarios.El crecimiento de los salarios ha sido hasta hace poco frustrante. Pero recientemente se han registrado algunas mejoras. Por ejemplo, el dato de enero fue muy bueno: las remuneraciones por hora brincaron un 0.5% respecto a diciembre, el mayor incremento mensual desde noviembre de 2008. En términos anuales, respecto a enero de 2014, la subida fue de 2.2%, la mejor tasa desde agosto. Si esa tendencia al alza en las remuneraciones es sostenida, si prosigue en los próximos meses, puede ser argumento suficiente para que a la Fed se le acabe la “paciencia”.
En efecto, un incremento rápido de las remuneraciones indicaría que, ante la rápida creación de empleo, empiezan a escasear los trabajadores cualificados en algunas disciplinas, lo que estaría empujando a las empresas a elevar los sueldos para retener a los empleados. El impacto inflacionario de los mayores salario podría ser la señal razonable de que la inflación, superado el efecto transitorio de los precios del petróleo, podría retornar, en el mediano plazo, al objetivo de 2.0%.
Cuatro: por “paciente” la Fed quiere decir que no subirá tasas en al menos las dos próximas reuniones, por lo que si llegara a mantener dicho vocablo hasta la reunión del 29 de abril, la Fed no incrementaría las tasas ni en la reunión de junio ni julio, retrasando la posibilidad de una subida de tasas hastael último trimestre del año.
Quinto: que mientras la Fed sea “paciente”, Banxico puede permanecer sentado con las tasas en su actual nivel de 3.0%. Ahora bien, si como ha advertido algún miembro de la Junta de Gobierno, Banxico pretende ser “preventivo” y aumentar las tasas antes de que lo haga la Fed para contener el riesgo de una potencial salida de capitales, el detonante de un aumento de tasas por parte de Banxico será, simple y llanamente, la supresión de la palabra “paciente” del comunicado de la Fed. A partir de ese momento, y antes de que la Fed lo haga, Banxico podría subir las tasas de interés, lo cual podría suceder durante el verano.
Sexto: otro elemento que podría impacientar a la Fed podría ser un rally vigoroso de las bolsas, impulsado por la propia “paciencia” de la Fed y la oleada de expansión monetaria global que se ha producido en lo que llevamos de año, liderados por el Banco Central Europeo. La Fed quiere salvaguardar la estabilidad financiera futura, y le produce algo de inquietud observar las actuales valuaciones.
Ya en el pasado, Yellen había advertido de la posible conformación de “burbujas” en algunos sectores específicos, y mencionó el de biotecnología y el de redes sociales.
En esta ocasión no estigmatizó a ningún sector por su nombre, pero advirtió que las valuaciones del capital están, bajo algunas medidas convencionales, “algo por encima de sus niveles históricos promedio” además de que “las métricas de valuación en algunos sectores siguen pareciendo excesivas respecto a sus parámetros históricos”.
Sin embargo, Yellen relativizó esas exageradas valuaciones de las acciones al compararlo con el bajo rendimiento que ofrecen los bonos del Tesoro, lo que daba margen a los inversionistas para comprar acciones con un premio mayor al observado en el pasado. Dicho esto, nos tememos que un encarecimiento abrupto de las valuaciones en el corto plazo podría ser otro factor que terminar por extenuar la “paciencia” de la Fed.
Desde nuestro punto de vista, Yellen tiene pocos incentivos para incrementar las tasas de interés, más en un contexto de baja inflación… y hasta le produce vértigo. Por eso se hace la remolona y busca pretextos para ser paciente. El temor es que conforme avance el ciclo de subida de tasas, se produzcan convulsiones en los mercados financieros y la recuperación económica mundial descarrile. Si no hay riesgos de inflación, que es el principal argumento para elevar las tasas, ¿para qué apretar las condiciones monetarias con el peligro de que todo estalle antes de tiempo? ¿No le acusarían luego de que se adelantó, de que se precipitó, por “impaciente”?. La historia reciente dice que cada ciclo de subida de tasas termina en hecatombe. Yellen lo sabe y por eso no tiene ninguna prisa. Entre tanto las bolsas de Nueva ntre tanto las bolsas de Nueva York, Londres y Fráncfort en nuevos récords.
Infografía
De la comparecencia de Yellen se desprende que la primera subida de tasas depende, en esencia, de la inflación, de que perciban de que puede retornar al objetivo de 2.0%. Esa expectativa es difícil que se materialice en el corto plazo: la inflación ya está muy baja y se espera siga cayendo en el corto plazo debido a la caída del precio del crudo…
… dentro de la inflación, una variable fundamental a observar es el crecimiento de los salarios. En caso de acelerarse como consecuencia del elevado ritmo de creación de empleo, podría ser el argumento que agote la paciencia de la Fed…
… Banxico ha advertido que puede actuar de manera preventiva y subir antes que la Fed con el fin de contener la salida de capitales. ¿A qué teme Banxico? Con la colosal expansión global se ha producido una avalancha de capitales foráneos en el mercado local que podría revertirse de manera violenta con el alza de tasas de la Fed…
… la potencial salida de capitales, a su vez, se traduciría en nuevas caídas del peso, una divisa que se ha depreciado de manera abrupta desde mediados del año pasado por el derrumbe del precio del crudo y que podría implicar presiones inflacionarias en el futuro...