El viernes el INEGI publica el dato del PIB de México para el tercer trimestre. Será como un plebiscito, como un “sí” o un “no” al pronóstico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que aún mantiene en 2.7%. Banco de México (Banxico) ya votó: lo hizo ayer. Y ya le dijo “no” al pronóstico del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Banxico estrechó el rango de crecimiento para el 2014 por la parte alta: en vez de prever una expansión económica de entre 2.0% y 2.8% para todo el 2014, ahora lo estima entre 2.0% y 2.5%. Con esto, el pronóstico de la SHCP queda fuera de las expectativas de Banxico.
En Dinero Llama Dinero votamos mucho antes por ese “no”. El 14 de agosto de este año, antes de que se conociera el PIB para el segundo trimestre, ya veíamos inalcanzable el 2.7% de la SHCP, que era justamente nuestro pronóstico previo. En aquel día, en una nota titulada “¿Qué pudo ver Banxico para recortar el PIB de 2014?” propusimos un número de 2.3% para todo el 2014, más o menos la mitad del actual rango de Banxico, y advertíamos que el mercado tendría que afilar la pluma para recortar sus previsiones de crecimiento, incluyendo a la propia SHCP. En efecto, por aquellas fechas el consenso de analistas, según la encuesta de Banxico, estimaba una crecimiento del PIB de 2.5%. En octubre, esa estimación ya era de 2.3%.
El dato del PIB que se publicará el viernes será consistente con ese pronóstico. Nuestra estimación es que la economía se expanda un 2.4% en el tercer trimestre, ligeramente por encima de lo previsto por los analistas (2.3%). Ese dato corroborará que si bien se va materializando una mejoría de la economía, ésta está resultando desesperadamente moderada.
El año inició mal debido por dos motivos: uno, la contracción de la actividad en Estados Unidos debido al temporal de frío, lo que también repercutió en una menor actividad económica en México. Y dos, la reforma hacendaria que entró en vigor con el inicio del año. El alza de impuestos junto con la subida de precios redujo la renta disponible real de las familias e impactó al gasto de consumo. También pudo afectar al ritmo de actividad cierta parálisis en algunos sectores claves a la espera de que se conocieran los detalles de las leyes secundarias referentes a las reformas estructurales.
Sin embargo, la recuperación económica en México comenzó a ganar músculo conforme la actividad económica de Estados Unidos repuntaba, se desvanecía el efecto negativo de la reforma fiscal, y el sector de construcción, que había sufrido una larga recesión, se empezaba a reanimar por el mayor dinamismo del sector vivienda y una ejecución más acelerada del gasto público.
Por tanto, a partir del segundo trimestre comenzó un fuerte auge del sector exportador de México, al tiempo que la construcción empezaba a contribuir a la expansión de la economía. Frente a esos sectores, el rubro de minería entraba en una etapa de contracción debido al descenso de los precios del petróleo así como la disminución de la plataforma petrolera, en tanto que la recuperación de la demanda interna ha sido más lenta de lo previsto.
Durante el período julio-agosto, la economía se fortaleció un poco más: la tasa de expansión fue de 1.9% comparado con un crecimiento del 1.7% durante los primeros seis meses del año. Sin embargo, el trimestre podría mejorar sustancialmente una vez que se incorpore el mes de septiembre.
Durante ese mes, la producción industrial aumentó un 3.0%, lo que representó la tasa más elevada desde julio de 2012 (+3.5%). El dinamismo de la producción industrial de septiembre debe atribuirse al auge del sector exportador y a la fuerte reactivación de la construcción gracias a una base de comparación muy favorable.
Así, la manufactura, que representa en torno a la mitad de la actividad industrial, se incrementó un 4.8%, destacando los rubros más exportadores: la fabricación de equipo de computación (+9.3%), de equipo de transporte (+9.5%), y el de aparatos eléctricos, accesorios y equipo de energía (+15.2%). Por otro lado, la construcción empieza a salir de su larga recesión. El sector acumula ya cuatro meses consecutivos de aumentos luego de dieciocho meses de caídas en la actividad. En septiembre trepó un 5.1%, la tasa más poderosa desde noviembre de 2011, con un importante impulso del rubro de edificación, el de más peso dentro del sector, que se incrementó un 6.9%. El subcomponente de construcción de obra civil, más asociado a la inversión pública, se sigue deprimiendo, aunque a tasas más modestas. En septiembre se redujo un 1.5%, cuando a principios de año se estaba contrayendo a tasas cercanas al 5.0%.
La minería, sin embargo, sigue decepcionando y muestra un claro deterioro: a la caída de la planta petrolera hay que sumar el fuerte declive de los precios del crudo desde mediados de junio junto al retroceso de otras materias primas como el oro y la plata, el mineral de oro o el cobre. Ese descenso puede haber desincentivado la extracción de productos primarios, reduciéndose así su actividad. En septiembre, se hundió un 2.7%, la peor tasa desde septiembre de 2011. Entre los subcomponentes, la extracción de crudo bajó un 3.8% y los servicio relacionados con la minería un 1.3%.
Por el lado del sector terciario, nuestra expectativa es que la actividad ascienda un 3.4% durante el mes de septiembre tras una magra tasa de 1.0%. Esa sustancial mejoría se debe, junto con el reciente descenso de la tasa de desempleo y la mejora de la confianza del consumidor, al efecto calendario: este año, los mexicanos disfrutamos de un largo puente por las fiestas patrias, algo que no sucedió el año pasado. Eso contribuirá a mejorar el nivel de consumo en al menos cuatro rubros: comercio, transporte, servicios de ocio y alojamientos y hostelería.
De ser correcta esta percepción, el Igae para el mes de septiembre se aceleraría a 3.3% comparado con 1.3% en agosto y 2.5% en julio. En consecuencia, el PIB se expandiría a una tasa de 2.4% para todo el tercer trimestre.
Con esa tasa, se precisaría, para alcanzar la meta del gobierno de 2.7%, que el PIB se expandiera a una fabulosa tasa de 4.9% durante el último trimestre del año. Banxico no cree que eso sea posible. Y nosotros tampoco. Pese a la favorable base de comparación, el dinamismo de la demanda interna sigue siendo débil, y no trae el empuje necesario para alcanzar ese espléndido crecimiento. Nuestra estimación es que, dada la actual coyuntura, el cuatro trimestre del año promedie una tasa cercana al 3.3%, lo que resultaría en un crecimiento para todo el 2014 de 2.3%.
Lamentablemente, durante el primer año de la actual administración, la economía tuvo un comportamiento aún peor, con un pírrico incremento de 1.1%. En consecuencia, los dos primeros años del regreso del PRI a Los Pinos nos trajo un decepcionante crecimiento de 1.8%, no mucho mejor de lo observado en recientes administraciones. Veremos si el viernes, con el dato del PIB en la mano, la SHCP hace un nuevo ajuste a la baja, o todavía confían en un milagroso cuatro trimestre. Ahora bien, es el momento de mirar hacia el 2015 con la esperanza de alcanzar esas tasas que nos prometieron, y que el gobierno de Peña Nieto ve en 3.7%.
INFOGRAFÍA
El 2014 ha sido decepcionante en lo que a crecimiento económico se refiere. El consenso de analistas ha venido paulatinamente recortando su pronóstico de crecimiento para situarlo, en la encuesta de octubre, en 2.3%, una expectativa que en estas páginas aventuramos en el mes de agosto….
… para el tercer trimestre, nuestro pronóstico es que el PIB se expanda un 2.4%, lo que sería la tasa más robusta desde diciembre de 2012, cuando al final del mandato de Calderón la economía creció un 3.4%....
… en la composición del sector secundario para el tercer trimestre, destaca la fuerte expansión de la manufactura por el auge de la economía estadounidense y la reactivación del sector de construcción tras una larga recesión, en tanto la minería se ha deprimido por el declive de la plataforma petrolera y el reciente declive de los precios de las materias primas…
… si se cumpliera el pronóstico de crecimiento de 2.4% para el tercer trimestre, el PIB debería subir un espectacular 4.9% para lograrse el objetivo de 2.7% del gobierno.