Pues como se esperaba, la Fed volvió a recortar el monto de compra de activos en otros 10,000 millones de dólares (mdd) para situarlo en 65,000 mdd. Los gobiernos de los mercados emergentes, los banqueros centrales, que llevan una racha de subida de tasas ante la salida de capitales (Brasil, India, Turquía, Sudáfrica) temblaban ante la decisión de la Fed y, sobre todo, la reacción de la tasa del bono de 10 años de EE.UU. Lo que temen es que nuevas alzas en las tasas de largo plazo que resten atractivo a los bonos de los mercados emergentes detonen nuevas salidas de capitales.
También la propia Fed debía estar ansiosa sobre cómo reaccionaría la tasa del bono de 10 años de EE.UU. a su decisión. La reciente subida de las tasas de interés de largo plazo ha presionado también para arriba a las tasas hipotecarias. Y la combinación de hipotecas más caras y precios de la vivienda más altos ha socavado en los últimos meses las compras de vivienda. De hecho, el texto del comunicado advierte que “la recuperación en el sector de casas se ha desacelerado algo”.
Pero todos ellos deben ver con alivio que, contrariamente a lo que se podría esperar, a la decisión de la Fed respondió la tasa de 10 años del bono del Tesoro de EE.UU. con descensos. Respecto al cierre de ayer, la tasa cae 5 pbs para negociarse en 2.70%, la más baja desde el 18 de noviembre. La tasa, que ya se negociaba a la baja antes de la decisión, se deprimió un poco más tras la reunión de la Fed y tocó un mínimo intradía de 2.68%.
Pero esta situación no es nueva en este 2014. Ante la aversión al riesgo que ha provocado la volatilidad de los mercados emergentes, los inversionistas han buscado refugio en los bonos del Tesoro de 10 años, presionando la tasa a la baja. El 2013 terminó el año con la tasa del bono de 10 años en 3.0%. Pero el zarandeo de los mercados emergentes ha llevado a la tasa hoy a 2.70%, una caída de 30 pbs.
Esta historia empieza a recordar a lo que se vivió durante el anterior ciclo de restricción monetaria, cuando la FEd, entonces al mando de Alan Greenspan, subía las tasas de referencia, empujando al alza el tramo corto de la curva, en tanto el tramo largo permanecía deprimida, provocando un aplanamiento de la curva. El hecho de que las tasas de largo plazo no reaccionaran a los impulso de la Fed lo definió el venerable Greenspan como un “conundrum” o acertijo, al no comprender por qué no estaba funcionando el mecanismo de transmisión monetaria.
¿Estamos ante una segunda edición del “conundrum”? De momento, es lo que conviene a la Fed y a los emergentes. Si la tasa del bono de 10 años no reacciona al alza a las decisiones de política monetaria, más fácil será para la sucesora de Bernanke, Janet Yellen, seguir retirando los excesos de estímulo monetario sin golpear tanto ni a los emergentes ni a la propia recuperación de la economía de EE.UU. En el tramo corto de la curva, la tasa del bono de 2 años también reacciona a la baja y desciende 3 pbs a 0.35%.
Pese a la reacción favorable de los bonos del Tesoro, Wall Street tras la decisión de la Fed. La reacción ha sido bastante tranquila: antes del anuncio caían entre 0.7% y 0.8%, y con esos descensos prosiguen. El Dow Jones cae 0.8%, el Nasdaq un 0.7% y el S&P’s 500 un 0.8%. El euro finalmente, se deprecia un 0.1% a 1.365 dólares por euro.