Eugenia Sepúlveda
Ethos Laboratorio de Políticas Públicas
Los problemas que enfrenta México son tan profundos que ni siquiera Trump y sus constantes ataques pueden desviar la atención de ellos.
En los últimos meses la imagen internacional de México pasó por una situación bastante peculiar.
Desde que Trump ganó las elecciones hasta hace algunas semanas, los periódicos internacionales se dedicaron a publicar principalmente notas relacionadas a la relación de ambos países y de cómo México sufría bullying por parte de Estados Unidos.
De alguna manera, esta situación le dio un respiro a Peña Nieto y a México.
Enrique Peña Nieto, Presidente de México y Donald Trump, Presidente de Estados Unidos.
Después de muchos años con una imagen internacional destrozada por la corrupción y la impunidad, sin querer Trump le dio una pausa a los gobernantes del país y le brindó a Peña la oportunidad que pocos presidentes impopulares tienen y que todos buscan: la opción de convertirse en un estadista, aunque solo fue por unas semanas.
Por unos meses lo que Trump haría o no haría en el poder se convirtió en el reto más grande —o eso se creía— de México.
Al ser el centro de atención de la prensa internacional, México se convirtió en víctima de las acciones de Trump, suavizando la presión que había sobre Peña Nieto.
Incluso varios medios internacionales —Business Insider, Bloomberg, El País, Los Angeles Times y otros— describieron en sus publicaciones un cambio en la relación de ambos países.
Te puede interesar:
Llega Trump, cargando sus discursos de odio hacia los mexicanos,
31 de agosto de 2016
Empezaron a percibir un país que dejó de ser pasivo y empezó a ocuparse de los problemas migratorios y comerciales que se avecinan y que está dispuesto a utilizar todas las herramientas posibles para defender sus intereses.
Incluso algunos medios internacionales se enfocaron en el impacto positivo de las acciones del gobierno y resaltaron el ligero aumento en la popularidad de Peña Nieto.
Sin embargo, los problemas de México son tan fuertes que no pueden esconderse, ni siquiera detrás de un villano tan grande como EE.UU. Durante los últimos cuatro meses México ha estado presente en la agenda mediática internacional por diferentes temas.
Los principales: la inseguridad para ejercer el periodismo y los escándalos de corrupción de las autoridades.
La prensa extranjera centra la atención en México, por su creciente inseguridad para los periodistas.
No es novedad que México es conocido internacionalmente por sus altos índices delictivos, su «guerra» contra el narcotráfico y sus miles de homicidios mensuales.
Pero lo que ha llamado la atención de la prensa extranjera es la creciente inseguridad para los periodistas en México. Este país se ha convertido en uno de los más peligrosos para ejercer esta profesión, situándose, según The New York Times “entre Afganistán, un país devastado por la guerra, y Somalia, categorizado como Estado fallido.”
Prueba de ello es que el mes pasado el periódico El Norte en Ciudad Juárez cerró como consecuencia de la constante violencia hacia los periodistas. Tan solo en el 2016, 11 periodistas mexicanos fueron asesinados y ya hay varios más asesinados en el 2017.
Entre los casos más comentados están el de Javier Valdez y Miroslava Breach.
Te puede interesar:
Golpes a la libertad de prensa menguan la participación ciudadana en México,
19 de abril de 2017
Por otro lado, el sexenio de Peña Nieto ha estado repleto de escándalos de corrupción —como la Casa Blanca— y los últimos meses no han sido la excepción.
A pesar de que se logró detener —con ayuda de autoridades internacionales— a dos de los exgobernadores más buscados, Tomás Yarrington y Javier Duarte, se libró una orden de aprehensión en contra del exgobernador de Chihuahua, quien actualmente está prófugo y se detuvo al ex fiscal de Nayarit por tráfico de drogas.
Todo esto no hace más que exponer lo profundo del problema de corrupción en México.
Existe una gran preocupación sobre lo que pasará en México cuando regresen miles de migrantes a consecuencia de las políticas de Trump. Si el país no logra crear los suficientes empleos, muchos de ellos podrían terminar delinquiendo, lo que agravaría aún más los problemas del país.
Pero no todo tiene que ser desesperanzador. Hace algunas semanas The New York Times publicó la historia de un migrante deportado que logró reconstruir su vida en México.
Te puede interesar:
Los gobernadores: Corrupción sistématica, Claudio Jones,
24 de abril 2017
Lalo fue deportado por segunda ocasión en 2007 y, decidido a que no le sucediera de nuevo, trabajó en uno de los restaurantes más prestigiosos de México para posteriormente independizarse y abrir uno de los mejores restaurantes de Ciudad de México.
Su imperio está creciendo y ya es el chef propietario de 3 restaurantes en la capital y múltiples colaboraciones.
La publicación fue precisa en la coyuntura al ofrecer una historia de valor y esperanza a los migrantes que viven en EE.UU. y que regresarán a México. Una luz al final del túnel, si no lo es para el país, sí para individuos que luchan por su progreso.