Por José Luis Chicoma
@joseluischicoma
Director General de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas
Hace unos días el The New York Times publicó una editorial lapidaria para Peña Nieto y su gobierno, en el que afirma que el Presidente “será recordado más como un jefe de gobierno que evitó rendir cuentas que como el líder transformador que muchos mexicanos creyeron haber elegido”.
Este diario es sin duda el más importante en Estados Unidos, no necesariamente en número de lectores (figura segundo después del Wall Street Journal), pero sí en la calidad de sus reportajes (es el que ha ganado más premios Pulitzer), y principalmente en su impacto que trasciende el ámbito liberal y demócrata que conforma su base principal de lectores, para llegar a ser el periódico internacional de referencia.
La “Dama Gris” (Gray Lady), como usualmente se le denomina al NYT, tiene un impacto profundo en una gama amplia de ámbitos, desde la política, al arte y la comida. En la película Birdman, ganadora del Óscar a la mejor película y mejor director entre otros premios, y producida y dirigida por Alejandro González Iñárritu, el personaje principal, un actor de una obra de Broadway, interpretado por Michael Keaton, tiene una confrontación con la crítica de teatro del NYT, quién amenaza con hacer que la obra sea cancelada inclusive antes de verla. En la vida real, la película recibió una buena crítica de Manohla Dargis, quien junto a A.O. Scott y Stephen Holden, son los críticos de películas del diario, que serán los primeros citados en los posters y comerciales de las películas, si es que recibieron buenos comentarios.
Igual sucede con los libros. Revise las portadas y contraportadas de las novelas publicadas en EE.UU. (y también muchas partes del mundo) y, si recibieron buenas críticas del NYT, lo citarán el primer lugar. En restaurantes y comida también. Por ejemplo, el crítico de comida, Pete Wells, tiene el poder para poner a restaurantes en problemas o impulsarlos al éxito. Esto último pasó con el restaurante Cosme de Enrique Olvera, que ha recibido elogios del crítico, lo que ha ayudado a cimentar su camino a la fama, figurando inclusive en la lista de lo mejor del 2015.
Justamente, Alejandro González Iñárritu y Enrique Olvera son dos los mejores representantes del nuevo poder blando mexicano. Junto a muchos otros mexicanos y mexicanas en diferentes ámbitos, desde Salma Hayek a Alfonso Cuarón, representan la creatividad, la innovación y el éxito, que contribuyen a una atractiva imagen de México en el exterior. El poder blando (soft power) es la capacidad de un país (o actor político) de usar su atractivo e ideas para persuadir a otros. Junto a su riqueza cultural, su celebración de muertos, sus playas, y estilo de vida alegre y relajado, estos dignos representantes demuestran razones fuertes para que el poder blando mexicano esté en los más importantes del mundo.
Sin embargo, para arruinar todo esto, México tiene no sólo el narco y la violencia, sino también una clase gobernante y política que puede sobrevivir a las peores acusaciones, con ilegalidad e impunidad, y sin fiscalización. El editorial del NYT menciona los casos de la Casa Blanca de Peña Nieto, para cuya investigación “el Presidente le encargó la investigación a un amigo cercano”, el escape del Chapo Guzmán, sobre lo que “el gobierno no ha dado una explicación convincente”, y la desaparición de los 43 estudiantes, que evidencia fuertes contradicciones entre lo que dice el gobierno y expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Este no es un texto más de una agencia de noticias. Tampoco un artículo informativo del diario que describe hechos. Ni una columna de opinión de algún personaje. Es la posición editorial del diario más respetado a nivel mundial, ese que forma la opinión pública internacional, así como la opinión especializada de líderes políticos, empresariales y civiles. Y que definitivamente afecta el poder blando de México y destruye la imagen externa del país, al menos por los siguientes tres (largos) años. El gobierno de Peña Nieto está preparando una respuesta que niega estas acusaciones. ¿En quién cree usted que van a confiar más?