Apenas dos días antes de la reunión del Grupo de los 20 (G20) en junio de 2012 en Los Cabos, Baja California, el ex presidente Felipe Calderón declaró en una sorpresiva conferencia de prensa que cancelaba definitivamente la inversión en Cabo Pulmo autorizada al grupo español Hansa Urbana, uno de los principales corporativos inmobiliarios de Alicante representado por Enrique Ortiz.
Tras bambalinas se filtró la amenaza de que la prensa internacional convocada en Los Cabos para cubrir la reunión del G20 sería convocada por ambientalistas para dar a conocer cómo una inversión por 2,000 millones de dólares, autorizada por el gobierno de Calderón, perpetraría la destrucción del único arrecife de coral vivo en la parte más septentrional del continente americano.
Después, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), ahora bajo la responsabilidad de Juan José Guerra Abud, confirmó la noticia a nombre del gobierno de Enrique Peña Nieto luego de dos años de oposiciones y quejas de ecologistas quienes aseguraban que las inversiones de los españoles se habían autorizado desde la Secretaría de Turismo con el apoyo del FONATUR sin que se les exigieran los estudios de impacto ambiental.
Además, la coyuntura y la crisis económica en España contribuyó a que el proyecto no se concretara. La cabeza de Hansa Urbana, Enrique Ortiz, quien en México fundó Hansa Baja Investments – mediante la cual se financiarían y construirían 27,000 cuartos de hotel y 8,000 viviendas, además de una marina para 400 embarcaciones y una planta desalinizadora porque en la zona el agua dulce es poca – fue acusado en España de defraudación fiscal además de participar en el caso Brugal, que se investiga en España por la colusión entre autoridades y empresarios vinculados en un negocio vinculado con el manejo municipal de basura.
La participación de Hansa en Cabo Pulmo, en donde la Caja de Ahorro del Mediterráneo (CAM) controlaba el 30 por ciento del capital, incluía la propiedad de 3,900 hectáreas. Así que cuando esa caja de ahorro fue vendida al banco catalán Sabadel en exactamente un Euro, los terrenos de Hansa en Cabo Pulmo formaron parte de los activos que adquirió. Desde España, Sabadell que dirige Miguel Montes ha buscado replantear el proyecto con el gobierno de Enrique Peña Nieto y la clave se encuentra en la propuesta de que ahora sea la constructora OHL, José Andrés de Oteyza, la compañía que gestione ahora el proyecto. Con el nombre de “Los Pericúes”, el equipo de Sabadell prometía al gobierno de Peña Nieto redimensionar por completo las inversiones en Cabo Pulmo declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 2005. Ahora, sin embargo, venden a grupo de inversionistas asiáticos. El tiempo para los españoles se terminó.