Sin Maniqueísmos
Sin Maniqueísmos es un blog dedicado a la actualidad mexicana, considerada en los contextos histórico e internacional. Los temas incluyen las élites empresariales, los medios masivos, las relaciones entre México y otros países, especialmente Estados Unidos, junto con libros y películas de importancia política y cultural.

Televisa, Telecomunicaciones y Teatro político

01-04-2014 12:07

Las quejas recién emitidas por Televisa en respuesta a la iniciativa de ley secundaria en telecomunicaciones nos deben recordar la gran tradición mexicana del teatro político.

Las quejas recién emitidas por Televisa en respuesta a la iniciativa de ley secundaria en telecomunicaciones nos deben recordar la gran tradición mexicana del teatro político.

Entre sus protestas, Televisa lamenta que los nuevos reglamentos le impondrían obligaciones que “carecen de precedente en la experiencia internacional”. ¡Qué deliciosa ironía que esta empresa, cuya larga historia como cuasi monopolio también carece de precedente internacional, se haya quejado así! Como concesionario de cuatro canales de TV abierta, no hay empresa equivalente entre los países del OCDE. Ni siquiera la hay en el mundo entero, a menos que se cuente CCTV, la televisora estatal de China.

Para ser equitativo, la respuesta de Carlos Slim Domit a la iniciativa empleó un lenguaje similar. Hablando del artículo que trata de la interconexión con otros servicios de teléfonos, dijo: “No entendemos que por ley una empresa tenga que dar gratis […] servicios a sus competidores. Eso no hemos visto que suceda en otros países.” Pues, tampoco hemos visto en otros países un cuasi monopolio privado de la naturaleza de Telmex. En ambos casos, la mera lógica demandaría que problemas extraordinarios requieren medidas extraordinarias.

Mientras tanto, ¿qué está pasando tras bambalinas? ¿Será que el presidente, cuyo crecimiento como candidato debe tanto a Televisa, morderá la mano que desde 2005 le alimentó? ¿O es que la ley probará ser, a largo plazo, un caso de mucho ruido y pocas nueces? (En este escenario me refiero a Televisa. Sin duda, la propuesta castiga mucho más a Telmex y a Telcel, como se reflejó en una caída de las acciones de América Móvil mientras las de Televisa han subido).

La historia de la política de medios está llena de ejemplos de iniciativas estatales que ofrecieron menos de lo que se había anunciado. En 1941, Manuel Ávila Camacho estableció un Banco Cinematográfico que según varios historiadores propició la Época de Oro del cine mexicano. Sin embargo, el Estado solo contribuyó en un diez por ciento de su capital social; hasta 1947 (para cuando el cine de oro ya comenzó su largo y lento declive) fueron los grandes industriales, como Luis Legorreta y William Jenkins, que realmente controlaron el Banco.

A finales de los 60 se otorgaron concesiones a dos televisoras nuevas—conocidas en el DF como Canal 8 y Canal 13—para estimular la competencia. Pero después el Estado se hizo de la vista gorda ante las prácticas monopólicas de los Azcárraga. Dentro de cinco años el 8 buscó fusión con TeleSistema Mexicano (para dar paso a Televisa, bajo control de Emilio Azcárraga Milmo), y el 13, ya en bancarrota, cayó en las manos del Estado echeverrista.

Luego, en 1985, Miguel de la Madrid creó Imevisión, para dirigir el Canal 13 y el nuevo Canal 7. El Estado anunció que ofrecería algo distinto a las telenovelas, variedades y series norteamericanas difundidas por Televisa. Pero hasta su privatización en 1993, Imevisión probó ser—con la valiente excepción de algunos programas deportivos y de comentarios—una decepción, deficiente en sus contenidos y, por lo tanto, de bajísimo rating promedio. Mientras tanto, su existencia le dio a Televisa el pretexto suficiente para negar que fuera monopolio.

Como hilo conductor se puede notar una política que, al contrario a lo anunciado, favoreció a unos cuantos en la iniciativa privada. Por supuesto, además de estos ejemplos, se han presentado muchas iniciativas que ni siquiera trataron de disfrazar sus sesgos, como la famosa Ley Televisa del 2006.

Hoy es fácil de imaginar una estrategia tras bambalinas según la cual Televisa le aconseja al equipo de Peña Nieto: “Péganos aquí, y luego protestaremos en voz alta”. Es decir, los artículos de la vigente iniciativa que parecen punitivos—por ejemplo, que la empresa tendrá que compartir sus torres de transmisión con las nuevas televisoras—bien podrían verse a largo plazo como cosas de poca inconveniencia. Mientras tanto, como se nota en el vigente artículo de portada de Proceso, la empresa podría verse muy beneficiada en otros sectores, como la TV por cable y la telefonía. En fin, los gritos y quejas de Televisa no se deben creer al pie de la letra.

ACERCA DEL AUTOR
Andrew Paxman
Profesor de historia y periodismo del CIDE. De origen inglés, es coautor de El Tigre (Grijalbo, 2000; reeditado en 2013), biografía de Emilio Azcárraga Milmo. Fue reportero radicado en México durante los años 90. Luego obtuvo una maestría de Berkeley y un doctorado de la Universidad de Texas. Su segunda biografía es En busca del señor Jenkins: Dinero, poder y gringofobia en México (Debate/CIDE, 2016), que se trata del empresario norteamericano radicado en Puebla, William Jenkins (1878-1963). Su obra más reciente es el libro coordinado Los gobernadores. Caciques del pasado y del presente (Grijalbo, 2018). Ahora está investigando la historia reciente de la prensa mexicana.
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