El futbol es el deporte más popular en el mundo, está presente en cualquier país, cualquier ciudad, en cualquier hogar de nuestro planeta. Con el paso de los años ha ganado más y más aficionados, probablemente porque como ningún otro deporte, el juego mismo le da un lugar enorme a las emociones de quienes lo viven.
Es cierto que el futbol cada vez pierde más su amateurismo, ese que lo hace más puro, ese que lo hace más futbol. Con el incremento de popularidad a lo largo de los años, también ha existido un incremento de intereses: económicos, comerciales, culturales y políticos, por nombrar algunos. Sin embargo el futbol es futbol y aquellos intereses que lo rodean, si bien es cierto que lo pueden llegar a dañar, no deberían de estar por encima de ningún jugador, ningún club y mucho menos, ningún aficionado.
Hoy, el que probablemente sea el partido más popular alrededor del mundo, se ve tremendamente afectado por una situación externa al futbol. No planeo opinar sobre política, porque mi conocimiento es muy limitado y la verdad no me interesa en lo absoluto. No obstante, no es ningún secreto que el Real Madrid y el Barcelona durante toda su historia han defendido intereses políticos totalmente opuestos y que justamente esta diferencia, es lo que ha marcado la rivalidad que existe entre ambas instituciones.
Ante la situación que vive Cataluña en estos momentos, el Comité de Competición de la Federación Española de Futbol (RFEF) luego de la propuesta por parte de La Liga, ha tomado la decisión de posponer el Clásico hasta el mes de diciembre. La propuesta inicial daba la posibilidad de que se disputara el encuentro en el Santiago Bernabeú y no en el Camp Nou. Sin embargo, ambos clubes han dejado muy en claro que la política está por encima de sus aficionados, sus jugadores y de lo que se supone que deberían de representar como institución deportiva.
Más allá de la falta de respeto que es para los aficionados que habían comprado todo para trasladarse al partido, porque recordemos que es un encuentro de interés mundial; lo realmente triste de la situación es que marca un precedente. Un precedente que deja en claro que antes situaciones políticas complicadas, los clubes le darán mayor importancia a su postura política (la cual ni siquiera deberían de tener) que a sus intereses deportivos.
A final de cuentas, hablamos de los dos equipos de futbol más populares del mundo y en estos momentos, es una pena que así lo sean. Sí, no hay duda de que deportivamente son dos de los clubes que mejores exhibiciones futbolísticas han dado, por los que han pasado muchos de los mejores profesionales de este deporte. A pesar de ello, ese sentir equívoco de que deben de adoctrinar posturas políticas, realmente los hace mucho menos que un club.
En el futbol puedes no estar de acuerdo con alguien, pero no por su forma de pensar, sino por su forma de sentir. Por los colores que le apasionan, no por las ideologías que tiene. Por el escudo que le da sentido de pertenencia dentro de un grupo, no por los pensamientos que lo separan de otros. El futbol no es política, es todo lo contrario.