Desglose
Desglose es un blog dedicado a la crítica contextualizada de temas de relevancia pública. Asuntos importantes de política, administración pública, medios de comunicación, sociedad, etc., son tratados aquí con una lógica de crítica y escrutinio que contribuya al debate y a la opinión informada como ciudadanía.

El oscar de Cuarón y los traumas que nos dejó La Malinche

03-03-2014 16:01

Que Cuarón, Lubezki y Lupita Nyong'o no hayan mencionado a México en sus discursos de aceptación de los premios Oscar parece incomodar a muchos. Aunque no se diga así, hay una percepción como de "obligación", de que lo hagan, que nos hagan parte de su triunfo, a riesgo de ser considerados, ingratos o, casi, casi, traidores.

Así somos. Tenemos que ir en el paquete. Si mi compadre, primo, amigo o simplemente connacional está triunfando, yo también estoy triunfando con él. No porque me alegre por él sino porque de verdad también es mío, literalmente mío, y ay de aquel que lo dude, y del amigo, compadre o connacional a quien "se le suba" y no me reconozca en su llegada a la cúspide.

No en vano, el amiguismo e influyentismo es deporte nacional. Son las reglas: uno llega, y luego nos mete a todos, a la fila, a la chamba en el gobierno, al negocio. Vaya, por lo menos, nos mete al nuevo status que él goza, es prestigio compartido. 

No importa si yo no hice nada para que mi amigo, pariente o connacional llegara hasta donde está. Si decidió irse y dejarnos a los demás jodidos, cuando le vaya bien, debe pagarnos a todos también.

Si además triunfa en el extranjero debe pagar doble precio. Nos lo debe. ¿O qué se creen estos braceros de lujo? ¿Qué se pueden ir allá al extranjero, olvidarnos, abandonarnos y luego no darnos nada? Si no nos mandan pensiones, como los otros braceros, por lo menos deben dar algo a cambio saldar su deuda.

Allá en el extranjero somos inferiores, eso es obvio, evidente. Pero un día de estos les vamos a demostrar a todos que sí se puede, sí se puede. Por eso, cuando un paisano triunfa, nos autoconvencemos que sí es cierto, que sí se puede, y es más, no sólo no somos inferiores, somos los mejores de todo el mundo ("¡a huevo! pinches gringos-gachupines-alemanes-marcianos-venusinosytodoeluniverso ¿no que muy inferiores? ¿quién es su papá ahora? ¡Viva México, cabrones!").

Lo importante es que cuando triunfa (porque debe triunfar, sino ¿para qué se fue?), nos debe incluir. Es nuestro embajador y tiene obligaciones.

Juan Villoro lo decía hace unos meses a propósito de Carlos Vela (ese gran traidor a la patria, que se va al extranjero, triunfa y luego, ahora, no quiere ponerse "la verde" y jugársela con el "el Tri de todos"), Chicharito, Giovani y los otros futbolistas mexicanos en el extranjero: 

"A los (jugadores mexicanos de futbol) europeos se les pide mucho. Se considera que de alguna manera no están con nosotros. Se fueron a cobrar dinero lejos. Traicionaron a los suyos. Son los solitarios que abandonan a la tribú... tienen que cumplir más que nosotros".

Por eso saca de onda que Cuarón, Lubezki y Lupita Nyong'o no hayan mencionado a México en sus discursos de aceptación de los premios Oscar. Nada, ni una sola palabra, ni un ¡Viva México!, ni un se lo dedicó a mis hermanos los mexicanos. Vaya, ni un un "ay, guey" de Cuarón como en los Globos de Oro. 

Y bueno, sí, a Lupita no la conocíamos hace 6 meses, pero ¿y qué?: un día nos enteramos que nació en México y lustros después volvió y pasó otro par de años en el país, así que si nació acá, pues debe de darle crédito a su nación. ¿O qué, no ama su patria? Por lo menos Hubertus von Hohenlohe se acuerda de nosotros y nos representa en los Juegos Olímpicos con traje de charro.  

Por eso, los profesionales globalizados tienen que saber que aquí los nacionalismos no se han extinguido. Nacimos aquí y aquí nadie niega de su origen. ¡Aquí nadie se raja! ¡Qué ciudadanos del mundo ni qué nada! ¿Son o no mexicanos? 

Qué fácil rajarse, entregarse al extranjero, olvidarnos aquí, a los demás jodidos en nuestra miseria. 

Ya lo decía Paz en su "Laberinto de la Soledad": "El símbolo de la entrega es la Malinche, la amante de Cortés... y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche". 

Eso sí, nos da orgullo el éxito de Cuarón, no tanto el de Derbez, pero no por eso nosotros somos los malinchistas. Es que la película de Derbez, sí, está buena, entretenida, bien hecha, nos encantó, triunfó en Estados Unidos y Latinoamérica, pero pues, sólo entre la gente como nosotros, no entre los extranjeros, los superiores.

La película de Derbez es Región 4, la de Cuarón es Región 1, Blue Ray, HD,  y con subtítulos. Por eso esperábamos que nos saludara, que nos metiera al mundo de Hollywood, aunque fuera así, como medio colados, como el hermano de Lupita Nyong'o en la "selfie" de Ellen, Jennifer, Brad y sus amigos cool. 

Lo bueno es que ahora en verano cuando ganemos el Mundial (tenemos fe en que sí se puede), todo el mundo sabrá que sí somos chingones y ahí sí tendremos el crédito, porque "juntos" lo logramos como nos recuerdan sabiamente los mensajes de cerveza y refresco. 

¡Nos vamos al Mundial! ¡Nos vamos al Mundial! (Bueno... pero sin naturalizados, eh...).

¡Qué viva México, Cuarones!

 

 

ACERCA DEL AUTOR
Alejandro Navarrete
Periodista mexicano. Analista político y de estrategias y escenarios de comunicación, medios y redes sociales.
ÚLTIMAS ENTRADAS
ARCHIVO HISTÓRICO
<< Marzo 2014 >>
D L M M J V S
      
01
02

03

El oscar de Cuarón y los traumas que nos dejó La Malinche
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19

20

El verdadero alcance de las reformas NO estructurales

21

Benito Juárez, el 21 de marzo y los cristianos evangélicos en México
22

23

Colosio mitificado y la ciudadanía pendiente
24
25
26
27
28
29
30
31