Sellos en alimentos, buen primer paso, pero ¿cuál es la situación?

Cada vez son más los consumidores que utilizan la información de las etiquetas para orientar su consumo. En 2020, 10% lo utilizó y para 2021 aumentó a 66%.
8 Junio, 2022 Actualizado el 8 de Junio, a las 22:15
El 80.8% de todos los productos del mercado mexicano fueron clasificados como menos saludables. (Foto:Unicef)
El 80.8% de todos los productos del mercado mexicano fueron clasificados como menos saludables. (Foto:Unicef)
Arena Pública

Hace 20 meses, en octubre de 2020, se implementó en México un etiquetado en alimentos y bebidas no alcohólicas para ayudar a la poblacion a tomar decisiones más informadas al momento de consumir alimentos y mitigar el consumo de alimentos ultraprocesados. Los primeros resultados, en consumidores y empresas, son satisfactorios; aunque insuficientes.

En 2020 se modificó la NOM-051-SCFI/SSA1-2010 con los que se incorporaron los sellos octogonales de advertencia que indican “exceso de azúcares”, “exceso de grasas saturadas”, “exceso de sodio”, etcétera, así como la eliminación de mascotas y elementos atractivos.

No obstante, “si bien ya se reguló toda la publicidad de lo que estamos viendo ahora en empaques aún queda mucho por hacer porque no está cubriendo muchos de los medios que son del alcance de los niños y niñas; por ejemplo, medios audiovisuales, como televisión o cine y tampoco otros medios de mayor interacción como internet”, dijo Carlos Cruz, maestro en salud pública e investigador en el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en entrevista.

Estas regulaciones, que buscan mejorar el estado de salud de los mexicanos, se ven “neutralizadas' 'en los puntos de venta donde se permiten diversas estrategias para influenciar la compra de los consumidores. Por ejemplo, ofertas de productos no saludables en el área de cajas”, se advierte en Síntesis sobre políticas de salud. Propuesta basada en evidencia, publicado el año pasado por el INSP.

Una parte depende del individuo y su elección de los alimentos que consume, sin embargo, también influye el ambiente en el que se desarrolla: “El ambiente alimentario se ha visto transformado por el incremento en la disponibilidad, accesibilidad y promoción de productos ultraprocesados (PUP) en los puntos de venta, cuyas ventas han incrementado del 10.5 al 23.1% entre 1984 y 2016”, añade el estudio.

En este sentido, “los mexicanos estamos expuestos a una cantidad brutal de productos industrializados”, dijo Lizbeth Tolentino, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud. Añade que “(al) gobierno le corresponde tratar de mejorar los entornos alimentarios a los cuales estamos expuestos [...] sería promover o tener una mayor disponibilidad del producto saludables, frutas, verduras”

En 2017 el 72% de productos ofertados en tiendas minoristas eran ultraprocesados, 33.8% presentaban declaraciones nutricionales y el 3.4% declaraciones de propiedades saludables, de acuerdo con el estudio de los investigadores Carlos Cruz y Lizbeth Tolentino denominado Efectos estimados de la implementación de la regulación mexicana de etiquetas de advertencia sobre el uso de declaraciones de propiedades saludables y nutricionales en alimentos envasados publicado el año pasado por la Revista internacional de nutrición conductual y actividad física.

El citado estudio agrega que “el 80.8% de todos los productos del mercado mexicano fueron clasificados como “menos saludables”, 48.2% tenían exceso de calorías, el 44.6% exceso de sodio y el 40.7% exceso de azúcares libres”.

Este panorama se agrava, pues el aumento de tiendas de conveniencia y de autoservicio va en aumento, enfatiza Tolentino. Tan solo durante este año Oxxo prevé la apertura de 800 establecimientos adicionales en México.

Los sellos y la eliminación de mascotas funcionan

“En la población mexicana, los azúcares agregados y las grasas saturadas aportan 12.5 y 11.2%, respectivamente, a la ingesta total de energía”, señala el estudio sobre los efectos estimados.

Aunque aún no se publica el primer reporte que incluye datos sobre su impacto, lo que ocurrirá hacia finales de año, los investigadores concluyen que sí se está utilizando la información de las etiquetas: “lo que hemos podido ver es que las personas están utilizando el etiquetado de advertencia con una mayor frecuencia si las comparamos con el etiquetado anterior”, señala Cruz.

En 2020, solo el 10% de las personas utilizaba el etiquetado; sin embargo, en 2021 fue “aproximadamente 66% de la población lo utiliza”, añade el investigador.

Asimismo, “en este momento estamos viendo que el consumo disminuyó, necesitaríamos tener ciertas mediciones y hacer un estudio prospectivo para ver cómo está cambiando y eso en este momento en México no lo tenemos, pero en Chile -que es un país que ya tiene más tiempo con este tipo de etiquetado de advertencias- sí se ha visto que han disminuido el consumo de energía y de azúcares”, dijo Claudia Nieto, investigadora del mismo centro del INSP en entrevista.

Señala que “después de la implementación de los sellos, lo primero que se vio fue la reformulación de varios productos o de varias categorías de alimentos [...] me atrevería a decirte que el 90% de los cereales de desayuno ahora tienen un mejor perfil nutricional o menos contenido de nutrimentos que son dañinos para la salud”.

Al respecto, “tras la implementación del etiquetado de advertencia, algunas empresas transnacionales, como Nestlé, Coca-Cola, Bimbo, PepsiCo, Kellogg’s, Lala, han declarado que el 56% de su portafolio fue reducido en sodio, azúcares y grasas. Asimismo, se han desarrollado nuevos productos libres de sellos”, se lee en la síntesis del INSP y en la que contribuyeron los tres investigadores.

Evitar el consumo de ultra procesados, la educación no es todo

El consumo de alimentos ultraprocesados no es necesario, pues incrementan la posibilidad de padecer ciertas enfermedades, como obesidad, diabetes o hipertensión, por el contrario debe de ser lo más natural posible.

En México, 39.1% de adultos de 20 años y más tienen sobrepeso y 36.1% obesidad (75.2%), en contraste los niños de 0 a 4 años 22.2% tiene riesgo de sobrepeso y los de 5 y 11 años 35.6% muestran esta condición, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición - 2018.

La obesidad representa 8.9% del gasto en salud, señala el documento Etiquetado de advertencia de alimentos y bebidas en México: una estrategia de prevención de obesidad y enfermedades no transmisibles.

Sin embargo, el etiquetado por sí solo poco puede hacer. “Las enfermedades crónicas son de naturaleza multifactorial, es decir, que necesita para su prevención (y control) una serie de intervenciones en diversos sectores y órdenes de gobierno", destaca Tolentino.

En este mismo sentido, Claudia Nieto agrega que “con la parte educativa no se va a resolver el problema, necesitamos políticas públicas que nos ayuden a ir contribuyendo al problema, y políticas públicas, como la regulación de la publicidad en todos los medios". A lo anterior, la investigadora añade la promoción de actividad física, de la lactancia materna exclusiva, el fomento al consumo de frutas, verduras, y alimentos frescos; además de mayores impuestos a los refrescos (bebidas gaseosas) como herramienta para disminuir su consumo.

Lizbeth Tolentino agrega la importancia de una comunicación eficaz y adecuada a través de las etiquetas. [Hay que] “hacer énfasis en aquellos grupos más vulnerables, aquellas personas que tienen algún padecimiento o enfermedad crónica, que las etiquetas realmente comuniquen si son un riesgo (para su salud)”.

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