Pandemia tiró ingresos y elevó 40% el gasto en salud de los mexicanos
La pandemia ha sido un azote para la economía de las familias mexicanas. Mientras que redujo sus ingresos por menores y peores empleos, también disparó su gasto en tratamientos médicos y hospitalizaciones, ante un sistema de salud público debilitado.
La multiplicación de las infecciones por el coronavirus provocó que el gasto de las familias destinado a la salud creciera 40.5% el año pasado en comparación con 2018, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En la anterior edición de la encuesta, los cuidados en salud se encontraban en el lugar 17 entre los veinte rubros en los que más gastan los mexicanos, sin embargo, conforme el COVID fue mermando la salud de la población la necesidad de prevención y tratamiento hicieron que la salud escalara hasta el puesto 11 para representar el 4.2% del gasto total.
El impulso al rubro de salud también se dió debido a que otros rubros importantes en condiciones normales disminuyeron ante la implementación de las medidas de distanciamiento social, como fue el caso del gasto en esparcimiento (-50.1%), en vestido y calzado (-42%), así como en transporte público (-41.1%).
La recomposición del gasto implicó que algunos rubros repuntaron y otros se desplomaron, pero a nivel general, el COVID mermó el gasto de los mexicanos que disminuyó de 34,329 pesos a 29,910 pesos, 12.9% menos que hace dos años.
Costos de salud, ¡por las nubes!
La necesidad de gastar más en salud no solo se debió a la cantidad de contagios, sino también porque aumentó el costo de los medicamentos y tratamientos médicos, así como porque una gran cantidad de mexicanos buscó atención médica en el sector privado, ante la insuficiencia del sector salud.
Del inicio de la pandemia al mes de julio de 2020, el precio de los expectorantes y descongestivos -utilizados para tratar la tos- se incrementó en 4.81%, más de ocho veces la inflación general (0.57%). Si bien, su precio bajó en los meses siguientes, desde inicios del 2021 volvió a repuntar hasta colocarse en junio 8.05% por encima de su precio inicial, según registró el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INCP).
Otros productos que destacan por sus incrementos desde el inicio de la pandemia son los antigripales (10.9%), antibióticos (7.18%) y material de curación como alcohol, algodón, jeringas, gasas entre otros (16.06%).
Pero entre todos las categorías incluidas en el rubro de salud, el que más destaca por su valor económico y por lo que expresa en el contexto de la pandemia es el incremento de los servicios médicos.
Particularmente el costo de la hospitalización ha crecido 6.42% desde marzo del año pasado, pues la saturación y mayor riesgo sanitario empujaron a los hospitales a incrementar costos ante los incrementos de los insumos médicos a nivel mundial.
En el caso de pacientes COVID, el precio de atención puede ser de 1,500 pesos para casos leves y más de 500 mil pesos para casos de mayor gravedad, cifra que aumenta por cada día de hospitalización y que no considera los costos del tratamiento de las secuelas de la enfermedad.
Las cuentas a saldar, luego de contraer la enfermedad, son especialmente dañinas para la economía familiar considerando que en México, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de cada 100 pesos que se gasta en salud, 41 salen del bolsillo de las familias.
La informalidad laboral, un sistema de salud pública fracturado, la falta de infraestructura médica al momento de la llegada de la pandemia y una deficiente comunicación a la población sobre la pandemia, mantuvo los hospitales saturados durante los picos de contagios en la primera y segunda ola, incrementando el porcentaje de población que acude a los servicios privados de salud.
Pandemia y menores ingresos
El golpe de los incrementos en los bienes y servicios del sector salud golpeó aún más fuerte a los mexicanos debido a que 9 de cada 10 disminuyeron sus ingresos durante la pandemia.
La reducción se dio ante la brutal caída del empleo registrada en 2020 que incrementó la tasa de desocupación en el país hasta 8.8% durante el segundo trimestre y que deterioró seriamente la calidad de los empleos que persistieron.
La recuperación posterior a la primera ola de coronavirus ayudó a las familias a recuperar parte de su ingreso, sin embargo al primer trimestre de 2021 este seguía 2.5% por debajo del mismo periodo del año anteior, según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
De hecho, debido a la dismunición de los ingresos la pobreza laboral en el país al cuarto trimestre creció 3.7%, subrayando que los ingresos de un mayor número de familias del país no fueron suficientes para alimentar a todos sus miembros, al final del año pasado. La ENIGH agrega que en los dos últimos años el ingresos general de las familias cayó 5.8%.