Ómicron presiona precios de fletes aéreos, ante retrasos en otras rutas de envío
Cuando la crisis logística internacional parecía comenzar a disminuir, la variante Ómicron del COVID 19 vino a poner a prueba su recuperación.
La aparición de la nueva variante volvió a causar estragos en los nodos logísticos, como puertos, almacenes y principalmente aeropuertos, que han visto afectados los servicios de sus líneas de carga ante la aparición de brotes entre su tripulación o funcionarios de control de tráfico aéreo.
Estas nuevas restricciones operativas han provocado que mientras el precio de los fletes marítimos -principal medio de transporte masivo de mercancías-, ha comenzado un proceso de estabilización, aunque todavía con picos históricos, los fletes aéreos continúan e incluso empeoran el repunte de sus precios iniciado con la pandemia.
Según el Baltic Exchange Airfreight Index, el costo por kilogramo de enviar una mercancía de Hong Kong a América del Norte en diciembre de 2021 fue de 12.72 dólares, cuatro veces mayor que los 3.62 dólares por kilogramo de diciembre de 2020; mientras que para la ruta de América a Frankfurt, el precio pasó de 1.76 a 5.21 dólares por kilogramo. La mayor parte de los incrementos se dieron solo de octubre a diciembre.
Según Bruce Chan, analista senior del banco de inversión Stifel, las afectaciones que continúan restringiendo la capacidad de los fletes marítimos continuará presionando el mercado de fletes aéreos.
“La congestión de los envíos por mar y de las terminales portuarias muestran pocos signos de mejoría, mientras los caminos y vías férreas en los Estados Unidos tienen sus propios problemas. Como resultado de ellos, los vuelos de carga son la única opción para hacer frente a los retrasos en líneas de suministro que deben ser resueltos” explicó a Aircargo News.
Si la situación bajo el acecho de la variante Ómicron ya era mala, las presiones adicionales sobre las cadenas de suministro aéreo vinieron a empeorar la capacidad de las líneas, que como en el caso del aeropuerto de Hong Kong -el más importante de la región-, estiman una caída de la capacidad de carga a un quinto de la que tenían antes de la pandemia.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas e inglés) en el caso de América Latina, las líneas reportaron una caída de 5.8% el la demanda de servicio de carga respecto al 2019, conforme la capacidad de transporte se ha visto presionada por un incremento de 18.6% en la región Norteamérica.
Si bien, en México las autoridades no han adoptado medidas más severas ni protocolos más estrictos dentro de los aeropuertos para evitar la propagación de Ómicron, en Estados Unidos y Europa -la principal escala y destino de los productos transportados vía aérea del país, respectivamente- sí se han vivido nuevos retrasos producto de contagios y nuevas medidas de contención, como en el caso de la empresa FedEx.
Los últimos datos disponibles para México, correspondientes al mes de noviembre aún antes de la aparición de Omicrón, indican que durante los once meses del año registrado, la carga transportada fue de 883.7 mil toneladas, 2.88% por encima del 2019, aunque 2.89% por debajo de su mayor nivel alcanzado en 2018, reportó la Agencia Federal de Aviación Civil.
Rutas marítimas, con restricciones adicionales
El transporte marítimo ha sido el protagonista principal de la crisis logística internacional y aunque las presiones sobre este sector han dejado de apretar tan fuerte como en su pico de septiembre, la estabilización no ha sido tan sencilla como se pensó.
Pese a que la temporada navideña ha terminado, los servicios de envíos internacionales no han tenido el descanso que podría haberse esperado pues la industria marítima sigue enfrentando fuertes congestionamientos en puertos base asiáticos, elevando los casos de blank sailing, es decir cuando una línea decide cancelar la escala de un buque en un determinado puerto o todo un tramo de recorrido.
Esto ha generado resistencia a la baja de las tarifas marítimas, que se mantienen entre los 9 mil 100 a 9 mil 500 dólares e impactado los delicados itinerarios de tránsito aún más sensibles ante los retrasos acumulados por el periodo de compras de fin de año.
El banco de inversión JPMorgan afirmó en una nota reciente que es poco probable que los daños en la cadena de suministro provocados por las oleadas anteriores tenga el mismo impacto sobre los fabricantes, quienes están ahora mejor preparados para nuevas contingencias ante lo que es probable que la recuperación de la cadena de suministro continúe aunque ómicron reduzca su ritmo
"No creo que Ómicron tenga a largo plazo (...) una disrupción significativa en la cadena de suministro", dijo Gina Raimomondo, secretaria de comercio de EU a CNN en una entrevista, en sintonía con el banco.
No obstante, la consultora de análisis económico Capital Economics advirtió poco después del descubrimiento de la nueva cepa, que la difusión mundial de la nueva cepa y una respuesta desmedida de las autoridades sí “podría seguir elevando la demanda de las exportaciones chinas, pero también podría agravar los problemas de suministro si, por ejemplo, provoca cierres en los puertos".
Hoy, la situación advertida se ha hecho realidad, no solo porque Omicrón ha superado el ritmo de contagio de la variante Delta, sino porque las autoridades de los centros económicos mundiales han vuelto a revivir varios de los temores pandémicos.
Tan solo en la últimas semanas, así como en el caso del Aeropuerto de Hong Kong, las autoridades chinas han vuelto a activar las políticas de “contagio cero” en los puertos de Ningbo, Shenzen, Tianjin y Xian, especialmente preocupadas por evitar un nuevo repunte de contagios en el país de cara a los cada vez más cercano Juegos Olímpicos de Invierno a celebrarse en el gigante asiático.