La necesidad de trabajar y contagios por el Covid marcaron las millonarias remesas que llegaron a México

Con una tasa de desocupación de mexicanos en EU de 17.1% y la multiplicación de los contagios por la pandemia, las remesas que enviaron al país alcanzaron niveles nunca antes vistos.
18 Julio, 2021 Actualizado el 18 de Julio, a las 19:54
La tasa de desocupación alcanzó el 17.1% entre los mexicanos en EU. (Foto: Gobierno de México)
La tasa de desocupación alcanzó el 17.1% entre los mexicanos en EU. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

El 2020 fue un año récord para las remesas, pero en el camino no fue fácil para los paisanos en el extranjero. 

Con un monto total de 40,607 millones de dólares (MD), los ingresos por remesas a México rompieron el récord del año anterior de 36,439 MD. Y todo indica que la tendencia ascendente de las remesas volverá a marcar un nuevo récord en 2021.

Pero a pesar de las buenas noticias económicas para las familias que perciben estos ingresos, la vida para los paisanos en Estados Unidos -de dónde viene el 97% de todas las remesas- se dificultó como nunca con la llegada del COVID 19. La pandemia dañó severamente la calidad de vida de las comunidades migrantes, de acuerdo al Anuario de Migración y Remesas 2021, publicado por el BBVA Research.

La brutal caída del empleo migrante

Cuando la pandemia inició, también llegó la primera sorpresa para el país en forma de un récord de 4,016 millones de dólares de remesas en marzo, monto nunca antes visto para los envíos de ese mes y que fue 35.8% mayor que el mismo mes del 2019. Sin embargo, detrás del repentino aumento se fraguaba el temor de lo que vendría en el futuro inmediato: la pandemia podría dejar sin empleo a miles de trabajadores migrantes.

Y, efectivamente, el peor escenario ocurrió. Posterior al récord de remesas de abril se alcanzó una tasa de 18.5% de desocupación entre la población latina -de una tasa general de 14.7%-, la mayor cifra vista en la historia de la Unión Americana y en la que los mexicanos estaban en segundo lugar con 17.1% de desocupación, sólo por debajo de los centroamericanos. 

La industria del esparcimiento y la hotelería, donde participaba 14.7% de la población migrante mexicana, fue de las más afectadas debido a que las medidas de distanciamiento social hicieron que fuera imposible que el sector siguiera operando. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EU, las nóminas de pago en el sector cayeron 47% y alcanzó una tasa de desocupación de 39.3%.

Además del impacto sobre los inmigrantes ya existentes, la crisis del coronavirus detuvo de tajo el flujo de migrantes documentados e indocumentados que llegaban año tras año a engrosar las filas de la fuerza laboral estadounidense buscando mejores ingresos y condiciones de vida. 

Según recopila BBVA Research con datos de la Oficina de Asuntos Consulares, la emisión de visas durante el año pasado se desplomó 96.8%, motivada por las restricciones de accesos por fronteras terrestres con Estados Unidos con motivo de la cuarentena mundial. 

El caso del flujo migratorio de indocumentado también impactó en la conformación de la fuerza laboral migrantes, pues mientras 30,500 migrantes mexicanos ingresaron a EU durante el 2020, 45% menos que el año previo, las detenciones subieron hasta 253 mil 118, un aumento de 52% con respecto al año anterior, lo que también fue un nivel no visto desde 2013, según el think tank Pew Research Center

La necesidad de trabajar, multiplicó los contagios 

La crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronovirus produjo efectos graves sobre la población latina y en particular la mexicana, contraviniendo las tendencias médicas mundiales como la edad de los contagiados, un factor que influyó en la grave caída del empleo de la comunidad migrante. 

La población latina o hispana acumuló un total de 2,100,701 contagios de COVID 19, el segundo mayor acumulado para un grupo étnico sólo por debajo de la población blanca, que es una enorme mayoría en los Estados Unidos, y al doble de la población afroamericana.

Pero, además del componente étnico, existe una tendencia de contagios entre la población latina que profundizó la desigualdad en los contagios pues, a diferencia de otros grupos étnicos en Estados Unidos y de la tendencia mundial, los latinos jóvenes fueron quienes más se contagiaron. 

Las razones detrás de esta tendencia se deben principalmente a una mayor exposición de los grupos en edad laboral. La población de 20 a 39 años, el grueso de la fuerza laboral migrante, acumuló el 19.2% del total de los contagios entre los hombres, y de 20.8% entre las mujeres de todos los contagios conocidos en el grupo étnico.

La necesidad de salir a trabajar para pagar las cuentas, la manutención e incluso ahorrar para un caso de emergencia médica, forzaron a la población latina en Estados Unidos a trabajar con el riesgo que implicaba el contagio.

Sin embargo, ante las condiciones de hacinamiento que viven muchas de las diásporas migrantes, así como los trabajos de interacción directa en sectores como la hostelería, causaron que conforme los trabajadores se iban contagiando estos tenían que ir abandonando el trabajo continuando la tendencia de aumento en la tasa de desocupación latina. 

El Pew Research Center señala que los trabajadores latinos cuya labor consistía en tener contacto directo con los clientes, fueron 14% más propensos a sufrir reducciones de ingresos o incluso a perder el trabajo. 

Si bien en el caso de los fallecimientos la población latina estuvo por debajo de la blanca y la afroamericana, no deja de destacar que los estados con mayor concentración de fallecimientos fueron California (26.21%), Nueva York (23.91%), Texas (6.21%) y Arizona (8.33%), impactadas por una alta densidad poblacional en las ciudades, como una mayor proporción de población en edad laboral migrante que, si bien no fallecieron, expusieron inintencionalmente a adultos mayores de sus familias. 

Cabe destacar que entre 2017 y 2018, en los Estados Unidos el 13.6% de la población mexicana padecía diabetes en comparación a 10.3% en México, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) realizada en 2018. 

50 mil millones para este año... ¿dependencia?

Pero las graves dificultades sanitarias y de empleo que enfrentó la población migrante durante el 2020, el envío de remesas no se detuvo. Si bien es cierto que la población migrante mexicana sufrió un duro golpe en abril, las remesas siguieron rompiendo récords, con una única caída mensual -en abril de -0.2%, según registró el Banco de México (Banxico). El número de envíos mensuales también se mantuvo al alza.

En 2021 las cifras no han parado de crecer y las expectativas son impresionantes. De acuerdo a Carlos Serrano, economista en Jefe de BBVA México, la captación por remesas en este año llegarían hasta los 50 mil millones de dólares. 

El optimismo alrededor del comportamiento de los envíos a México se basa en el efecto económico del megapaquete fiscal en EU, que está acelerando la recuperación económica lo que demanda una gran cantidad de mano de obra que, además, está siendo atraída con mejores ofertas salariales ante la escasez de trabajadores. 

No obstante el optimismo gubernamental por las remesas que llegan desde EU, hay claroscuros que no se pueden obviar dada la mayor dependencia de la recuperación económica mexicana. El monto de las remesas han crecido a cifras no vistas desde el 2003. Durante 2020 alcanzó el 3.8% del PIB nacional, casi un punto porcentual más que en el 2019. 

En amplias regiones del país esta dependencia se ha acentuado después de la fuerte caída económica vista en 2020 y de una tibia recuperación del mercado interno en lo que va de 2021. Ni la demanda interna, ni el empleo se han recuperado, y el crecimiento observado en los últimos meses responde al efecto de base estadística y al arrastre que proviene del sector manufacturero estadounidense, junto al consumo generado por los miles de millones de dólares de las remesas que reciben millones de familias mexicanas.