Disputas comerciales ponen en riesgo millonarios negocios agrícolas México-EU
Las disputas entre México y Estados Unidos (EU) en materia agroindustrial ponen en riesgo un negocio de ganancias multimillonarias para ambos países.
La polémica entre ambos países ha aparecido en varias ocasiones desde la creación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), pero se intensificó desde que México anunciara a finales de 2020 su intención de vetar las importaciones de maíz amarillo “transgénico” y el uso de glifosato como herbicida.
Para los EU, ambos productos representan un negocio multimillonario con México, pues mientras el glifosato es el producto más popular como herbicida para el cultivo intensivo, el maíz amarillo representó un negocio de 4 mil 987 millones de dólares en 2022.
Si bien el lunes 13 de febrero, México emitió un decreto por el cual mantuvo sus planes de prohibir el maíz transgénico para consumo humano pero eliminó su prohibición para forraje, la prohibición de importar el herbicida glifosato sigue en pie.
Ante los cambios realizados por el gobierno mexicano, los productores estadounidenses señalaron de “decepcionante” la nueva propuesta, sumándose poco después el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, quien declaró que “no es una situación que lleve a un punto de acuerdo”.
Ante ello, advirtió que la Oficina del Representante Comercial (USTR, por su siglas en inglés) daría inicio a un proceso para facilitar las conversaciones bilaterales bajo las disposiciones de seguridad alimentaria del tratado.
La idea de un panel como exigían los productores estadounidenses aún no fue considerada, optando el gobierno estadounidense por mecanismos resolutivos alternativos en medio de ya ríspidas negociaciones en el tema energético y recién concluidas en el tema automotriz, sin embargo, México tiene mucho que perder si se arriesgara a un panel y lo perdiera.
Esto debido no solo a las altas posibilidades de hacerlo, pues no existen a la fecha investigaciones científicas que demuestren de forma concluyente que existan riesgos a la salud al consumir Organismo Genéticamente Modificados o por el uso de glifosato, si no también porque así como EU tiene este par de negocios multimillonarios en México, México tiene los suyos en EU.
Las exportaciones de productos agrícolas a EU no solo son estratégicas para México, sino también para la oferta alimentaria en EU. Tan solo en 2022, el intercambio comercial agroalimentario entre México y Estados Unidos sumó 73 mil 137 millones de dólares, un incremento de 13% interanual, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y dentro de este intercambio hay por lo menos 18 productos agropecuarios de alto valor en la cadena de suministro con EU.
El más famoso de ellos es el aguacate, cuyas exportaciones destinadas a EU representan 79.5% del total, con un valor de 2 mil 871 millones de dólares; es decir, que México concentra en un solo producto un negocio de por lo menos tres cuartas partes el del maíz amarillo estadounidense.
Para alcanzar e incluso superar por mucho el valor total de las importaciones de maíz amarillo, otro de los productos estrella, las frutilla o berries, alcanzaron solo en el primer semestre del año pasado un valor de mil 471 millones de dólares, del cual 97% fue por sus ventas a EU.
Otro producto de importancia básica para los productores mexicanos es el tomate rojo. que durante el 2022 el 99.8% fue adquirido por la vecina nación del norte, una cifra mayoritaria así como otras exportaciones como el café que destinan 65.4%, o el frijol con 87% del total.
Según advierten industriales del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) de Occidente, un conflicto comercial que escale a panel y se pierda frente a Estados Unidos podría poner en riesgo estos productos, pues el TMEC contempla entre otras medidas, la imposición de aranceles por parte de la parte ganadora del panel.
“Ellos no van a escoger aranceles en áreas que puedan complicarles sus cadenas de suministros, pero sí, por ejemplo, el campo. Podrían verse afectados entonces, el aguacate, las berries y un sinnúmero de productos” advierte Miguel Ángel Landeros, presidente de la Comce.
Aranceles en un contexto de altos precios alimenticios
Pero no solo se trata de un negocio en riesgo, sino que también se trata de todo un entramado económico para ambos países que tendría graves implicaciones sobre su economía de iniciar disputas comerciales en el terreno agroindustrial.
Para México, por ejemplo, representaría un duro golpe a su sector de mayor dinamismo en toda la economía, pues tan solo en el segundo bimestre 2022, la actividad económica primaria creció 6.0% de forma interanual y 2.0% entre el tercer y cuarto trimestre, coronandose como el único sector económico que no muestra señales de desaceleración económica.
Además, con los suministros mundiales de grano en cerca de mínimos de diez años, a un año de que la invasión rusa a Ucrania cimbrara los mercados alimenticios internacionales, las agotadas reservas de grano estadounidense están generando que la histórica inflación de alimentos en los últimos años se mantenga alta no solo al interior del país, sino en el mundo entero al presionar los mercados internacionales.
En este aspecto, México se ha convertido en un socio estratégico para EU, pues concentra casi el 40% de las importaciones de alimentos de EU desde el continente americano, y más del 22% de la importaciones globales de alimentos de EU. Así, México ya es el granero de las importaciones estadounidenses y, como tal, tiene una importante influencia sobre los precios de los alimentos en su nación vecina.
México exportó a 42.7 mil millones de dólares de productos agrícolas (2022).
— Carlos Ramírez F. (@CarlosRamirezF) February 23, 2023
tiene cerca de 40% del mercado norteamericano.
Mientras tanto, el @GobiernoMX provocando a por el glifosato/maíz transgénico. pic.twitter.com/kMtHDeX5w4
Si 1 de cada 5 dólares de importaciones de productos agrícolas provienen de México, la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos sería un golpe a México pero también a la propia población estadounidense.
Mayores costos de exportación por aranceles harían menos atractivo exportar hacía el vecino del norte; no obstante, debido a la importancia de este mercado, los productores tendrían que reducir su margen de ganancias o elevar el costo de venta, con lo que los precios de ciertos productos que dominan los productores mexicanos podrían encarecerse, presionando aún más la ya histórica inflación alimenticia de 11.3% en EU.