¿Ha cumplido AMLO con no endeudar al país?

Como tantos mexicanos de su generación, que vivió ya como adulto las décadas de 1980 y 1990, Andrés Manuel López Obrador detesta la noción del endeudamiento público, recordando las crisis de deuda sufridas en esos años (1982-90 y 1995-97). Como parte de ello, el inquilino de Palacio Nacional también detesta la noción de un déficit público excesivo, finalmente la raíz de todo endeudamiento.
El resultado es que AMLO es un conservador fiscal, y por ello incluso en la pandemia se rehusó a una política fiscal contracíclica. El hasta hace poco titular de Hacienda, Arturo Herrera, presentó una serie de falsedades para tratar de racionalizar esa política, que en mucho explica la severidad de la contracción económica de 2020 y el consecuente aumento de la pobreza.
La explosión de la deuda… sin aumentar la deuda
Lo extraño es que diversos análisis establecen que la deuda ha crecido significativamente durante la actual administración. Lo cierto es que no se pueden argumentar las dos cosas. O se puede, pero sin considerar que el año de la pandemia fue atípico y por ello distorsiona las cifras.
La primera es el tipo de cambio. El estallido de la pandemia trajo una fortísima depreciación de muchas monedas contra el dólar estadounidense, y particularmente de países exportadores de petróleo (cuyo valor internacional incluso llegó a un precio negativo, algo nunca visto). Esto es, golpeó fuerte al peso mexicano, que incluso llegó por arriba de los 25 pesos por dólar. Lo que infló considerablemente la deuda pública en dólares expresada en pesos, en el pico incluso la incrementó en más de 25%.
Pero además el Producto Interno Bruto se desplomó como no había ocurrido desde la Gran Depresión. El impacto de la pandemia fue feroz en el segundo y tercer trimestres del año –lo que contrajo considerablemente el PIB medido en pesos, ya no se diga expresado en dólares. La relación deuda/PIB total (esto es, contando la deuda en pesos y en dólares) explotó al inflarse el numerador y desplomarse el denominador… aunque esta no hubiese aumentado en un peso o un dólar. La única forma de realmente ver lo sucedido con la deuda pública es analizar por separado la interna y externa, y sin considerar comparaciones con el PIB, al menos el correspondiente a 2020.
Deuda interna… muy estable
Las cifras mensuales de deuda interna neta están disponibles a partir de diciembre 2005, por lo que al menos puede hacerse un comparativo con los dos sexenios anteriores. En términos nominales, comparando junio del año correspondiente al tercer año del sexenio contra noviembre del sexenio anterior (dos años y siete meses antes) se registra lo siguiente:
- Entre noviembre 2006 y junio 2009, en el gobierno de Felipe Calderón, la deuda interna neta pasó de 1.32 billones de pesos a 2.55 billones, un aumento nominal de 92.3%.
- Entre noviembre 2012 y junio 2015, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, la deuda interna neta pasó de 3.57 billones de pesos a 5.03 billones, un aumento nominal de 41.1%.
- Entre noviembre 2018 y junio 2021, en el gobierno de López Obrador, la deuda interna neta pasó de 6.69 billones de pesos a 7.98 billones, un aumento nominal de 19.3%.
Pero es importante agregar que AMLO ha ofrecido que la deuda no aumentaría en términos reales, esto es, ya considerando la inflación. La inflación acumulada entre noviembre 2018 y junio 2021 fue de 10.5%. Sí hay un aumento real, pero es de alrededor de nueve puntos porcentuales en dos años y medio. Difícilmente puede argumentarse que el tabasqueño ha roto su promesa en cuestión de endeudamiento, al menos interno.
Deuda externa… también muy estable
Las cifras mensuales de deuda externa neta están disponibles a partir de 1990, pero en dicha serie se reconoció, de golpe, la llamada deuda Pidiregas (proyectos públicos financiados por el sector privado, cuya deuda se suponía se pagaría sola con los ingresos a obtenerse) en enero de 2009, lo que lleva a un salto impresionante en la deuda externa (que oficialmente pasa de 24.3 a 82.6 mil millones de dólares).
Por ello solo es posible realizar una comparación estricta con la administración anterior:
- Entre noviembre 2012 y junio 2015, administración Peña, la deuda externa neta pasó de 123.1 mil millones de dólares a 158.6 mil millones, un aumento nominal de 28.8%.
- Entre noviembre 2018 y junio 2021, gobierno AMLO, la deuda externa neta pasó de 198.1 mil millones de dólares a 221.4 mil millones, un aumento nominal de 11.8%.
La inflación en dólares (esto es, en Estados Unidos) durante el mismo periodo fue de 7.8%. Hay un aumento real en el endeudamiento externo, pero de aproximadamente cuatro puntos porcentuales en dos años y siete meses de gobierno obradorista.
Promesa cumplida, pero…
La deuda pública, interna y externa, ha registrado aumentos muy pequeños en términos reales desde que tomó posesión López Obrador. Una promesa cumplida, aunque implicó la imposibilidad de implementar una política fiscal contracíclica y compensar el tremendo choque académico de la pandemia.
En ese sentido, fue una promesa cumplida que ha impedido cumplir varias otras, como velar primero por los más pobres. Pero lo cierto es que no puede argumentarse de ninguna manera que la deuda pública ha crecido significativamente durante la actual administración.
