Impuestos, tarifas, cuotas gubernamentales ¿cuales subirán entrando 2022?

A nivel estatal vienen nuevos impuestos, pasaportes suben entre 8 y 23%, y la mayoría de tarifas y cuotas federales se actualizarán según la inflación.
30 Diciembre, 2021 Actualizado el 30 de Diciembre, a las 11:10
El IEPS sobre la gasolina, cigarrillos y refrescos serán los únicos impuestos federales en actualizarse. (Foto: Gobierno de México)
El IEPS sobre la gasolina, cigarrillos y refrescos serán los únicos impuestos federales en actualizarse. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

El gobierno federal actualizará sus tarifas, cuotas y algunos impuestos el próximo 1ro de enero como fuera aprobado por los legisladores en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) y la reforma a la Ley de Derechos Federales (LDF).

El Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), los pasaportes y el costo de museos, son las tarifas federales que subirán de precio en este año, mientras el Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR) no sufrirán cambio alguno en su tasa actual. 

La mayoría de los incrementos se ajustan a la promesa presidencial de no aumentar cobros gubernamentales por encima de la inflación, que entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021 -periodo utilizado para determinar el incremento de actualización- fue de 7.37%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

Al ser un impuesto creado con la intención de reducir el consumo de un producto, el IEPS es el único impuesto que sí fue actualizado para el caso de los combustibles, cigarrillos y bebidas saborizadas -con o sin gas-.

Así, desde la próxima semana, el impuesto aplicado a la gasolina Magna pasará de 5.1148 a 5.4917 pesos por litro; el de la Premium, 4.3192 a 4.6375 pesos por litro mientras el impuesto del diésel pasará de 5.6212 a 6.0354 pesos por litro, según informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través del Diario Oficial de la Federación (DOF).

El DOF también incluye la nueva cuota aplicable a los tabacos labrados -cigarrillos- que subirá de 0.4944 pesos por cada cigarro a 0.5108 pesos por cada unidad, mientras en el caso de las bebidas saborizadas pasará 1.3036 pesos por litro a 1.3996 pesos por litro.

En el caso de los museos y áreas arqueológicas del país tendrán un costo diferenciado entre categorías -I, II y III- según importancia turístico-arqueológica, siendo los más caros los del apartado I -entre los que están Palenque, el Templo Mayor, Museo Nacional de Antropología, Museo Nacional de Historia ,Zona Arqueológica de Teotihuacán entre otros- con un costo de 85 pesos, mientras los del apartado II y III costarán 70 y 65 pesos respectivamente.

El pasaporte es el caso más destacado, pues es la única tarifa gubernamental que tendrá aumentos por encima de la inflación, siendo la primera vez que esto ocurre en la administración López Obrador.  

El documento por 10 años se elevará 23.45% a 3,506.11, desde los 2,840 pesos actuales; el de seis años, 8.33% a 1,998.77 pesos, desde 1,845 pesos; el de 3 años, 9.40% a 1,471 pesos desde 1,345 pesos y de 1 año se subirá 17% a 754.67 pesos.

Si bien a nivel federal no se crearon nuevos impuestos ni tarifas, en el área metropolitana sí se dará este caso en 2022, pues en la Ciudad de México en Congreso Local aprobó la creación de un “aprovechamiento” de 2% a las aplicaciones de reparto de comida como Uber Eats y Rappi; del mismo monto para empresas de espectáculos vía streaming y de 5% para intermediarios o servicios de hospedaje en plataformas en línea, además de los respectivas actulizaciones en tarifas de agua, predial y tenencias -todas por debajo de la inflación-.

En el vecino Estado de México también habrá nuevos impuestos: Impuesto Cedular por la prestación de servicios profesionales; Impuesto Cedular por realizar actividades empresariales (5% de los ingresos de todos los profesionistas independientes y beneficios de las empresas) ; Impuesto Ecológico por la Emisión de Gases Contaminantes a la Atmósfera (43 pesos por cada tonelada de dióxido de carbono emitida) así como el nuevo Impuesto a Casas de Empeño (5% por cada enajenación de un bien pignorado, es decir, no reclamado).

Se estrecha capacidad para “exprimir” recaudación

El presidente López Obrador ha negado desde principios de su sexenio que vaya haber nuevos impuestos o se vayan a aumentar las tasa de los ya existentes, pues según argumenta, basta con limpiar de corrupción las instituciones públicas y cobrar los adeudos que existe para que el gobierno mantenga estabilidad financiera.

Durante la primera mitad de su sexenio esta fórmula funcionó con suficiencia, incluso para superar la pandemia de coronavirus sin recurrir al mismo nivel de endeudamiento que otros países de la región. Sin embargo, algunos analistas se preguntan ¿hasta cuándo será posible seguir así? en especial cuando el gobierno está asumiendo nuevos y crecientes gastos como las pensiones a adultos mayores. 

No solo un aumento en el monto de programas sociales o en el refinanciamiento de la deuda de Petróleos Mexicanos, sino también costos indirectos al eliminar, reducir o aumentar subsidios en diversas áreas como generación eléctrica, la llamada DUC de Pemex e incluso la exención de IVA de productos de cuidado menstrual y alimento para mascotas. 

A estos nuevos costos, se suma el plan presidencial para dejar de exportar petróleo en 2023, lo que implicaría una caída de alrededor del 15% de los ingresos públicos que deberán ser reemplazados -posiblemente con nuevos o mayores impuestos- o eliminados del presupuesto.

Según una nota de Goldman Sachs, el banco advierte que es muy probable que las presiones fiscales para México se intensifiquen en los últimos dos años de esta administración

En opinión de José Ángel Gurría, exsecretario general de la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México  “hay un buen trecho” para aumentar la recaudación fiscal vía impuestos, pues el país aún se encuentra por debajo (13%) del promedio recaudación de la economía de la OCDE (34%).

Sin embargo, como explica la nota de Goldman Sachs el trecho no es tan amplio, pues el gobierno tendría que enfrentar el casi acabado espacio de recorte de gasto público y el agotamiento de los ahorros fiscales, con una débil economía que podría verse aún más golpeada por nuevos impuestos.