Cuestionan responsabilidad fiscal del gobierno ante caída de fondos de estabilización
La responsabilidad fiscal que presume el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es cuestionada por su manejo de los fondos de estabilización que han caído dramáticamente.
¿Qué tan responsable es fiscalmente el gobierno cuando prácticamente han desaparecido los fondos de estabilización? se preguntan diversos expertos económicos en finanzas públicas del país.
Mariana Campos, coordinadora del programa de Presupuesto y Rendición de Cuentas del centro de análisis México Evalúa, apunta a una visión de corto plazo del gobierno por la forma en la que se han tomado los recursos de mecanismos como el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) y el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF).
A los funcionarios “a lo mejor les interesa solo de aquí hasta el 2024. Lo que pase después, ya vendrá otro y ya verá cómo lo arreglamos. Ese es el problema de la política fiscal de México”, dice.
Estos señalamientos de Campos parten de una fuerte reduccion en el saldo actual de los fondos de estabilización, que incluyen al FEIP, al FEIEF y mecanismos como el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo (FMP).
En el informe al segundo trimestre del año de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre la situación económica, las finanzas y la deuda pública, se informó que el saldo de estos mecanismos contracíclicos -que permiten compensar caídas en la captación de ingresos respecto de las metas establecidas en la Ley de Ingresos- era de solo 67,207 millones de pesos (MP).
Esta cifra representa una caída del 82.65% con respecto a los 387,363 MP que se habían registrado a finales del 2018, al inicio de la actual administración. Los 67,207 MP también representan el nivel más bajo que han tocado estos fondos de estabilización desde 2012, cuando (con cifras de la SHCP) se comenzó a restituir los fuertes retiros que se dieron durante el gobierno de Felipe Calderón luego de la crisis financiera de 2008/09.
Si bien una parte del dinero de los fondos fue empleado en 2019 para compensar una baja inesperada en los ingresos de la Federación, el retiro más importante de recursos se dio en 2020. Según la misma SHCP, el dinero se utilizó para la reactivación económica del país en el contexto de la crisis económica y sanitaria por la COVID-19.
Con el uso de estos “ahorros” de gobierno, la administración de López Obrador pudo cumplir la promesa que hizo en mayo del 2020 de aplicar una política económica austera y sin aumentar la deuda pública. Kristobal Meléndez, coordinador de investigación del centro de investigación Mejoramiento de la Calidad Democrática Internacional (Mecademi), dijo que “los fondos de emergencia han sido útiles para enfrentar la pandemia y sus consecuencias económicas”, permitiendo que “las finanzas públicas federales y estatales no hayan estado en riesgo”.
Sin embargo, el extenso uso de los fondos de estabilización ha generado críticas políticas y técnicas. Diputados de la bancada del PRD, han criticado el uso de los fondos de estabilización por ser “decisiones erráticas” del Ejecutivo federal, que “han devastado la economía nacional” y que ha causado que no haya “margen fiscal debido a que los amortiguadores para estabilizar los ingresos públicos, más los recursos provenientes de los fideicomisos, no estarán disponibles”.
Falta de estructura en el uso de los fondos
A los expertos en finanzas públicas les preocupa la visión de corto plazo del gobierno en materia fiscal. Para Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), lo importante en el uso de los fondos de estabilización y otros fideicomisos no es cuánto dinero se ha sacado de ellos, sino la forma en la que se ha dispuesto de los recursos.
Apunta que estos mecanismos “tenían reglas, que les daban institucionalidad”, ya que más allá de fondos como el FEIP y el FEIEF, también existían otros fideicomisos con un camino determinado, aunque mejorable, para el uso de su dinero. Pero advierte que “en el momento que se quitan estos fondos y se dice, ‘primero me los como’, podría parecer que está bien porque no se quiere endeudar; pero se va perdiendo institucionalidad, curvas de aprendizaje”.
Esta falta de estructura en el uso de los fondos no solo aplica en la forma en que se retira el dinero, sino también en cómo se le reintegrarían los recursos en el futuro. Kristóbal Meléndez asegura que “una vez que la economía esté estable, podrían volver a incrementarse los ahorros”. Sin embargo, no es claro de dónde vendrían esos ingresos.
Durante buena parte del 2020, especialmente en el segundo trimestre del año, se detuvo la transferencia de recursos al FEIP y al FEIEF por la caída en las ventas petroleras. Y en lo que va del 2021, con respecto al nivel que tenían los fondos de estabilización a finales del año pasado, se ha logrado incrementar el monto disponible en solo 6.03%, la cifra más baja desde hace casi una década.
Mariana Campos tampoco ve claramente de dónde podría venir más dinero para alimentar a los fondos de estabilización. Algo que, a su parecer, “es parte de la falta de responsabilidad fiscal. ¿Dónde está la propuesta de cómo le vamos a hacer para recuperar ese dinero? No era perfecto el mecanismo del FEIP. Se financiaba porque se sub-presupuestaban los ingresos, excedentes artificiales. Pero la actual (o siguiente) administración no necesariamente va a presupuestar así”.
Se trata de una propuesta que empezó a circular desde que la actual administración empezó a hacer un uso importante de los fondos de estabilización.
Ya en febrero de 2020, previo a la pandemia y refiriéndose al uso del FEIP para compensar la menor recaudación de 2019, el economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano Herrera, dijo que habría que “contemplar varias medidas para mejorar su funcionamiento y que pueda formar parte de un esquema general de políticas contracíclicas”.
Sin voluntad fiscal
Sin embargo, aunque los analistas sí consideran que hay oportunidad para implementar cambios de esta magnitud en la política fiscal, simplemente no ven que haya voluntad ni incentivos en el gobierno.
Héctor Villarreal dice que con un programa de refinanciamiento habría manera “de resarcir de una forma parcial [los fondos de estabilización]. Pero no creo que haya el interés. Y esto trasciende de una visión técnica de las finanzas públicas. El proyecto del Presidente tiene una visión sustancialmente más centralista de los recursos. Entonces, la creación de fondos con sus propias reglas, con sus consejos y que tengan patronatos no le gustan para nada”.
La coordinadora de Presupuesto y Rendición de Cuentas de México Evalúa va un paso más allá, señalando que tampoco hay un incentivo político para trabajar en la creación de instrumentos concretos que fortalezcan los fondos de estabilización. Se pregunta “¿por qué esta administración asumiría el costo político de [crear un impuesto para alimentar el FEIP] para que alguien más vaya a estar tranquilo, posiblemente el partido de oposición que más odia si le gana la elección?”.
Tanto el director general del CIEP como Mariana Campos están de acuerdo que probablemente no habrá un cambio en las visiones cortoplacistas de la política fiscal sin un evento que fuerce al Gobierno Federal a ajustar su estrategia. Pero señalan que tal vez no sería sino hasta la próxima administración que se dé un cambio de esa magnitud.