COVID-19 en México ¿Qué se puede esperar para el fin de año y lo que sigue?

Todos los índices muestran una tendencia a la baja al final de 2021, pero el relajamiento de las medidas, la baja tasa de vacunación y el repliegue del gobierno generan grandes dudas hacia adelante.
23 Diciembre, 2021 Actualizado el 23 de Diciembre, a las 19:18
La COVID-19 suma el reto de la variante Ómicron, la más contagiosa hasta ahora (Foto: Gobierno de Baja California Sur)
La COVID-19 suma el reto de la variante Ómicron, la más contagiosa hasta ahora (Foto: Gobierno de Baja California Sur)
Arena Pública

Pareciera que la situación de la pandemia en México para lo que resta del año no será tan complicada como lo fué en 2020. Pero hacia enero se abren grandes interrogantes.

Si bien los casos acumulados confirmados de infecciones en México se han cuadruplicado respecto a diciembre de 2020 y que el número de decesos es casi tres veces más alto, los registros diarios de ambos indicadores están muy por debajo de los que se veían a finales del año pasado. No solo eso, sino que todos estos índices (incluyendo la tasa de ocupación hospitalaria para camas con ventilador) muestran una tendencia a la baja; aunque en los dos últimos días se elevó la cifra de casos detectados, según el reporte diario de la Secretaría de Salud federal.

Sin embargo hay razones suficientes para creer que las reuniones tradicionales de diciembre y de fin de año pudieran servir de catalizador para que la tan temida cuarta ola de casos, hospitalizaciones y muertes se incremente en las próximas semanas.

Y es que, al comparar estos mismos indicadores con los que se están presentando en otras partes del mundo, se observa que la situación de la COVID-19 en México aún no está bajo control. No solo eso, sino que mientras en otros países están redoblando esfuerzos para domar los nuevos retos pandémicos (y en particular, la variante Ómicron), el gobierno federal repliega sus estrategias de control sanitario, excepto en algunas áreas estratégicas.

COVID-19 en México: 2020 vs 2021

De inicio, es evidente que el país está en una posición mucho más sólida, en términos sanitarios, que a finales del año pasado.

De acuerdo con el tablero de seguimiento para la situación de la COVID-19 del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la segunda ola de COVID-19 en México (cuyo pico de casos diarios confirmados se dio a mediados de enero pasado) empezó a formarse desde inicios de octubre del 2020. Este año, sin embargo, desde finales de la tercera ola (alrededor de octubre pasado) los casos diarios siguen una tendencia a la baja.

Fuente: Conacyt

Esta tendencia la confirman datos de la Secretaría de Salud (SSa). De acuerdo con los datos publicados en las presentaciones del informe técnico diario sobre la situación de la COVID-19 en México, entre noviembre y diciembre tanto de 2020 como de 2021, la tendencia de casos confirmados diarios iba al alza para estas fechas del año pasado. Lo mismo se veía en las tasas de ocupación hospitalaria como en los registros diarios de defunciones por el nuevo virus.

Pero a lo largo de los últimos dos meses, México ha visto una tendencia a la baja en el número de casos confirmados de infección y las muertes registradas por COVID-19. Más importante aún, la tasa de ocupación hospitalaria para camas con ventilador tiene una clara tendencia a la baja. Lo anterior sugiere que no solo no se está formando una cuarta ola de infecciones, sino que el virus continúa retrocediendo en México

Fuente: SSa
Nota: Para infectados y muertes diarias, algunos valores indican cero. Esto es porque SSa no tiene disponibles presentaciones con la actualización de casos para esos días.

También la situación de la vacunación es mucho mejor de lo que era en plena temporada navideña del año pasado. Entonces, el gobierno federal apenas había iniciado su campaña de vacunación, con una cobertura inicial de emergencia exclusivamente para trabajadores de la salud que tenían contacto directo con pacientes de COVID-19.

Pero al 22 de diciembre del 2021, según datos de la misma SSa, ya se contabilizaban 81.9 millones de personas  inmunizadas, equivalente al 64.99% de la población total calculada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al cierre del 2020. De ellas, 72.4 millones tenían un esquema completo de vacunación (57.48%). Estas cifras sugieren que la tan temida cuarta ola muy probablemente no se manifieste sino hasta el próximo año.

México en la comparación internacional

Sin embargo, la llegada de una cuarta ola de COVID-19 al país luce inminente porque, en comparación con otros países del mundo, hay elementos que juegan en contra de México para el control de la pandemia a mediano plazo.

De acuerdo con estadísticas recopiladas por Our World in Data, los casos confirmados de COVID-19 en México están notablemente por debajo de los registrados en Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que actualmente pasan por una nueva ola de enfermos por la nueva variante Ómicron. También el total de muertes confirmadas por la pandemia, está debajo de estos países.

Pero México está en el mismo rango de muertes e infecciones confirmadas que Brasil e India (países que ya han sido criticados anteriormente por reducir dramáticamente sus esfuerzos de detección de COVID-19 en los últimos meses). No solo eso, sino que en la tabla de comparación de muertes en función de los casos registrados, México ocupa un lugar relativamente alto frente a otras naciones.

En el mejor de los casos estos cálculos dan a entender que México tiene también un grave problema de sub-estimación de casos por COVID-19, pero (guiándose por las bajas tasas de hospitalización) la pequeña muestra de la que sí se tiene visibilidad es realmente representativa. En el peor de los casos, la falta de visibilidad del Gobierno federal sobre la pandemia también se extiende a los enfermos graves y los muertos por el nuevo coronavirus.

La comparación internacional también deja mal parado a México en el tema de la vacunación. Según una investigación realizada por The Guardian, el país está entre las naciones de Las Américas que menos dosis ha administrado, con un ratio de 103.65 unidades por cada 100 personas. Estados Unidos y Canadá están en 143.29 y 164.43 respectivamente, mientras que Brasil, Chile y Argentina tienen cifras de 148.36, 217.63 y 154.93 cada una.

Decisiones dudosas, desafortunadas frente a Ómicron

Una cuarta ola de COVID-19 posterior a la Navidad o el Año Nuevo es una posibilidad a tomar en cuenta debido a las posiciones que ha tomando el gobierno federal respecto a la pandemia y la nueva variante Ómicron hacia el mediano plazo.

No solo algunos estudios han sugerido que esta mutación es cuatro veces más contagiosa que Delta, la anterior versión dominante de la COVID-19, algo que podría ser grave para un país como México en el que más del 35% de la población no tiene aún una sola dosis de la vacuna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la más reciente mutación del SARS-COV-2 también puede infectar con mayor facilidad tanto a las personas que tienen su esquema completo como a los individuos que ya enfermaron anteriormente de COVID-19.

Así, se ha advertido que las dosis de refuerzo podrían ser necesarias para proveer una protección adecuada contra casos graves de infección por Ómicron. Una estrategia de salud a la que el Gobierno federal se ha opuesto terminantemente desde hace meses y a la que cedió hace solo unas semanas exclusivamente  para pacientes de mayor edad. Una decisión que ha generado controversia porque, además, el Gobierno Federal ha decidido dejar de comprar vacunas, mientras que, se supone, mantiene decenas de millones de dosis en “reserva”.

Además, una cuarta ola de COVID-19 en México, impulsada por Ómicron, es una posibilidad latente por la aparente ineficacia de las vacunas que se han administrado en el país frente a esta variante. Estudios sugieren que dosis como la de AstraZeneca o las fórmulas desarrolladas por laboratorios rusos y chinos (las favoritas de México en su campaña de vacunación) no dan suficiente protección ante una infección, aún cuando sí tienen un efecto determinante en la enfermedad severa. Ello podría llevar a un escenario de continua circulación del virus, alargando más la crisis sanitaria.

Para algunos expertos es posible que la cuarta ola de COVID-19 en México ya esté en marcha, pero sin que haya sido detectada. Varios estudios señalan que la variante Ómicron, además de tener síntomas distintos, representa un riesgo de hospitalización significativamente menor que anteriores mutaciones. Lo anterior, junto con una comprobada baja detección de esta mutación en el país, podría significar que se esté atravesando ahora mismo por una sigilosa, invisible cuarta ola.

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