Cigarrillos electrónicos, ¿una alternativa menos dañina para la salud?

Aunque aún existe un debate en torno a los cigarrillos electrónicos y sus efectos en la salud, ya se han descrito algunos padecimientos asociados a su uso.
31 Mayo, 2022 Actualizado el 31 de Mayo, a las 12:56
Poco más de un millón de personas en México, de 20 años en adelante, eran usuarios de productos de tabaco (Foto: Senado de la República)
Poco más de un millón de personas en México, de 20 años en adelante, eran usuarios de productos de tabaco (Foto: Senado de la República)
Arena Pública

El cigarrillo electrónico y los vapeadores se introdujeron en el mercado como una alternativa menos dañina que los cigarros convencionales y como una forma de combatir el tabaquismo. Sin embargo, la realidad puede ser otra.

“Independientemente de cualquier cosa, el líquido que contienen estos vapeadores y cigarros electrónicos es un líquido que tiene gran cantidad de substancias tóxicas, tiene propilenglicol, etilenglicol,  glicerina,  colorantes y saborizantes, y todo esto cuando ebulle con el calor de la pila, va a generar a su vez otros compuestos, por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles, partículas muy pequeñas, substancias que provocan cáncer, nicotina, por supuesto y estos colorantes y saborizantes, pues son substancias altamente tóxicas para el aparato respiratorio”, dice Guadalupe Ponciano, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, en entrevista con Arena Pública.

Aunque el mecanismo del daño pulmonar no está bien definido hasta el momento y existe una escasez de información sobre sus efectos en la salud o estudios que confirmen su seguridad de uso, se han descrito algunos padecimientos asociados al uso de cigarrillos electrónicos.

Alteraciones cardiovasculares, lesiones pulmonares, intoxicaciones agudas por exceso de nicotina, afectación de la salud oral como retraso en la cicatrización, degradación periodontal y empeoramiento de lesiones de la mucosa oral y problemas gastrointestinales como vómitos, diarrea, desequilibrio de la microbiota intestinal, aumento de la susceptibilidad a infecciones y activación de procesos inflamatorios, señala The negative impacts of electronic cigarettes use on health, publicado a principios de este año por la revista Diversitas Journal, revista científica de la Universidad Estatal de Alagoas en Brasil.

Algunas de las sustancias que contienen los cigarrillos electrónicos son: nicotina (adictiva), Aldehídos / Formaldehído, Β-nicotirina, Nitrosaminas (cancerígenos); partículas de metales: (cadmio, níquel, cromo, plomo, arsénico y silicatos tóxicos), Nornicotina  (asociada con enfermedades como diabetes y Alzheimer); hidrocarburos aromáticos: cresol, antraceno, fenantreno, pireno, metil fenantreno  (cancerígenos) y compuestos orgánicos volátiles: tolueno, xileno, propilen glicol, glicerina (irritantes para aparato respiratorio), de acuerdo con un informe técnico de la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) de la Secretaría de Salud.

Destaca que “los cigarrillos electrónicos llegaron al mercado sin pruebas toxicológicas preclínicas exhaustivas ni ensayos de seguridad a largo plazo que se requerirían de dispositivos médicos o terapéuticos convencionales”, señala What are the respiratory effects of e-cigarettes?, publicado en 2019 por The BMJ, una revista médica publicada semanalmente en el Reino Unido por la Asociación Médica Británica​.

“Como estos sistemas no están regulados, muchas veces el consumidor ni siquiera sabe cuánta nicotina se está llevando a su organismo”, advierte Ponciano, doctora en investigación en Medicina y una reconocida experta universitaria en tabaquismo. Añade que “a la larga (los cigarrillos electrónicos y vapeadores) tienen un efecto agudo a diferencia del cigarrillo en el cual hablamos de un efecto más crónico; es decir, por ejemplo para que se tenga un enfisema pueden llegar a pasar varios años, sin embargo en el caso de los cigarrillos electrónicos, el daño es agudo, es decir, puede ser inmediatamente después de que se inhalen los aerosoles”.  Estos dispositivos representan un peligro también para las personas en el entorno.

Hasta febrero de 2020, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos habían registrado 2 mil 807 casos de hospitalizaciones o muertes relacionadas con productos de cigarrillos electrónicos o vapeo. A finales de 2019 este producto cobró la primera vida en México.

El líquido de los cigarrillos electrónicos puede utilizarse para inhalar otras drogas, como aceite de cannabis o fentanilo, advierte la experta. Además, de las explosiones por un mayor voltaje generado por el calor en un espacio cerrado.

La controversia: ¿son menos dañinos?

Sin embargo, “el humo resultante de la combustión del cigarro convencional es el que contiene la mayor parte de los productos tóxicos. Sin embargo, en este caso, con la producción del aerosol se evita la combustión, disminuyendo el daño al no tener tantos tóxicos en suspensión”, señala Actualización sobre las nuevas formas de consumo de tabaco, publicado hace unas semanas por Science Direct, un sitio web que proporciona acceso a una gran base de datos bibliográfica de publicaciones científicas y médicas de la editorial holandesa Elsevier.

Añade que “a pesar de no estar exento de riesgo, el cigarrillo electrónico no es más peligroso que el convencional. Así mismo, a pesar de la falta de regulaciones en torno al CE, el cambio de CC a este producto es beneficioso, sobre todo en fumadores que no han logrado dejar de fumar”.

En 2021, un millón 23 mil personas de 20 años en adelante eran usuarios de productos de tabaco. De éstos, 86% lo usa algunos días por semana, en tanto que el 14% restante lo usa diariamente, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Las mismas cifras revelan que el consumo promedio es de 7 cigarros al día.

En México, fumar cobra la vida anualmente a 63 mil 200 personas y cuesta más de 116 mil millones de pesos por año en gastos de atención médica en hospitales y centros de salud por las patologías que provoca, incluyendo cánceres, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y afecciones cardiovasculares, según datos de Salud Justa, Organización que busca promover el diseño y la aplicación de políticas públicas que contribuyan al ejercicio del derecho a la salud.

México, sin un marco regulatorio

En septiembre de 2019, la Secretaría de Salud dio a conocer el aviso epidemiológico por el uso de cigarrillos electrónicos y vapeo, el cual tiene el propósito de identificar oportunamente la presencia de casos de enfermedad pulmonar grave posiblemente asociada con el uso de estos dispositivos, emitido por el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica;

Unos meses más tarde, en febrero de 2020, se prohibió la importación de estos productos argumentando del “inminente peligro que representan los citados dispositivos, toda vez que generan vapor o aerosol y compuestos químicos producidos por el calentamiento de los componentes del líquido, una mezcla de propilenglicol, glicerina y aromatizante o, en su caso, nicotina y tabaco, que al ser inhaladas ingresan directamente al sistema respiratorio con una afectación más amplia que otras sustancias, tanto en vías aéreas de conducción como en zonas alveolares, debido al pequeño tamaño de las partículas generadas”, se lee en el Diario Oficial de la Federación.

Sin embargo, desde mayo de 2008, el comercio de cigarrillos electrónicos se encuentra prohibido en México, cuando se expide la Ley General para el Control del Tabaco, sin embargo, su venta continúa. Hasta 2021 existían 26 iniciativas, de éstas 22 proponen regular ,en vez de prohibir la venta de cigarrillos electrónicos, mientras que  cuatro proponen mantener la prohibición.

“La Organización Mundial de la Salud emitió una recomendación a todos sus países miembros referido a los países que no tienen un marco regulatorio para estos nuevos productos de tabaco, lo mejor es la prohibición", recordó Ponciano.

Este año, en el día mundial sin tabaco que se celebra el 31 de mayo, está enfocado en el daño del tabaco al medio ambiente. La OMS señala que anualmente 600 millones de árboles se cortan y se utilizan 22 mil millones de litros de agua para fabricar cigarrillos; además de que se emiten a la atmósfera alrededor de 84 millones de toneladas de CO2. Mientras que los cigarrillos electrónicos contribuyen a la contaminación puesto que utilizan baterías de litio.

“Fumar no es vital para ningún ser humano, ningún ser humano nace fumando y ningún ser humano necesita fumar para vivir; lo que necesitamos es aire puro”, concluye la académica de la UNAM.

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