Inflación suma 11 meses devorando los incrementos salariales

El alza generalizada de precios, que los economistas estiman en 8.1% anual para julio y 8.4% en agosto, amenaza con extender los incrementos reales negativos en los salarios contractuales por el resto del año.
6 Agosto, 2022 Actualizado el 7 de Agosto, a las 08:22
El impacto de la inflación en los salarios está afectando el consumo de las familias (Foto: Gobierno de México)
El impacto de la inflación en los salarios está afectando el consumo de las familias (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

La alta inflación ha hecho trizas a los incrementos salariales en México afectando el consumo de las familias. Una tendencia que amenaza con extenderse en los próximos meses ante expectativas de tasas de inflación superiores al 8% anual.

En junio, sumaron 11 meses consecutivos con salarios contractuales reales negativos, según cifras publicadas por el Banco de México (Banxico) a partir de información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Desde agosto de 2021 se han registrado, mes a mes, salarios contractuales reales negativos, llegando a (-)2.79% en junio, después de registrar (-)2.92% en mayo y (-)3.03% en enero pasado, siendo el peor registro para los salarios contractuales desde marzo de 1997, hace 25 años.

De acuerdo a Banxico, estas cifras reales observadas ("ex post") resultan de quitar el efecto inflacionario a los incrementos nominales de los salarios otorgados hace 12 meses.

El alza generalizada de los precios ha devorado los incrementos salariales pactados a través de los contratos de trabajo que se registran ante la STPS. En junio del año pasado los salarios contractuales se incrementaron en 4.96% en promedio, mientras que la inflación general entre junio 2021 y junio 2022 fue de 7.99%.  A lo largo de 2021 los contratos laborales se firmaron con incrementos nominales de los salarios en un rango que va de 3.81% (enero) a 5.68% (diciembre), por lo que es previsible que se registren salarios reales negativos en el resto del año. 

En un reporte reciente, la agencia Moody's señaló que el impacto inflacionario está provocando dos desafíos en la región, incluído México: "El primero es una reducción en los salarios reales que probablemente reducirá el consumo privado y pesará sobre la actividad económica, y el segundo es la intensificación del malestar social a medida que aumenta el costo de las necesidades básicas para la población".

 

Salarios erosionados le pegan al consumo

Los economistas prevén una inflación de 8.1%, a tasa anual, en julio y de 8.4% en agosto, de acuerdo con la encuesta de Banamex publicada el viernes 5 de agosto, manteniendo la tendencia alcista de los precios. La cifra de inflación para el mes de julio la dará a conocer este martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

El alza persistente de la inflación subyacente o básica en lo que va del año, sigue nublando las expectativas de los economistas quienes ya esperan que el año cierre con una inflación general anual de 7.74%. De cumplirse estas previsiones, los incrementos salariales contractuales otorgados de julio a diciembre del año pasado, también habrían registrado variaciones reales negativas, alargando la tendencia de deterioro de los salarios.

Este brutal impacto inflacionario sobre los salarios nominales está inevitablemente, golpeando la confianza de los consumidores. En julio el indicador de confianza del consumidor (ICC) cayó por tercer mes consecutivo, al nivel más bajo en los últimos 16 meses y, en esta ocasión, con todos los componentes del índice a la baja. Es de destacar el mayor pesimismo sobre la situación futura del empleo a pesar de una ligera mejoría observada en el porcentaje de población ocupada en el país.

Los elevados niveles inflacionarios han restado al poder de compra de los trabajadores y cada vez son más los consumidores mexicanos que creen que los precios en el país seguirán aumentando en los siguientes 12 meses. Según el ICC, el indicador complementario "¿Cómo cree que se comporten los precios en el país en los siguientes 12 meses?" cayó 1.3 puntos en julio, y reportó una disminución de 5.6 puntos respecto de julio del año pasado.

El dato sobre el consumo de las familias que publica Inegi (Consumo privado del mercado interior) ha mostrado debilidad hacia finales del primer semestre. En marzo creció 0.7%, a tasa mensual con cifras desestacionalizadas, en abril 0.7% y en mayo cayó (-)0.4%, el primer registro negativo después de 10 meses. De acuerdo a los pronósticos de los economistas del sector privado el consumo de las familias profundizó su caída durante junio y julio.

Si bien el secretario de Hacienda dio a conocer el jueves 4 que el gobierno ha gastado 574 mil 624 millones de pesos en un paquete contra la inflación y carestía, subsidiando las gasolinas, la energía y los peajes, para "evitar que caiga el consumo de los hogares, lo que implicaría un declive de la economía y un aumento en los costos de la vida pública en el país", como lo publicó el Gobierno Federal en un tuit; las cifras anticipadas ya muestran que la tendencia al deterioro del consumo de las familias no se habría detenido.

El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de junio, una estimación que realiza Inegi, fue de (-)0.4% a tasa mensual, con una caída de (-)0.5% para las actividades terciarias, que incluye comercio, turismo, transportes, servicios, entre otros.

En un reporte del 4 de agosto sobre el consumo, los economistas de BBVA advierten que "si bien el rápido crecimiento del gasto de los hogares en los primeros cuatro meses del año impulsó el consumo privado en 1S22, los meses subsecuentes han mostrado ralentización a medida que las familias enfrentan mayores precios y una política monetaria más restrictiva. Anticipamos que la debilidad de la demanda interna se extenderá hacia la segunda mitad del año y con mayor profundidad en 2023".

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