Impuestos de carbono a exportaciones: ¿Cómo impactaría a México?

Varios miles de millones de dólares en exportaciones a estas regiones podrían verse afectadas por las nuevas propuestas de competitividad en Europa y EU.
21 Julio, 2021 Actualizado el 21 de Julio, a las 08:53
Estados Unidos y la Unión Europea buscan gravar las exportaciones de ciertos países con altas emisiones (Foto: Pixabay)
Estados Unidos y la Unión Europea buscan gravar las exportaciones de ciertos países con altas emisiones (Foto: Pixabay)
Arena Pública

Alrededor de 4,500 millones de dólares (MD) en exportaciones de México a Estados Unidos (EU) y Europa estarían en riesgo.

La semana pasada, tanto en Europa como en EU se reveló la intención de nuevos aranceles para las industrias de aluminio, acero, cemento, hierro, fertilizantes y energía eléctrica. El objetivo de estos impuestos sería establecer un campo de juego más parejo entre las compañías locales y los agentes internacionales.

En ambos casos, se teme que los agresivos programas para fomentar la reducción de emisiones de carbono entre empresas locales las pongan en desventaja frente a otros competidores internacionales. Esto, porque otros países del mundo no ponen reglas tan estrictas a sus empresas para reducir el impacto medioambiental.

También se desincentivaría que compañías en Estados Unidos o Europa decidan abandonar sus países de origen para ser más competitivas. En este sentido, las reglas propuestas impondrían un costo adicional a productos de otros países, afectando su atractivo potencial en el largo plazo.

La balanza comercial de México podría ser una de las más impactadas por estos impuestos. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), en 2020 tanto Estados Unidos como la Unión Europea fueron de los socios comerciales más grandes del país, a quienes se les exportaron 338,840 MD y 20,766 MD en bienes, respectivamente.

¿Qué exportaciones están en riesgo?

En el caso de la Unión Americana, el nuevo gravamen está contemplado en el Acta de Transición y Competencia FAIR. De acuerdo con el New York Times, la idea es que esta legislación sirva como uno de los soportes para el ambicioso plan de infraestructura demócrata, valuado en 3.5 billones de dólares.

En el texto, se propone gravar (en un inicio) las importaciones de aluminio, acero, cemento y hierro de otros países hacia los Estados Unidos. Estos sectores son los identificados como los más contaminantes, aunque está la puerta abierta a agregar otras industrias con el paso del tiempo.

Para el caso europeo, el nuevo gravamen forma parte de un mecanismo complementario al Sistema de Comercialización de Emisiones (ETF) de la región, llamado Mecanismo de Ajuste de Carbono Fronterizo (CBAM). Como en Estados Unidos, la idea es usar los ingresos adicionales para fortalecer el presupuesto de la Unión Europea.

Sin embargo, el viejo continente es un poco más extenso en las industrias que abordará en el programa. Además de aluminio, acero, cemento y hierro, también pretende gravar de inicio tanto las importaciones de fertilizantes como las de electricidad.

En este contexto, ¿cuál es el valor de las exportaciones de México que podrían ser susceptibles a estos dos gravámenes? Las cifras exactas dependerán del marco legal en cada administración, pero se pueden hacer algunos estimados.

De acuerdo con el sistema COMTRADE de las Naciones Unidas, las exportaciones de México en las industrias que se verían afectadas por estos nuevos impuestos tenían un valor conjunto de unos 5,225.5 MD en 2020, alrededor del 1.3% del valor total de todas las exportaciones para ese año, de poco más de 417,000 MD.

Además, Estados Unidos y la Unión Europea abarcaron, respectivamente, el 81.2% y 4.98% del total de exportaciones de México hacia el mundo en 2020. Con estos porcentajes en las industrias afectadas por los impuestos, unos 4,503 MD en mercancías podrían haber recibido un gravamen adicional de haberse aplicado las nuevas reglas.

¿Cuánto podrían costar a México estos impuestos?

Un poco más difícil es estimar exactamente qué tanto aumentaría el precio de las exportaciones de México a Estados Unidos y la Unión Europea. En gran parte, porque las reglas todavía no son muy claras de en qué países se aplicarían las reglas o  qué tan cuantioso sería exactamente el gravamen.

En el caso de Estados Unidos, los países que tendrían que pagar este impuesto adicional serían, de inicio, los contemplados en la categoría de “Menos desarrollados” en la lista del Comité de Asistencia de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

México no entraría en esta categoría. Sin embargo, la propuesta de ley apunta que los departamentos del Tesoro, Estado, Comercio, Energía, Agricultura, Transporte e Interior, así como el representante comercial de Estados Unidos, pueden decidir qué países no cuentan con impuestos a las emisiones de carbono equivalentes a las de la Unión Americana.

El cálculo del gravamen también está muy en el aire para el caso estadounidense. El texto de la propuesta apunta que el Departamento del Tesoro tendría que calcular cuánto le cuesta a las empresas del país seguir las reglas de emisiones de carbono en el año. Esta cifra se usaría para designar un promedio por tonelada de CO2, que a su vez guiaría el valor del impuesto.

La Unión Europea, tanto en su listado de países susceptibles a pagar el impuesto como en el cálculo de la tasa, es mucho más clara. La Comisión Europea determinó que aplicará a todos los países que estén fuera del bloque, con la excepción de aquellos que ya estén integrados a su ETF (como Suiza o las naciones dentro de la zona euro). México entraría en esta clasificación.

En lo que se refiere al cálculo del gravamen, la idea es que las empresas que deseen importar mercancías a la Unión Europea compren certificados CBAM, un “permiso” para emitir emisiones de carbono más allá de los límites establecidos por el bloque. Los precios de éstos, según la misma comisión, estarían directamente ligados a los precios de los ETF. Éstos, hoy en día, rondan los 50 euros por tonelada de CO2, de acuerdo con Ember.

Si la propuesta de Estados Unidos es aceptada por su Congreso, el andamiaje legal empezaría a construirse en 2023, y se empezaría a aplicar el impuesto en 2024. Los impuestos de la Unión Europea, por su lado, se cobrarían a partir de 2026, pero se empieza poner en marcha un “periodo de transición” en 2023, donde los importadores reporten sus emisiones de carbono sin pagar las tarifas, para que todos puedan acostumbrarse al nuevo sistema.

Así pues, si prospera cualquiera de estos proyectos, es probable que se revelen cifras más precisas del costo de estos impuestos para México en el futuro.