Estados Unidos ha destruido la economía social

“El gobierno estadounidense enfrenta grandes desafíos éticos, políticos y sociales al seguir alimentando burbujas financieras que, aparentemente, sirven para rescatar la economía”, enfatiza el economista.
20 Septiembre, 2013 Actualizado el 1 de Febrero, a las 12:40
El economista griego Yanis Varoufakis.
Arena Pública

“Estados Unidos agotó su modelo de burbujas financieras y déficit perpetuo”. Esa idea tiene obsesionado al economista griego Yanis Varoufakis, que en los últimos meses se ha reunido una decena de veces con el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, para analizar la posibilidad de que un nuevo pensamiento económico al interior de los organismos multilaterales permita encontrar la salida a la crisis endémica que envuelve al mundo.

“El gobierno estadounidense enfrenta grandes desafíos éticos, políticos y sociales al seguir alimentando burbujas financieras que, aparentemente, sirven para rescatar la economía”, enfatiza el economista.

Yanis Varoufakis, autor del libro “Minotauro Global” que coloca en el ojo del huracán y en entredicho al Banco de la Reserva Federal por su perversidad para impulsar el crecimiento de la economía estadounidense a partir de burbujas financieras expansivas que, durante décadas generaron déficits crónicos  financiados con flujos masivos de capital, asegura que México –como sucedió con muchos países europeos– depende de inercias financieras y bancarias que hoy, al menos para los más débiles, se encuentran congeladas.

Egresado de la Universidad de Essex, profesor de Teoría Económica de la Universidad de Atenas y profesor visitante en la Universidad de Texas en Austin, Varoufakis reconoció que si bien, hasta 2008, la economía estadounidense era un motor “eficiente” que generaba crecimiento utilizando las herramientas de los déficits como impulso y catapulta, esos déficits tenían que pagarse de alguna manera.

“La fuente de pago para cubrir esos abismos fiscales provino de flujos masivos de capital que llegaron de otros países. Así llegaron recursos y rendimientos de Japón, Alemana, de México. Así se pagaron los déficits mientras el ciclo funcionó”, explica el economista griego.

A principios de 2008, la economía de Estados Unidos y su déficit fueron las locomotoras que impulsaron al resto de las economías del mundo. Sin embargo a finales de ese año, dijo Varoufakis, el modelo se colapsó para incendiar a Wall Street pero también a muchos otros mercados financieros. El riesgo, asegura, es que el modelo no se ha desterrado y una y otra vez, desde Washington, buscan revivirlo a través de la FED.

Pero no ha sido efectivo porque la economía de Estados Unidos ahora también es víctima de los desencuentros políticos entre el Partido Republicano y el Demócrata. Mientras la FED asegura al mundo que inyecta recursos para la recompra de deuda, lo que ha calificado como estímulos para la economía, la realidad es que para controlar la dimensión de su déficit fiscal está conteniendo el gasto publico contemplado en su presupuesto para estados y municipios. Entonces, dice el académico griego, el efecto neto es nulo y, por ello, la economía no logra despegar afectado al mundo entero y, en particular, a México.

Para el ex asesor de Yorgos Papandréu –a quien después criticó severamente por el endeudamiento que alcanzó esa economía– el antídoto contra las crisis que aún tiene como remanente el modelo de crecimiento impulsado por Estados Unidos, es la inversión del presupuesto público de un país en gasto social. “La única forma de inyectar dinero real y efectivo a un país es entregarlo a sus contribuyentes; generando beneficios en hospitales y hasta aprobando estímulos fiscales para el pago de deudas con la banca”.

Sin embargo, lamenta, el mundo transita en sentido opuesto: se sigue privilegiando la protección a bancos que ya no prestan; se mantienen los programas de “estímulos” para comprar hipotecas que no sabemos en donde están y se reduce el gasto social.  Esta crisis no sólo está generando un profundo resentimiento entre los ciudadanos estadounidenses, europeos y mexicanos, también coloca en entredicho conceptos considerados intocables como el control de capitales y el venerado Consenso de Washington.

¿Existe la posibilidad de que Estados Unidos revise la efectividad de su modelo de crecimiento a partir de burbujas?

Estados Unidos y sus déficits dañaron el mecanismo global de crecimiento del mundo. Lo preocupante es que ahora esos déficits están de vuelta. Washington entiende el fenómeno perfectamente bien y sabe que tienen la capacidad de motivar y producir energía para el resto del sector manufacturero global.

¿Cuáles son los obstáculos?

En Washington son pragmáticos pero están tratando de resolver los problemas políticos a los que se están enfrentando. Ahora mismo, por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos se encuentra paralizado por los conflictos que enfrentan los políticos de los partidos Republicano y Demócrata por el control de las decisiones en la Casa Blanca. En Estados Unidos, los legisladores, los gobernantes no pueden decidir absolutamente nada.

Ellos se siguen vetando unos a otros por diferencias políticas. Los Republicanos están destruyendo un país en lugar de permitir que Obama haga lo que quiere en material de gasto social. Los Republicanos, en especial, están creciendo sólo en sus filas y son el partido más antipatriótico que haya existido en la historia de la Unión Americana. Los recortes al gasto militar son un claro ejemplo de esos desencuentros.

¿Por qué no está funcionando el programa de estímulos de la FED?

La economía estadounidense sigue dependiendo de burbujas financieras otorgando a los bancos facilidades para crear a su vez otras burbujas. En 2008, la burbuja financiera fue, en primer lugar, una expansión financiera y después una burbuja inmobiliaria.  El presidente del Banco de la Reserva Federal, Ben Bernanke, está tratando de impulsar estas burbujas y lo ha logrado por un periodo considerable; sin embargo, la estabilidad del mercado laboral no está llegando y eso no está apoyando el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

Si la FED dejara de ofrecer a la banca estas herramientas para impulsar otra vez una burbuja financiera para liberar recursos que sirvan para comprar hipotecas, los consumidores contarían con esos recursos para pagar  y consumir, quizás no se generarían hoyos negros ni peligrosas burbujas.  El gobierno de Estados Unidos podría redirigir estímulos fiscales para los contribuyentes que les permitiera prepagar deudas. Sin embargo, antes tendrían que llegar a un acuerdo los políticos. En Estados Unidos, muchos ciudadanos han sido destruidos por la crisis; en Texas conozco personas con pequeños negocios que perdieron su patrimonio y que ahora no cuentan con seguridad social y que enfrentan gastos hospitalarios impagables.

¿Cuáles son las expectativas de recuperación para los países europeos?

En Europa se observan las consecuencias de la crisis y durante la próxima década será ejemplo de un continente rico y con personas inteligentes con una gran cultura que se están perdiendo. Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía estadounidense jugó un papel determinante para Europa en la reconstrucción de su economía de postguerra. De hecho, la Unión Europa es una creación estadounidense. Estados Unidos reunió a los alemanes y los franceses en la misma habitación y les dijo: “Formarán una unión de países en donde Alemania será el epicentro de la manufactura y Francia el especialista en la administración”.

Desde 1950, además, Estados Unidos ha desempeñado un papel clave en la integración de la comunidad europea. Fue en 1971 cuando se generó el modelo (el sistema Bretton Woods) para que la región sobreviviera como una institución en el ambiente previo a un mundo con tipos de cambios flotantes en donde los riesgos de déficit eran más altos.  Ahora, la crisis sorprendió con graves déficits a Europa y sin la posibilidad de reorganizarse rápidamente y de manera autónoma. Los déficits aumentaron rápidamente mientras los capitales se escapaban.

En Europa, ahora no es posible aspirar a inversiones pero sí a préstamos. En Grecia la deuda equivale al ciento por ciento del PIB y se contratan más créditos para pagar los antiguos financiamiento en un intento de impulsar el crecimiento de la economía. Sin embargo, en la Eurozona, Grecia tiene que formarse en la fila de los apoyos junto con otros países como España, Irlanda, Italia. Con un desempleo de 30 por ciento de gente muy educada, ¿cómo puedes aspirar a ser elegido? Europa representa todavía el 30 por ciento de la economía global mientras China no puede remontar los niveles de expansión de crecimiento de su PIB de 7 por ciento. Las noticias no son buenas.

En Europa no se espera crecimiento. La recesión es un hecho en la zona. Se registra un poco de crecimiento en algunas regiones de Alemania gracias a las exportaciones de bienes de capital a China; sin embargo, la gran parte de las economías europeas se encuentra en recesión. A partir del comportamiento de la periferia europea –con excepción de Alemania, Holanda y Finlandia– es posible demostrar que en los últimos años se ha tenido crecimiento negativo y desempleo masivo.

¿Qué pasa con el sistema crediticio?

El principal problema es que el sistema bancario europeo sigue siendo disfuncional. En Europa la banca está en proceso de defunción, simplemente no funciona. Los países comenzarán a separarse de Alemania; y Alemania no estará dispuesta a mantener a Francia al frente del nuevo sistema monetario que se busca crear, incluso países como Noruega, Austria, Polonia, Eslovaquia, Finlandia y quizás los países bálticos, estarán de acuerdo con la creación de una nueva moneda pero no será fácil mantener unida a la región en medio de grandes disparidades. El resultado, sin embargo, será la persistencia de un alta tasa de desempleo e inflación y eso no será bueno para la economía global.

¿Qué ha comentado con José Ángel Gurría sobre la crisis global?

La OCDE y su secretario general, José Ángel Gurría, se encuentran seriamente preocupados por la crisis económica mundial.  A partir de la experiencia de la crisis de México en la década de los ochentas, parece que a José Ángel Gurría le está costando trabajo entender cómo están reaccionando países en Europa a su tercera crisis en menos de una década y cómo lo están haciendo en particular países como Portugal o Grecia.

Gurría siente que el Consenso de Washington, del cual la OCDE fue un actor importante y relevante junto con otros actores como el FMI y el Banco Mundial, no está funcionando para apoyar en esta crisis. Al Secretario General de la OCDE -y ha sido categórico en ello-, le gustaría observar un nuevo pensamiento económico al interior del organismo multilateral. Por ello, está abriendo la puerta a economistas  -como yo- que no se encuentran alineados al pensamiento económico tradicional.

Al mismo tiempo, el FMI también está experimentando, al menos durante los últimos cinco años, una serie de cambios en todos los niveles de su organización. Por ejemplo,  se comenzó a discutir el control de capitales y se considera que podría ser una buena idea en tiempos de crisis. Fue apenas en la crisis de México entre 1994 y 1995 cuando el FMI se opuso rotundamente al control de capitales. Ahora, parecería que el FMI está expiando sus culpas reconociendo el gran error y la conducción equivocada bajo la cual impusieron condiciones a Grecia, Irlanda, Portugal.

¿Qué está sucediendo con el Banco Mundial?

No he visto nada del Banco Mundial que me sugiera que ellos están en sintonía con realidad y el momento de decisiones que demanda la sociedad mundial. Es muy poco y es muy tarde lo que pueden hacer pero la decisión tendrá que venir desde arriba pero en medio las burocracias, con claros intereses de preservarse, siguen defendiendo conceptos como el Consenso de Washington. Será difícil que desde allí surjan nuevas ideas.

¿Se recuperará la economía estadounidense?

El gobierno de Estados Unidos simplemente está usando el gasto y los estímulos porque su sistema tributario fue destruido durante la recesión y ellos tienen que reducir el gasto porque tienen el mandato imperativo y constitucional de no tener déficit. Así, mientras la FED dice que estimula la economía, los gobiernos de los estados y los municipios hacen exactamente lo contrario, reduciendo el gasto. Al final, el estímulo que fue efectivo o afectado fue muy pequeño y no fue significante y por eso ahora se observan problemas de crecimiento.

Lo que sí fue importante y funcionó bien -y es algo que se se ha discutido muy poco- es lo que se conoce como los factores estabilizadores del gobierno federal. Especialmente, nosotros en Europa tendemos que dejar de pensar que Estados Unidos es un paradigma de mercado, un país en donde el libre mercado juega un papel muy pequeño porque la creación de burbujas ha determinado el ritmo y peligro de la expansión.

¿Existe alguna alternativa?

Los sistemas de seguridad social que se han puesto en marcha en administraciones anteriores han sido muy importantes. A finales de los sesentas así sucedió con el gobierno de Johnson, estos mecanismos tuvieron grandes impactos en la década pasada con beneficios para el empleo; servicios médicos, seguridad social para adultos mayores funcionaban mientras la economía se colapsaba.

Se trata de fenómenos que impactan inmediata y masivamente, que no requieren de complejas decisiones políticas porque se determina la población que es elegible para cada tipo de apoyos sociales y de beneficios, si tú eres elegible simplemente tómalo y no se necesitan decisiones políticas complejas.  Este tipo de acciones han tenido contribuciones significativas a la estabilización de la economía estadounidense, mucho más que otras medidas de las que todo mundo habla… y que confían en las políticas financieras.

¿Qué debe pensar México respecto a su dependencia financiera con Estados Unidos?

La lección para países como México es que si se introducen programas sociales efectivos como sucedió en la década de los sesentas, cuando se presenten crisis, inmediatamente se inyectan recursos a los bolsillos de la población y se contrarresta si una crisis golpea intempestivamente.

Se estimula a la economía en automático inyectando efectivo a los bolsillos de los más necesitados.  El efectivo en los bolsillos de las personas se gastará inmediatamente y es allí en donde se genera el efecto multiplicador en la macroeconomía; desafortunadamente, desde los años setentas nuevos gobiernos están haciendo completamente lo opuesto.

Ellos están disminuyendo los programas sociales y, por ello, cuando las crisis golpean la economía social no está preparada y carece de mecanismos para responder a esas crisis; entonces los escenarios empeoran y la economía no logra responder. Así, la cohesión social falla y el resultado es sólo el sufrimiento humano que resulta innecesario ante el deterioro del dinamismo de la economía de un país.

Para los países emergentes como México resulta muy complicado destinar recursos al gasto social. Tenemos una década con crecimiento de 2 por ciento. ¿Cómo puede el gobierno destinar recursos al gasto social, si además se cuida de no incurrir en déficits?

Es como mencioné, desde la década de los setentas la ideología tóxica ha infectado a los gobiernos –una nueva identificación de intereses neoliberales en el país– y no se puede manejar a un país como si fuera una empresa; no es posible usar el dinero de la misma forma en un gobierno que en una empresa; operan diferente.

Lo que hemos aprendido recientemente de la gran depresión y de la gran recesión es que los países operan como hogares y no como empresas; si maneja el presupuesto de un país de la forma en la que lo haría con una empresa, solo empeorará la situación y terminará en contra, incluso, del interés de la propia compañía.

¿Cómo puede reconstruirse el modelo? ¿Cuál es el modelo que México debería adoptar, sobre todo, ahora que se busca una reforma para el sector de la energía en donde la influencia del modelo estadounidense es determinante?

Desde el momento en que México firmó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) perdió un alto grado de libertad para buscar sus propias políticas sociales e industriales. Es un fenómeno que se presenta cuando un pequeño país -un relativamente pequeño país como México frente a Estados Unidos- tiene que ir a la cama con sus vecinos en condiciones desiguales para firmar y llevar a cabo acuerdos comerciales. Las asimetrías provocan, entonces, que se generen imposiciones por parte del poderoso respecto al pequeño.

Lo paradójico es que esas presiones no tienen que ver precisamente con el comercio sino que impactan directamente en las políticas para aliviar la pobreza e impulsar el desarrollo. Esta es la situación que vive México desde que se firmó el TLCAN. Tomar la ruta hacia la liberalización del sector de la energía es un paso en la misma trayectoria para acotar los márgenes de libertad que México tiene para desarrollar estrategias en este país.

Personalmente, no entiendo la lógica entre el anuncio del Presidente de modificar la Constitución y no lo entiendo porque carezco de las herramientas mentales y analíticas para entender. No es claro lo que quieren hacer ahora y sólo ha quedado claro que quieren modificar la Constitución pero no creo que esto sea necesario. El argumento de que la modificación de la Constitución es necesaria para atraer tecnología de punta para exploración y producción de petróleo no queda claro. México no necesita cambiar la Constitución para atraer tecnología. No necesita al capital extranjero para ello y menos aquel que exige cambios constitucionales. En Brasil y China lo están haciendo directamente.

¿Qué sucede con el sistema bancario en México?

Su situación es reflejo de lo que está sucediendo a nivel mundial. El sector bancario es el gran cáncer porque se está comiendo y absorbiendo los recursos que deberían dirigirse a la economía global social. Desde 2008, Estados Unidos y Europa están cometiendo los mismos errores en los que han incurrido los japoneses desde 1990. Fue en ese año cuando el gobierno de Japón salvó a los banqueros –al menos siete instituciones de créditos–; los cajeros automáticos de la banca abrieron por la mañana pero en la noche ya habían colapsado.  El problema ahora es que ni los bancos europeos o estadounidenses están prestando y mucho menos en México. El sistema bancario está fallando. Los dueños de la banca tienen demasiado miedo para prestar pero no para ganar dinero en el mercado de valores.

México enfrenta un particular predicamento porque sus grandes bancos son precisamente las grandes instituciones de la economía global y parece ser un caso único en donde las instituciones que han decidido no prestarle al mundo, tampoco lo harán aquí. Simplemente no tienen incentivos para hacerlo.

¿Puede crecer la economía mexicana con este modelo?

No y el modelo tiene que cambiar y por lo que sé la reforma financiera que se está prometiendo sólo reforzará la dominancia de los grandes bancos que se asegurarán que el crédito no fluya a al economía mexicana.


(Derechos reservados, Arena Pública, 2013)

Archivado en