La revolución de los NFT: cuando el arte digital amenaza al medio ambiente
La nueva forma de arte digital podría salirle muy caro al medio ambiente.
Los tokens no fungibles, mejor conocidos como NFT, surgieron como parte del nuevo arte digital en los últimos años, que fusiona el arte y diseño gráfico con las criptomonedas. De inicio, el concepto luce complicado de entender, pero en pocas palabras, se refiere a un archivo digital transformado en un activo verificado, que brinda a los compradores una prueba de autenticidad y propiedad. Si bien el comprador de la obra no cuenta con los derechos de autor ni distribución, si posee la pieza original en formato digital.
Para comprenderlos mejor, los NFT pueden pensarse como un boleto de cine. Una entrada para una película es para una función específica y una hora determinada. Así, los NFT buscan brindar seguridad y propiedad, con un archivo específico y un valor determinado, es decir son únicos.
Aunque los NFT están directamente relacionados con el mercado artístico, la realidad es que se puede realizar un NFT para cualquier activo digital, desde un artículo en internet hasta un tweet o video de YouTube, con la garantía de que el comprador cuenta con el original, sin importar cuántas réplicas gratuitas se pueden obtener en línea. Incluso existen los videojuegos NFT (de los cuales hablamos en esta otra nota).
La mayoría de los archivos no fungibles se suben a diversas páginas específicamente diseñadas para la compra y venta como Ethereum, la plataforma más popular.
Su auge inició cuando Christie’s, una galería artística de renombre, realizó una subasta el pasado mes de marzo de un NFT, del artista Mike Winkelmann, mejor conocido como Beeple. El NFT presentaba un collage de sus obras de los últimos 13 años, alcanzando un récord de venta de 69.3 mdd, la cifra más grande alcanzada en una subasta por una obra digital.
Durante los últimos meses el mercado ha aumentado al igual que los precios, superando los 2 mil millones de dólares durante el primer trimestre del 2021, según NonFungible.com. La revolución digital ya ha sumado a bandas musicales como Kings of Leon, vendiendo sus canciones en formato NFT, youtubers como Willyrex, que con más de 10 millones de suscriptores lanzó arte relacionado a su canal, e incluso medios de comunicación como Quartz o The New York Times, que vendió una columna como NFT por más de medio millón de dólares.
El otro lado de la moneda: impacto ambiental
No obstante, no todo es tan bueno como parece, dichas obras de arte digital tienen una huella ambiental tan alarmante como sus ventas generadas.
La creación de un NFT promedio tiene un impacto ambiental de más de 200 kg de carbono, equivalente a conducir casi mil kilómetros en un automóvil, generado por el alto consumo energético desarrollado al momento de hacer un NFT.
De igual manera dicho impacto ambiental afecta a diversas criptodivisas que han ganado popularidad en los últimos meses como Bitcoin. De acuerdo con el Índice sobre consumo eléctrico del Bitcoin de la Universidad de Cambridge, la producción de Bitcoin consume en un año la misma energía que Noruega. La razón principal se debe al proceso, mejor conocido como blockchain, realizado cuando un artista sube una obra de arte a Ethereum, lo que involucra una increíble potencia informática, procesos complejos y una enorme carga de energía.
“Ethereum, la plataforma elegida para NFT, utiliza un método llamado prueba de trabajo para crear activos digitales como tokens no fungibles que ocupa gran energía para su realización", señala la Universidad de Cambridge.
Diversos análisis han especulado el impacto preciso de un NFT; tal es el caso de Digiconomist, una plataforma que monitorea el impacto ambiental de las criptomonedas y NFT. No obstante, los expertos en Cambridge señalan que "no es posible determinar con exactitud la cantidad de electricidad que se consume por diversas razones". El principal motivo es su carácter descentralizado, que hace que la información almacenada en blockchain sea segura, infalsificable y brinde autenticidad al comprador, con una nula transparencia de información acerca de los ingresos obtenidos, la fuente de energía de los autores o el gran impacto ambiental producido.
¿Soluciones?
Dichas problemáticas han generado que varios artistas como Joanie Lemercier, un artista francés conocido por sus esculturas de luz futuristas, proteste mediante redes sociales y actúe en contra de esta nueva manera de comercializar arte, hasta que se genere una nueva solución que no cause un daño tan grave al medio ambiente.
Recientemente la Asociación Internacional para el Avance de Enfoques Innovadores para los Desafíos Globales (IAAI GLOCHA), grupo ligado a Naciones Unidas (ONU), desarrolló una iniciativa llamada DigitalArt4Climate, que busca que diversos artistas inspiren a las personas sobre el cambio climático a través de las obras de arte en formato NFT.
“Hemos decidido desarrollar soluciones basadas en NFT para el empoderamiento de la acción climática”, mencionó Miroslav Polzer, fundador y director ejecutivo de IAAI. Dichas obras se realizarán en blockchain Unique Network de Polkadot, una plataforma que busca reducir el consumo energético de cada transacción y que la realización de un NFT sea sostenible. Las obras serán exhibidas desde el 12 de agosto hasta el 30 de septiembre en la página oficial de AAI GLOCHA.
Según el directivo, la huella de carbono de la iniciativa DigitalArt4Climate es “un millón de veces menor que las blockchain basadas en pruebas de trabajo con otras que se pueda comparar”.
Asimismo, Polzer ha desarrollado Climate Chain Coalition, una red global de expertos en blockchain, que tiene como objetivo aprovechar el potencial de la blockchain para la acción climática y reducir la huella ambiental de los NFT, no obstante, aún se encuentra en desarrollo.
Por su parte NFTb, una plataforma de tokens no fungibles desarrollada sobre la Binance Smart Chain, propone una nueva versión de su plataforma enfocada en apoyar causas sociales y brindar a los artistas una opción sustentable y con un impacto menor a la hora de comercializar sus obras en formato NFT.
“Hemos descubierto que muchos artistas que no están familiarizados con los NFT están extremadamente preocupados por los impactos ambientales de sus actividades. Hemos creado una plataforma para ayudar a los artistas a garantizar que la producción de su trabajo sea ambientalmente sostenible y pueda apoyar las causas sociales que les importan”, mencionó Sia Mohajer, ejecutiva de NFTb.
La plataforma aún se encuentra en desarrollo, pero por el momento más de 120 artistas se encuentran interesados en formar parte y buscar soluciones sustentables para la realización de su trabajo.
Con el apogeo de las criptomonedas y los NFT, muchos más artistas y organizaciones buscan lograr soluciones asequibles y que la huella ambiental sea mínima. Protestas en redes, investigaciones complejas y centros de desarrollo son la primera línea para lograr un desarrollo sustentable del nuevo cripto arte.