AMLO tras el “tesoro oculto” de México

El gobierno de López Obrador se ha distinguido por un conservadurismo fiscal notable, rechazando la posibilidad de aumentar el gasto deficitario para amortiguar el impacto económico de la pandemia. Sin apoyos o rescates, más de un millón de empresas ha cerrado, arrojando también a millones a desempleo y pobreza.

Se busca dinero como sea, cancelando programas, fideicomisos o recortando aguinaldos, así como buscando aumentar la recaudación presionando a empresas por medio del SAT. Porque sí se gasta, pero en los proyectos prioritarios del Presidente, destacadamente Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía, aparte de canalizar una cantidad ingente de recursos a ese agujero negro denominado Pemex.

El nuevo Conde de Montecristo

Para un hombre que busca allegarse recursos hasta haciendo rifas, la súbita aparición del “tesoro oculto” de México debe ser lo más cercano a un milagro. Nada menos que un depósito que asciende, se dice, a 822 billones (12 ceros) de pesos, cifra equivalente a 34 veces el PIB de 2019, o al Presupuesto de Egresos de la Federación de 2021, solo que 135 veces.

Un dinero que según esto administra un “Fondo Mixto Privado de Patrimonio Autónomo” y que tiene como “Representante Común y Agente Liquidador” a Mauricio Montejo Lucero, quien lleva hablando de esa riqueza desde hace tiempo y anunciando que una parte, unos 22-24 billones, ya pueden gastarse (el capital no puede tocarse, pero sí los cuantiosos intereses)

Montejo Lucero lleva años diciendo que ha buscado entrevistarse con funcionarios de alto nivel, de las administraciones Peña Nieto y López Obrador, para iniciar el masivo traspaso de recursos. ¿En qué se pueden gastar? En cuatro rubros: educación, salud, alimentación y economía. ¿Beneficiando a quiénes? Empezando por los pueblos indígenas, pero siguiendo con absolutamente todos los mexicanos.

Políticas públicas

Sin el IFT, ¿realmente el gobierno promovería la competencia en telecom?

Como el tesoro que la familia Spada enterró en la isla de Montecristo, tras larguísimo tiempo este ha sido redescubierto y anunciado por el líder de la tribu de los pápagos. Como Edmundo Dantés, Mauricio Montejo es el heredero del secreto de cómo llegar a esas riquezas enterradas, no bajo la tierra, sino en las bóvedas de bancos.

Como suele ocurrir con las leyendas, hay diversas versiones del origen de la fortuna. Que si fue un depósito inicial de cinco millones de pesos oro en 1866 o uno de 50 millones oro realizado por Porfirio Díaz para generaciones a un siglo de distancia. Nunca se explica por qué semejante acción de guardar tanto dinero en lugar de invertirlo en ese momento en un país tan necesitado de ello. Y según esto siguieron los depósitos millonarios en la segunda década del siglo XX. Gobiernos en un país desgarrado por una guerra civil mandando cantidades masivas de oro al extranjero.

Escuchar al líder pápago es seguir una historia de ríos de oro fluyendo de México, un conjunto impresionante de fantasías que siguen resonando porque hay quienes se obstinan en creer que algo puede haber de cierto en tal cantidad de patrañas, y a ellos se agregó en días recientes el Presidente de México.

AMLO ordena a Hacienda que “se apliquen”

Cuestionado al respecto, la respuesta de López Obrador en reciente mañanera fue la de investigar al respecto:

“Bueno, hemos escuchado esa versión ya en otras ocasiones, pero no tenemos evidencias, no hay pruebas de que esto sea real… Desde luego no cerramos ningún expediente que tenga que ver con estos hechos, con la posibilidad de que haya dinero en el extranjero que sea de México, eso no prescribe. Si se investiga, si se tienen elementos, si hay pruebas, si es real, pues entonces el gobierno actuaria para demanda la devolución de esa riqueza en beneficio del pueblo de México. Pero no hay ahora mayor información sobre eso.

Yo he pedido al secretario de Hacienda que se apliquen haciendo esta indagatoria y hasta ahora no ha habido nada. Qué bien que lo estás exponiendo o se está ventilando de nuevo para que el secretario de Hacienda, que seguramente nos está escuchando, va a saber, nos informe qué hay. Y que un día esté aquí y explique sobre estas cuentas, si son reales, si existen, no existen, que dé una explicación.”

Quizá AMLO tenga la esperanza que algo se encuentre, aunque sea unos cientos de miles de millones inesperados y que alimenten el presupuesto federal. Imposible hacerle el feo a la cantidad que sea cuando se ha mostrado dispuesto a extorsionar funcionarios (amenazando con correrlos) con tal de quedarse con parte de su aguinaldo, ya no se hable de ahorrar dejando a niños sin quimioterapias o intercambiando la cara vacuna de Pfizer por la rusa o china.

El chasco que viene

Lo prudente es que AMLO se vaya preparando para una decepción. Mauricio Montejo lo único que sabe producir son evasivas y pretextos. El dinero se encuentra en… quién sabe, pero ha mencionado al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Pagos Internacionales, Bank of America o un “Banco de Londres”.

Que ya ordenó un traspaso por unos billones de pesos, pero, caray, Banco Santander está obstaculizando el movimiento. No, que tiene los registros el Banco de México y que Hacienda ya recibió miles de millones por concepto de ISR, pero no se puede reflejar en los registros correspondientes. En otros momentos lo que alega es que funcionarios del gobierno de Peña Nieto se trataron de robar el dinero en 2017 haciéndose pasar por su persona en las oficinas de HSBC en Suiza y en Londres. Que ya habló con funcionarios del gobierno obradorista (menciona a Alfonso Romo), pero o no lo creen o teme que también se quieran quedar con algo del dinero.

Años de esa clase de cuentos que quizá están por llegar a su fin porque solo hay una certeza dada toda la evidencia disponible y el amasijo de mentiras comprobables: que el mentado “tesoro oculto” de México solo existe en la fecunda imaginación del líder pápago y en la mente de todos aquellos que le creen. Entre los esperanzados de poder tener acceso a ese espejismo hoy se encuentra el inquilino de Palacio Nacional.