Infelizmente subdesarrollados

La caída de México en el ordenamiento mundial de la felicidad y el desarrollo muestra que otras naciones con adversidades similares protegieron mejor la satisfacción de sus ciudadanos con la vida y sus oportunidades para disfrutarla.
21 Septiembre, 2022

La fuerte caída de la felicidad y del nivel de desarrollo en México constatan el fracaso relativo del país en la preservación de sus niveles de bienestar. Así lo muestran los más recientes datos sobre felicidad en el mundo y el recién publicado Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas 2021/2022.

El Reporte sobre Felicidad en el Mundo 2022 identifica como felicidad el nivel de satisfacción de las personas con sus vidas, la cual es registrada en una escala de cero a diez de acuerdo a lo declarado por los encuestados. Entre el trienio 2016-2018 y el 2019-2021 México redujo su nivel de felicidad de 6.6 a 6.1 puntos, lo que representa una caída de 8%, algo no visto para el país desde que se publica esta información.

La caída en los niveles de felicidad en México significó que este perdiera 23 lugares en el ordenamiento mundial de países, pasando del lugar 23 al 46. Entre las naciones que rebasaron a México se encuentran algunas con mayor tasa de contagios por COVID-19 (Italia), mayor prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas (Brasil), o menor PIB per cápita (Guatemala).

El principal elemento que explica los bajos niveles de felicidad es el PIB per cápita. Entre 2016 y 2018, cerca del 17% de la felicidad en México era atribuíble a este factor económico, cifra que aumentó a 25% para el periodo 2019-2021. En el lapso mencionado el PIB per cápita se redujo alrededor de 9%. Esta situación muestra que aunque el PIB per cápita no es sinónimo de felicidad no resulta razonable disociarlo de ella, y menos en tiempos recientes.

Más importante que las percepciones son las condiciones objetivas del bienestar de las personas. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo mide éstas de acuerdo a los logros en salud, educación e ingreso de los países resumidas en el Indice de Desarrollo Humano. Entre 2020 y 2021, México perdió lo que había avanzado en desarrollo en los últimos diez años, mientras el rezago equivalente en el mundo fue de cinco años.

En el ordenamiento mundial de niveles de desarrollo México perdió ocho lugares de 2019 a 2021. Nuevamente, países con mayor tasa de contagios por COVID-19 (Perú), mayor prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas (Ucrania) o menor ingreso per cápita (República Dominicana) rebasaron en Índice de Desarrollo Humano a nuestro país.

El pobre desempeño nacional en cuanto a desarrollo humano se debe principalmente al deterioro de la salud y la economía de los mexicanos. Durante 2020 y 2021 la esperanza de vida al nacer se redujo en México cuatro años, mientras en el mundo esta reducción fue de poco más de año y medio. De forma similar, el ingreso per cápita nacional se contrajo 6.3% mientras en el mundo crecía 0.6%.

La caída de México en el ordenamiento mundial de la felicidad y el desarrollo muestra que otras naciones con adversidades similares protegieron mejor la satisfacción de sus ciudadanos con la vida y sus oportunidades para disfrutarla. Cabe mencionar que las dificultades para preservar los niveles de bienestar subjetivo y objetivo en México preceden la aparición de la pandemia de COVID-19, de manera que ésta no explica por completo el pobre desempeño del país.

El PIB tiene importantes limitaciones como indicador del bienestar, pero no faltan las críticas al mismo para evadir la falta de resultados económicos. En el caso de México, aún descartando como foco de atención la marcha de la economía, ni la trayectoria de la felicidad del pueblo, ni la de los indicadores con un enfoque humanista del desarrollo dan cuenta de que vamos bien.

 

Rodolfo de la Torre Rodolfo de la Torre Actualmente es Director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Ha sido coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana, y Director de El Trimestre Económico, del Fondo de Cultura Económica (FCE). Fue parte del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México. Es economista por el ITAM, y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford.