Expectativas económicas del sector privado chocan con la visión oficial para 2022 y 2023

Las expectativas de los economistas de la IP sobre inflación y crecimiento para México se han deteriorado fuertemente en los últimos dos meses, cada vez más lejos de las previsiones oficiales.
4 Marzo, 2022 Actualizado el 4 de Marzo, a las 10:59
Los especialistas encuestados creen que las fuertes alzas de precios acompañadas de una baja actividad económica podrían seguir hasta 2023. (Foto: Gobierno de Coatzacoalcos)
Los especialistas encuestados creen que las fuertes alzas de precios acompañadas de una baja actividad económica podrían seguir hasta 2023. (Foto: Gobierno de Coatzacoalcos)
Arena Pública

Ni convergencia inflacionaria, ni crecimiento de 4% en 2022 prevén los analistas del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico).

La más reciente edición de la encuesta de expectativas del banco central arrojó un incremento de 0.36 puntos porcentuales para la inflación esperada en 2022, esto es -por mucho- la mayor revisión al alza para la inflación en este año, desde que inició el actual ciclo inflacionario. Así, en lo que va del año las expectativas de inflación para 2022 han crecido en poco más de medio punto porcentual.

Tampoco la expectativa de crecimiento económico se salvó, pues fue revisada una vez más a la baja hacia 2.0%, dos décimas menos que en la encuesta de enero. Si bien, esta última expectativa se encuentra más cercana al reciente pronóstico del Banxico, publicado en su Informe Trimestral octubre-diciembre 2021, de 2.4%; para el caso de la inflación existe una considerable diferencia entre pronósticos.

El hecho es que en los dos meses transcurridos del año, los pronósticos de los economistas del sector privado en estas dos variables clave de la economía se han deteriorado, abriendo una brecha con lo esperado por los organismos del sector público que han sido mas cautelosos en incorporar a sus previsiones las consecuencias de los coletazos de la crisis sanitaria, de las disrupciones en las cadenas de suministro e incluso de la reciente invasión de Rusia a Ucrania.

El banco central mantiene la proyección que publicó en su comunicado de política monetaria del 10 de febrero, en el que anticipó que la inflación alcanzará la convergencia con el objetivo de inflación con un nivel de 3.1% en el tercer trimestre de 2023.

Sin embargo, las expectativas de los analistas del sector privado se han deteriorado una vez más para 2023, año en el que tampoco esperan se alcance la convergencia, pues según la media de encuestados el año cerrará con una inflación de 3.83%, 0.73 puntos porcentuales por encima de la estimación de Banxico.

En el caso de la inflación, la revisión al alza del sector privado concordó con los sucesos registrados durante la última semana de febrero, incluído el inicio de la invasión rusa en Ucrania. La mayoría de los mercados bursátiles y analistas económicos reaccionaron negativamente al suceso, anticipando mayores presiones inflacionarias mundiales, especialmente en el caso de los energéticos como el petróleo que ya ha superado los 116 dólares por barril, su mayor nivel desde 2014. 

A diferencia de ellos, la gobernadora del banco central comentó durante la presentación del Informe Trimestral que aún es prematuro hablar de los efectos que la guerra desatada por Rusia podría tener sobre la inflación.

Sin embargo, la brecha para los pronósticos inflacionarios, entre el instituto monetario del país y los analistas de la IP, lleva varios meses ampliándose gradualmente, lo que para algún miembro de la Junta de Gobierno ha generado preocupación, al ser interpretado como una clara señal del desanclaje de expectativas.

“La presencia de una posible inercia inflacionaria puede propiciar un desanclaje de las expectativas. Esto podría ocurrir si la inflación se sitúa sistemáticamente por encima de los pronósticos y estos tienden a ajustarse al alza, como ha ocurrido previamente” advirtió uno de los miembros de la Junta según refiere la última minuta.

Expectativas pesimistas también a largo plazo

En el caso del crecimiento económico, la brecha luce mucho mayor (2% vs 4.3%) debido a que el pronóstico oficial del gobierno (SHCP) tiene casi medio año de haber sido publicado sin una actualización, a pesar del sustancial cambio en las expectativas de los economistas de la IP a raíz de las cifras del tercer y cuarto trimestres que muestran un estancamiento de la economía.

El presidente López Obrador ha insistido en sus conferencias matutinas sobre su pronóstico de crecimiento de 5% para éste y los dos próximos años de su gobierno; una previsión totalmente descartada por los economistas privados y también por altos funcionarios de su gabinete. Recientemente, la Secretaría de Economía previó un crecimiento de 2.6% que, sin embargo, luce optimista frente a los pronósticos de los economistas privados.

Ayer Federico Rubli, un ex funcionario del Banco de México y ex asesor de la Junta de Gobierno, escribió en Twitter, "muy optimista la revisión del PIB 2022 de Banxico a 2.4% (rango 1.6-3.2%)", para añadir que su estimación es de 1.9% con un rango de 1.3 a 2.5%, que se inscribe en un rango para la mayor parte de analistas del mercado.

Si bien los pronósticos para el año de los economistas privados, como Rubli,  se han distanciado de los organismos públicos, es en el mediano plazo en el que no existe puntos de convergencia entre ambas visiones.

Las expectativas de los analistas se encuentran en torno a un crecimiento del 2% no solo para los próximos tres años, sino para los 10 siguientes, el peor nivel del pronóstico desde hace un año.