Banxico bajo fuego: Acusaciones desde el Palacio ¿ruido o cambios en ciernes?

En el último mes, López Obrador ha señalado al banco central por su falta de transparencia en el manejo de las reservas y en la entrega de remanentes, además de acusar a su Gobernador; mientras Herrera se perfila para el relevo. ¿Qué hay detrás?
31 Mayo, 2021 Actualizado el 31 de Mayo, a las 21:16
Edificio central del Banco de México (Fotocomposición: Arena Pública)
Edificio central del Banco de México (Fotocomposición: Arena Pública)
Arena Pública

"A mí ni me apunten. Yo estoy bien de Sub...". Con ese mensaje publicado en su cuenta de Twitter el economista Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México (Banxico), respondió al alud de especulaciones sobre si sería el elegido por el presidente López Obrador para asumir la gubernatura del banco central a partir del 1 de enero próximo.

Esa misma mañana del viernes 21 de mayo, el Presidente hizo pública su decisión de no designar por un nuevo periodo de seis años al actual gobernador Alejandro Díaz de León. Un anuncio inédito en México a siete meses de distancia del término del periodo de Díaz de León al frente de Banxico, iniciado en enero de 2017 a raíz de la renuncia de Agustín Carstens para marcharse al Banco Internacional de Pagos (BIS).

El autodescarte público de Esquivel deja a Arturo Herrera, actual secretario de Hacienda, con el camino despejado hacia la gubernatura. Jonathan Heath, un subgobernador también designado por López Obrador, tiene 66 años y está impedido para ser electo de acuerdo a la Ley del Banco de México que establece un máximo de 65 años para ser elegido. Otro candidato mencionado en los corrillos financieros es el economista Rogelio Ramírez de la O, quien vive en Houston y es un consultor de confianza del Presidente aunque no cumple a cabalidad los requisitos que marca la Ley. Sin embargo, no se descarta que Ramírez de la O llegue a la secretaría de Hacienda, si Herrera va a Banxico, con la encomienda de aplicar una reforma fiscal que, presumiblemente, quedaría aprobada en noviembre.

Para algunos observadores, el anuncio adelantado de López Obrador -a unos días de las elecciones intermedias- además de jugar un papel distractor entre los medios y la opinión pública- deja entrever la posibilidad de que López Obrador esté contemplando posibles cambios a la Ley de Banxico, como lo han planteado diversos legisladores de Morena, e incluso un cambio constitucional para modificar el objetivo único del banco central por un mandato dual, si Morena y sus aliados logran la mayoría calificada, tal y como lo ha propuesto públicamente el propio Presidente.

Uno de los saldos inmediatos de la polémica desatada desde las conferencias mañaneras en Palacio Nacional -y de las acusaciones del Presidente al Gobernador- durante las últimas semanas, es dejar ver que Heath y Esquivel -dos miembros de la Junta de Gobierno nombrados por López Obrador- mantienen posturas independientes frente al Presidente en éstos temas cruciales, dando un respiro al ejercio de autonomía en la conducción de la política monetaria del banco central.

Galia Borja, el tercer miembro de la Junta designada por el Presidente a partir de este año y muy cercana al secretario Herrera, ha mantenido silencio en esta polémica. El cuarto miembro -de cinco-, Irene Espinosa, fue nombrada por Peña Nieto a la Junta y designada Tesorera de la Federación por Felipe Calderón.

Así, expertos consultados no ven riesgos inmediatos de pérdida de autonomía en la actual Junta de Gobierno, incluso con la llegada de un gobernador partidario de la "economía moral" -como lo definió López Obrador- a partir del 1 de enero. Las decisiones en la Junta son colegiadas -como lo marca la propia Ley- y el próximo relevo para un miembro de la Junta -Irene Espinosa- se dará el 31 de diciembre de 2024, un mes después de que López Obrador concluya su gobierno.

 

La molestia de AMLO por los recursos

Con 51 años, Díaz de León es el gobernador más joven que ha encabezado el banco central mexicano. Recientemente recibió reconocimientos como banquero central del año por parte de publicaciones especializadas y fue felicitado y respaldado públicamente por dos de los miembros de la Junta de Gobierno designados por López Obrador. La posibilidad de su reelección para un nuevo periodo estaba latente, como ocurrió con otros miembros de la Junta en periodos anteriores. Pero López Obrador cortó de tajo esa expectativa y lo hizo con palabras acusatorias para el actual gobernador. 

"Ya concluye el periodo del gobernador y se tiene que llevar a cabo el cambio, no puede seguir él (Díaz de León). ...no estoy de acuerdo con muchos técnicos del gobierno pasado y del periodo neoliberal porque causaron mucho daño al país. El que está ahora de gobernador del Banco de México fue el que aprobó el crédito para la planta de fertilizantes en 2015, unas plantas de fertilizantes que se adquirieron a precios elevadísimos, ...a ver, ¿cómo se justifica eso?", acusó López Obrador en su conferencia con periodistas el lunes 24 pasado. La acusación no es nueva, ya Díaz de León se había encargado de desmentirla en agosto del año pasado.

 

El anuncio del Presidente sobre el Gobernador llegó un mes después de que el Banco de México informó que no entregará al gobierno federal recursos excedentes por el año fiscal 2020, cuestión que fue duramente criticada por López Obrador, después de que en diversas ocasiones había presumido que el banco central entregaría al gobierno remanentes de operación del año pasado. Incluso el 16 de abril de 2020 se reunió personalmente con el Gobernador en Palacio Nacional para abordar el asunto en momentos en que el peso se había depreciado fuertemente frente al dólar estadounidense y se asomaban enormes ganancias cambiarias en las cuentas de Banxico. 

En aquella ocasión, López Obrador lució cordial y respetuoso con Díaz de León. Escribió en su cuenta de Twitter: "Conversé con Alejandro Díaz de León Carrillo, gobernador del Banco de México, reiteré mi respeto absoluto a la autonomía de esta institución. Fue un encuentro cordial". Sin embargo el comunicado del Banco de México cortaba alas a la presunción presidencial: "Se destacó la importancia de observar el procedimiento y los tiempos en materia de remanentes de operación del Banco de México previstos en su propia Ley", dijo Banxico en aquella ocasión.

Ante la arremetida desde Palacio Nacional, el miércoles 26 de mayo dos subgobernadores salieron vía Twitter en defensa del anuncio de Banxico. Jonathan Heath recordó su mensaje ante el Senado para ser ratificado como subgobernador, en el que defiende la independencia del Banco de México en la práctica y el manejo de las reservas internacionales. En otro tuit, Heath reiteró que el remanente de operación es una determinación contable y legal más que una “decisión" de la Junta de Gobierno, en alusión a los reclamos presidenciales.

Esa misma tarde, el subgobernador Gerardo Esquivel -académico de larga trayectoria- escribió un amplio "hilo" de mensajes en Twitter explicando cómo se originan los remanentes de operación del banco central para concluir que "la ausencia de un remanente ...es, en el fondo, un buen resultado para el país" en la medida en que éstos se dan cuando la economía ha sufrido choques negativos en el pasado. Un mensaje también dirigido a los inquilinos de Palacio Nacional.

 

¿Cambios legales?

La insistencia del Presidente por su respeto a la autonomía del banco central ha sido, hasta ahora, suficiente para evitar sobresaltos por este motivo en los mercados financieros locales y globales. De hecho, "los inversionistas no le prestaron mucha atención" al anuncio de López Obrador sobre el cambio del actual gobernador al finalizar su periodo, según dijo Marco Oviedo, economista en jefe para México de Barclays desde Nueva York.

Si bien los capitales financieros de corto plazo han seguido mostrando nerviosismo a lo largo del año, no hubo una reacción significativa del tipo de cambio, ni del mercado accionario por el anuncio, aunque para algunos analistas, como Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá de Bank of América Merrill Lynch, "mete incertidumbre y ruido" a los mercados y al proceso, según declaró a la prensa local

Sin embargo, más allá del cambio de Gobernador, las preocupaciones de los analistas financieros se concentran en la posibilidad y dirección que podrían tomar algunos cambios de ley, o incluso constitucionales, sobre el banco central. "En general no estoy excesivamente consternado por el posible cambio de balance en la Junta de Gobierno o el nombramiento del Gobernador. El incentivo a ubicar a un cercano ha sido una constante histórica por los últimos Presidentes sin importar el color de la camiseta. Una vez conformada la Junta, su objetivo constitucional es claro y son evaluados quincena tras quincena (comportamiento de la inflación)", dice Joel Virgen, analista radicado en Nueva York.

"Me preocupa mas lo que pase afuera, en el Congreso. Estaría mas consternado ante posibles reformas que afecten su autonomía global o parcial en cuanto a sus objetivos, manejo de reservas o monitoreo de mercados", enfatiza Virgen, quien fue economista en jefe para México en BNP Paribas. Una preocupación que comparte Oscar Vera, un experimentado economista, conferencista y asesor radicado en la Ciudad de México.

Al interior del banco central la preocupación por posibles cambios legales que afecten la autonomía del banco central no es ajena. Ya el año pasado el senador Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado y cercano a la operación política de López Obrador, propuso modificar la Ley del Banco de México en relación a la captación de divisas; aunque la iniciativa no prosperó. El propio Heath recordó en Twitter su convicción sobre las bondades de un manejo independiente del banco central y escribió sobre el reconocimiento que goza Banxico por su transparencia como administrador de las reservas internacionales, un filón que ha cuestionado López Obrador recientemente. Este mensaje escrito por Heath, también fue replicado por Esquivel en sus redes sociales.

 

Cambios: Herrera, Ramírez de la O,...

Arturo Herrera aparece en todas las listas de pronósticos sobre el sucesor de Alejandro Díaz de León al frente del banco central. El titular de Hacienda, un economista formado en la Universidad Autónoma Metropolitana y en el Colegio de México, ha mostrado una fuerte lealtad al presidente López Obrador durante los dos años y medio de su gobierno; primero como subsecretario de Hacienda y, principalmente, desde el 18 de julio de 2019 cuando fue designado por el Presidente como Secretario de Hacienda y Crédito Público.

Sus críticos no cuestionan su competencia y experiencia profesional para el cargo que ocupa, aunque lo señalan como una figura débil frente al ímpetu presidencial de López Obrador que, incluso, ha corregido públicamente en varias ocasiones a su secretario de Hacienda. Un rasgo que inquieta.

El nombre de Herrera, como sucesor del actual Gobernador, apareció con mayor fuerza hacia noviembre del año pasado cuando en Palacio Nacional se barajaba la designación presidencial para reemplazar a Javier Guzmán Calafell en la Junta de Gobierno. El secretario de Hacienda impulsó la candidatura de Galia Borja, una ex asesora de Herrera en la Secretaría de Finanzas del Distrito Federal de 2004 a 2006, por lo que la decisión de López Obrador fue vista como un triunfo de Herrera y, también, como su potencial desembarco en el banco central; una ambición no negada por él.

El nombre de Herrera también se asoció directamente con la descripción hecha por López Obrador del sucesor de Díaz de León: "Se va a cumplir con el requisito... Va a ser un economista con dimensión social, muy partidario de la economía moral"; definiciones que han generado todo tipo de reacciones recientes en los medios locales y extranjeros. En la interpretación de Marco Oviedo, el economista que designará el Presidente será "alguien muy cercano a él, que es parte de su equipo y que comulga con su visión de la cuarta transformación", aunque -remata Oviedo- la ley de Banxico es muy clara respecto del perfil y los requisitos para ocupar la posición.

El artículo 39 de la Ley del Banco de México, además de señalar la obligatoriedad de que el candidato no exceda los 65 años de edad y de ser ciudadano mexicano por nacimiento, también establece que debe "gozar de reconocida competencia en materia monetaria, así como haber ocupado, por lo menos durante cinco años, cargos de alto nivel en el sistema financiero mexicano o en las dependencias, organismos o instituciones que ejerzan funciones de autoridad en materia financiera". Sobre esto último la propia ley establece una excepción, aunque -en ese caso- deberá cumplir tres años en el cargo antes de ser designado Gobernador.

Lo anterior descalifica a Rogelio Ramírez de la O para el cargo, toda vez que no ha desempeñado cargos en el sistema financiero del país, además del límite de edad establecido. Ramírez de la O, quien vive en Houston, es un economista egresado de la UNAM y de la Universidad de Cambridge, consultor y amigo cercano del Presidente y quien hubiera sido designado secretario de Hacienda si López Obrador ganaba la elección presidencial en 2006.

Sin embargo, fuentes cercanas a Palacio Nacional ven en Ramírez de la O a un candidato fuerte para ocupar la titularidad de la secretaría de Hacienda en reemplazo de Arturo Herrera y de cara a la segunda mitad del sexenio. Su reto sería aplicar la reforma fiscal que, presumiblemente, dejaría lista Herrera en noviembre, y de poner en marcha programas de atracción de inversiones que fracasaron en los primeros años del gobierno. La llegada de Rogelio Ramírez de la O también implicaría cambios en el sector energético, principalmente en la conducción de Pemex y de CFE. Estas mismas fuentes, que prefieren mantener el anonimato, dijeron que Ramírez de la O estaría dispuesto a asumir el cargo.

En su permanente cuestionamiento a las instituciones del país a las que descalifica por "conservadoras", el presidente López Obrador arreció sobre el Banco de México y su Gobernador a unos días de la elección intermedia, clave para determinar el rumbo político de la segunda mitad de su gobierno. Cualquiera que sea su intención, López Obrador ha puesto el tema del Banco de México en la sensible agenda de los inversionistas y de los mercados en un momento de alta incertidumbre y de definiciones monetarias globales.