Ultraderechista es favorito para gobernar Brasil ¿Advertencia para México?

Jair Bolsonaro, considerado de ultraderecha, es el favorito para convertirse en presidente de Brasil tras las elecciones de finales de octubre.
19 Octubre, 2018 Actualizado el 19 de Octubre, a las 16:30
Jair Bolsonaro (derecha) con Mons. Antonio Augusto Dias Duarte, Obispo Auxiliar de Río de Janeiro.
Jair Bolsonaro (derecha) con Mons. Antonio Augusto Dias Duarte, Obispo Auxiliar de Río de Janeiro.
Arena Pública

Tres cosas tienen en común Brasil y México, las dos economías latinoamericanas más grandes: corrupción, violencia y poco crecimiento económico. 

Aunque en lo político no podrían estar en polos más distintos. Mientras que en México gobernará López Obrador, de ideología izquierdista, Jair Bolsonaro, considerado de extrema derecha es el favorito para convertirse en el nuevo presidente de Brasil tras las elecciones del 28 de octubre. 

Los brasileños se inclinan por el ultraderechista tras década y media de gobiernos de izquierda que no convencieron a la población ¿Será esta una premonición de lo que le espera a México si el gobierno de Obrador no cumple con las expectativas?

 

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Bolsonaro es un político y exmilitar que se hizo popular durante los últimos años en Brasil por posiciones nacionalistas y conservadoras; se ha expresado a favor de la tortura como una práctica legítima y se manifiesta abiertamente contra los derechos de la comunidad LGBT. 

Las frases de Bolsonaro han hecho eco a nivel mundial al expresar sin titubeo pensamientos como: 

 No voy a combatir ni discriminar, pero si veo a dos hombres besándose en la calle, les voy a pegar.

En una entrevista para la Revista National Geographic publicada en su canal de YouTube el 8 de octubre, la actriz y activista defensora de los derechos LGBT, Ellen Page, cuestionó a Bolsonaro sobre sus posiciones contra la comunidad gay e incluso lo acusó de homofóbico, a lo que el aún candidato presidencial respondió: “No voy a mirarla y pensar que creo que es gay, usted es muy linda”.
 

Ellen Page y Jair Bolsonaro

En México, un candidato que se oponga abiertamente a los derechos homosexuales podría tener éxito entre los ciudadanos. Siete de cada 10 mexicanos están contra el matrimonio igualitario y 76% se oponen al derecho de las parejas homosexuales a adoptar un hijo, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas de la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México, publicada en 2017.

Aunado a lo anterior, seis de cada 10 creen que no debería permitirse el aborto, situación que no cambia ni en la CDMX, considerada como ciudad de vanguardia en estos temas. Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el 67% de los capitalinos no aprueban el matrimonio entre personas del mismo sexo. 

Al igual que en México, en Brasil, alrededor del 80% de la población se considera católica, lo que podría explicar el porqué de la aceptación de las personas por este tipo de propuestas consideradas conservadoras; no sería de sorprender el surgimiento de algún político mexicano que con este discurso empiece a ganar adeptos, algo que intentó Mikel Arriola en las elecciones de la CDMX, pero que en última instancia no tuvo éxito. 

 

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La ola violencia es otro de los tópicos que ponen en el tope de las preferencias electorales a un exmilitar. En 2017, se registró en Brasil una cifra récord 63 mil 880 homicidios, dando una tasa de 30.5 por cada 100 mil habitantes. 

Por su parte, en México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía registró 31 mil 174 homicidios en 2017, lo que es igual a una tasa de 24.1 homicidios por cada 100 mil habitantes, colocándose así junto a Brasil, como uno de los países más violentos del mundo. 

Según las últimas cifras del Inegi, ocho de cada 10 mexicanos no se sienten seguro en su ciudad. No es de sorprender que durante las campañas presidenciales mexicanas, en cierto sector de la población la campaña de mutilar a quien cometa delitos era vista con buenos ojos. 

Más aún, de acuerdo con distintas encuestas, la propuesta menos popular de Obrador durante la campaña era la amnistía a criminales, sugiriendo cierto resentimiento de los ciudadanos hacia quien haya cometido un delito. 

La cereza del pastel son las expectativas de la gente, en cifras, los gobiernos de izquierda en Brasil lograron disminuir la pobreza, sin embargo, hubo un crecimiento económico muy pobre, de 2013 -año en que Lula tomó las riendas del país- a 2017, el crecimiento anual del PIB de la nación carioca fue en promedio de 2.4%.

Algo similar podría ocurrir en México bajo las grandes expectativas de cambio en la violencia y economía que tiene la gente depositadas en Obrador. Según Consulta Mitofksy, siete de cada 10 confía que con Obrador la economía mejorará, más aún, el 60% cree que los cambios se verán en el primer año de gobierno. 

Ante las condiciones de incertidumbre en el mercado y los resultados de los principales indicadores económicos a mitad de año, el panorama no luce muy bien para el primer año de gobierno de Obrador, lo que podría generar enojo en quien votó por Obrador y hacer que voten por un personaje totalmente opuesto en las siguientes elecciones. 

 

MÁS INFORMACIÓN: Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas