Trabajadores en plataformas digitales deben gozar de seguridad social: OIT

Se han quintuplicado los trabajadores de plataformas digitales como Uber y Rappi en los últimos 10 años; más de la mitad de ellos ganan menos de dos dólares por hora y en promedio trabajan más de 59 horas a la semana.
24 Febrero, 2021 Actualizado el 24 de Febrero, a las 20:59
Las plataformas con base web se triplicaron, mientras que las plataformas de taxi y reparto se multiplicaron casi por diez, dice la OIT.
Las plataformas con base web se triplicaron, mientras que las plataformas de taxi y reparto se multiplicaron casi por diez, dice la OIT.
Arena Pública

Es necesario reglamentar el trabajo en plataformas digitales para asegurar el acceso de los trabajadores a los derechos laborales esenciales, así lo recomendó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo identificó los principales beneficios y retos que trajo consigo el rápido crecimiento del trabajo digital a través de encuestas a 12 mil trabajadores y entrevistas a representantes de 70 empresas, 16 empresas de plataformas digitales y 14 asociaciones de trabajadores de plataformas de todo el mundo.

Las plataformas han integrado a sectores comúnmente marginados de los mercados laborales como las mujeres, jóvenes y personas con discapacidad, así como han brindado a las empresas la posibilidad de acceder a mano de obra de todo el mundo, reconoció el organismo internacional.

Sin embargo, los trabajadores han planteado inconformidades en torno a la prolongación de las horas de trabajo –más de 59 horas semanales en promedio-, falta de seguridad social e imposibilidad de sindicalización, así como bajas remuneraciones que -en el caso de Estados Unidos- son menores de dos dólares por hora para más de la mitad de los trabajadores.

“Con independencia de su situación contractual, todos los trabajadores tienen que poder ejercer sus derechos laborales fundamentales." Señaló Guy Ryder, el director general de la OIT.

El 19 de febrero, la corte suprema de Reino Unido decretó que la relación laboral de los conductores de Uber con la empresa debe ser reconocida como tal y protegida por la legislación laboral. En otros países de Latinoamérica como Argentina, Brasil y Chile, se han dado resoluciones jurídicas similares para el caso de los repartidores.

Altas comisiones y competencia desleal

Las empresas de plataformas digitales pueden dividirse en las basadas en la web, aquellas dónde se realizan tareas a distancia como en el llamado teletrabajo, y las basadas en la ubicación, como son el caso de las aplicaciones de reparto como Rappi o de transporte como Uber.

Su número total aumentó de 142 en 2010, a más de 777 en 2020, reporta la OIT. Mientras las plataformas con base web se triplicaron, las plataformas de taxi y reparto se multiplicaron casi por diez.

En el caso de las aplicaciones de reparto, las empresas –en su mayoría restaurantes- que las utilizan para realizar envíos a sus clientes expresan inconformidad por las altas comisiones que piden las plataformas.

Hace un mes el gobierno de la CDMX, organizó encuentros entre las organizaciones de restaurantes y representantes de las aplicaciones en los que se acordó una reducción de hasta 50% a las comisiones, que, según los restauranteros, resultaban inviables en un contexto de debilidad económica en el sector debido a la pandemia.

La OIT también destaca que la distribución de los costos y ganancias es desigual a nivel geográfico pues 96% de las inversiones se limitan a Asia, América del Norte y Europa, mientras el 70% de las ganancias se concentran en EU y China. Además, las remuneraciones en los países del sur global son menores que las del norte lo que intensifica y perpetua brechas en la economía digital.

El informe concluye señalando que debido a que las empresas digitales operan en distintos países hace falta la cooperación internacional para lograr que los trabajadores puedan acceder a servicios de seguridad social, a tribunales laborales, negociación colectiva y exigir transparencia en los algoritmos que rigen las aplicaciones conforme a la aplicación o incluso ampliación de las legislaciones vigentes en cada país.

 

 

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