Sedena calcula que AIFA alcance 'punto de equilibrio' en tres años
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) podría llegar a su "punto de equilibrio" financiero en tres años después de que inicie operaciones.
A pregunta expresa sobre cuándo el proyecto aeroportuario lograría sufragar sus gastos de operación con los ingresos, el General Brigadier Retirado Isidoro Pastor Román, director general administrativo del AIFA, señala que "para llegar al punto de equilibrio, nosotros estamos pensando tenerlos después de los primeros tres años de operación". Sin embargo, para recuperar la inversión inicial de la construcción y puesta en marcha inicial de las instalaciones, las perspectivas son más difusas.
Pastor Román dijo que “dentro del programa maestro de desarrollo no se contempla, en estricto sentido, la recuperación de la inversión. Esto se tiene que dar de manera natural en el largo plazo, porque como saben la inversión fue considerable”.
El general explicó que la prioridad del Felipe Ángeles es “ser primero sostenible, lograr el punto de equilibrio en el mediano plazo, para que después los ingresos vayan a las arcas públicas y los sistemas de retiro que el señor presidente ha autorizado para las fuerzas armadas y el personal del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE)”.
El aeropuerto internacional Felipe Ángeles es construído por el ejército mexicano, como alternativa a un proyecto aeroportuario de grandes dimensiones que inició el gobierno federal anterior en la capital del país, una vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió cancelarlo en su primera decisión de gobierno generando una de las mayores polémicas de su administración.
El plan de negocios del AIFA
Aunque las estimaciones para el presupuesto total del aeropuerto han ido reduciéndose con el paso del tiempo, la cifra final aún es considerable. En abril de 2019, presidencia señalaba que el aeropuerto podría costar alrededor de 100,000 millones de pesos (MP). En el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2020 se ajustó el monto total a 95,000 MP y a inicios de septiembre pasado, el mismo presidente dijo que probablemente costaría menos de los casi 85,000 MP que ahora lista la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para la iniciativa.
Además de la considerable inversión inicial, hay fuertes ambiciones para la expansión del AIFA en el mediano plazo. De acuerdo con el general Pastor Román, el programa maestro de desarrollo del aeropuerto contempla tres fases de construcción y remodelación. En los primeros 10 años se espera que las instalaciones con las que se estrenará lleguen a su máxima capacidad, de alrededor de 20 millones de pasajeros.
En las siguientes dos etapas se expandirá esta capacidad a 40 y 80 millones de pasajeros, lo que implica la adición de edificios y la expansión de pistas de aterrizaje para 2052. Para esos proyectos, apunta el director general del AIFA, no solo se tiene la certeza interna que el plan de negocios tendrá la sustentabilidad necesaria para recaudar los recursos necesarios sin requerir una inyección externa de capital. Agrega que se trata de una “obligación normativa”.
El general remarca que la sociedad que controlará el AIFA “se rige por la Ley de Entidades Paraestatales y su reglamento. Y éste establece en su Artículo 31 que las empresas públicas en México deben existir con objetivos económicos y de rentabilidad financiera. Es decir, aquella que no esté cumpliendo con estos puntos, tampoco está cumpliendo con su objeto”.
En este camino hacia la rentabilidad operativa, la junta directiva del AIFA tiene muy claro cuál es el ideal a perseguir. El fin último sería, de acuerdo con el general Isidro Pastor Román, construir en el AIFA un aeropuerto donde puedan dar “servicios de calidad, con una infraestructura de vanguardia y precios por debajo del mercado”.
Específicamente en lo que se refiere a la ejecución, el director general del AIFA señala que la idea es diversificar los ingresos del Felipe Ángeles entre las tres fuentes tradicionales de recursos que tienen los aeropuertos en México (servicios de operación a las aeronaves, servicios de apoyo complementarios y servicios comerciales). En este sentido, destaca que su plan de negocios se diferencia de lo que hace el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
“En el caso del AICM, [la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA)] es el ingreso principal que se tiene. Nosotros nos estamos diversificando entre los tres servicios nuestros ingresos. Y todo estará en función de la demanda de pasajeros en las instalaciones. Tenemos todas las condiciones para que la rentabilidad [del AIFA] genere suficientes ingresos para poder realizar el programa maestro de desarrollo en materia de su expansión”, reafirma.
"Nuestro personal no tiene experiencia en aeropuertos"
Para que el nuevo aeropuerto alcance estas expectativas, hay dos barreras importantes que se deben superar. La primera, la más clara, es convertirse en una instalación atractiva para los pasajeros y aerolíneas. El mismo general Pastor Román reconoce que el mayor reto del AIFA en el futuro inmediato es precisamente llamar la atención de clientes y operadores aéreos.
Fuera de continuar con su estrategia de difusión, comunicación y negociación con agentes del mercado, el director general del AIFA reconoce que el juego con tarifas como la TUA es parte integral de la estrategia de incentivos y competitividad frente a otras instalaciones aeroportuarias.
Pero también sugiere que, tarde o temprano, estos incentivos tendrán que desaparecer como parte del plan de sustentabilidad a largo plazo del aeropuerto. “La TUA que tengo autorizada [por el Consejo de Administración del AIFA] está en 50% menos de lo que cobra actualmente por este concepto el AICM. Y en el promedio del cobro de todos los aeropuertos del sistema mexicano también estamos por abajo. Éste es un esquema inicial. Lo podremos mantener en función de la demanda o las necesidades de los operadores que deseen operar ahí”, apunta.
Agrega que con el paso del tiempo se debe “hacer una revisión de este esquema tarifario. Por norma, lo tenemos que revisar cada año […]. Y quizás las tarifas que estamos ofreciendo para 2022 no sean las mismas para 2023. Tenemos que ser muy prudentes y muy concisos en generar esos ingresos de manera que, en el esquema de las aerolíneas y prestadores de servicios, y la propia administración del AIFA, sea de ganar-ganar”.
El segundo reto es un poco más sutil, pues tiene que ver con la experiencia de los directivos a cargo del AIFA. El general apunta que la empresa que controlará el aeropuerto nació como un comité en mayo de 2019, formado por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Y aunque todos tienen ciertos conocimientos en la gestión de instalaciones aeroportuarias civiles, en aeropuertos, el director general admite que “nuestro personal no tiene experiencia, incluyendo al de la voz, en administración de aeropuertos. Sin embargo, hemos tenido una interacción muy cercana en el sistema aeroportuario mexicano […] y eso nos ha dado la posibilidad en el tiempo de conocer cómo opera y cómo, hasta cierto punto, se administra un aeropuerto”.
En este rubro, ya se han tomado algunas acciones concretas. El general apunta que muchos de los efectivos que estarán al frente de la operación del AIFA ya han empezado a tomar capacitaciones técnicas para poder desempeñar las tareas que deben ejercer cuando la instalación abra el próximo año. Incluso presume un convenio con Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), para así “transmitir la certeza tanto a la autoridad como a las aerolíneas y operadores de servicios que cumplimos con estas capacidades para administrar de manera exitosa este aeropuerto”.