Conclusiones preliminares del FMI sobre México: Lo inmediato, previsible y deseable
El 4 de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó las conclusiones preliminares de su personal técnico al término de su visita -conocida como misión- a México bajo el Artículo IV de su Convenio Constitutivo.
Estas conclusiones preliminares más tarde se traducirán en un reporte que se presentará al directorio ejecutivo para discusión y para la elaboración de recomendaciones.
¿A qué vino el FMI a México?
En el artículo IV del Convenio Constitutivo, antes mencionado, los países miembros se comprometen a colaborar con el Fondo y entre sí para establecer regímenes de cambios ordenados y promover un sistema estable de tipos de cambio. Esto incluye, entre otros, orientar sus políticas económicas y financieras para estimular un crecimiento ordenado y estabilidad de precios.
En este contexto, se permite que el FMI supervise el sistema monetario internacional a fin de asegurar su buen funcionamiento y también a cada uno de los países miembros. Por ello, cada año una misión del Fondo visita cada país para revisar su situación de crecimiento, inflación, estabilidad financiera, entre otros.
Lo inmediato
Las conclusiones que hace el FMI para México este año confirman el mapa de ruta que muchos analistas estamos perfilando para los próximos 2 años: en el corto plazo, la situación seguirá siendo relativamente positiva, en ausencia de algún choque adverso, mientras que, en el mediano plazo, los riesgos se están incrementando.
De hecho, el FMI reconoce que el país está en medio de una expansión generalizada liderada por el consumo privado y la inversión. Por ello, revisó al alza sus pronósticos tanto para 2023 (de 2.6% a 3.2%) como para 2024 (de 1.5% a 2.1%). En este último caso, señala que el efecto de un mayor gasto previsto por el gobierno podría mantener el dinamismo de la actividad económica.
Asimismo, entre las fortalezas del país destacan que el sistema financiero se mantiene resiliente a los choques con niveles de capitalización de la banca por encima de los mínimos requeridos aún bajo situaciones de estrés severo.
Lo previsible
A pesar de esta buena situación coyuntural, el FMI confirma lo que muchos analistas estamos pensando: la próxima administración enfrentará serios retos en materia fiscal, lo que se reflejará en una severa desaceleración de la actividad económica que, inclusive, si añadimos factores de inercia, así como un menor dinamismo a nivel global, podríamos estar hablando de un escenario de recesión.
El FMI califica que la política fiscal que tiene contemplada aplicar el gobierno el año que viene es “innecesariamente procíclica”, lo que quiere decir que, dado que el crecimiento es ya de por sí fuerte, un incremento adicional del gasto de gobierno incentivará aún más la demanda, generando probablemente una reducción más lenta de la inflación. Esto podría poner presión sobre la política monetaria, lo que conllevaría a que Banxico podría tardarse más en bajar la tasa de interés y también a tener niveles de deuda más altos con respecto al PIB.
En este contexto, volver a un camino de finanzas públicas responsables -que tanto nos han servido para mantener la estabilidad y atraer la inversión en el país-, implicará tomar decisiones difíciles en materia de ingresos no petroleros, un trago amargo para cualquier administración y, sobre todo, para los contribuyentes.
El FMI opta por las medidas más obvias, que desde hace décadas las administraciones han decidido ignorar: eliminación de la tasa cero y las exenciones al impuesto al valor agregado; aumento de la base gravable y el incremento al predial. Además, sugiere volver a construir los espacios fiscales para poder implementar políticas anticíclicas en el futuro, ya que, si hoy tuviera lugar un choque como el del Covid o una crisis financiera mundial, el gobierno mexicano tendría muy poco margen de maniobra para reaccionar.
A esto habría que agregar un marco fiscal creíble de mediano plazo, así como el anclaje de las políticas públicas para meter a la deuda en una trayectoria descendente.
Lo deseable
El FMI se une a la visión de que México se encuentra en un lugar privilegiado para recibir las inversiones derivadas del nearshoring por su cercanía y sus vínculos comerciales con Estados Unidos en particular. Sin embargo, como muchos otros analistas entre los que me incluyo, advierte que para poder capitalizar esta oportunidad es necesario abordar los problemas estructurales que tenemos desde hace tiempo y a los que se han añadido algunos en los últimos años.
Las reformas necesarias tienen como objetivo converger hacia nuestros socios comerciales en materia de costo de mano de obra, productividad e integración en las cadenas de suministro, e incluyen promover la participación de las mujeres en la fuerza laboral, mejorar el estado de derecho, mejorar la infraestructura pública e incrementar las fuentes internas de financiamiento.
En el primer caso, se proponen políticas fiscales y laborales específicas para cerrar la brecha de genero como son: (1) garantizar la igualdad de remuneración por trabajo del mismo valor; (2) mejorar las condiciones de licencias por maternidad y paternidad; (3) inversión en atención materna y cuidado infantil; (4) reducir el trabajo no remunerado de cuidados familiares; (5) garantizar los recursos para una pensión pública a las mujeres y (3) reforzar las prácticas de presupuestación con perspectivas de género.
Mejorar la gobernanza y el clima de negocios pasa por reforzar el estado de derecho -una de las reformas más esperadas-, la lucha contra la corrupción, entre otras medidas.
Por lo que respecta a la infraestructura, se propone subsanar las deficiencias críticas en transporte, agua y energía, lo que abonaría a la productividad de las empresas en nuestro país. Finalmente, hay que continuar con los esfuerzos de bancarización e innovación financiera con el fin de promover fuentes domésticas de financiamiento para proyectos.
La conclusión
Los resultados de las consultas del FMI presentan retos importantes para el mediano plazo, algunos de ellos, como las reformas estructurales, han estado en la agenda por muchos años; otros, como la disciplina fiscal, son de esos hábitos que ya habíamos adoptado pero que se decidieron dejar de lado, elevando el costo para los mexicanos en el futuro.
Ahora que están por comenzar las campañas electorales es vital que escuchemos a los candidatos y que les pidamos su visión sobre estos temas que definirán la trayectoria de todos en el mediano plazo.