Falta de jugadores “globalizados”, el cáncer de la selección mexicana de fútbol

La falta de "fogueo" de las promesas mexicanas, quienes prefieren quedarse con los atractivos salarios en México está jugando en contra de los resultados de la selección nacional, opinaron tres economistas.
14 Diciembre, 2022 Actualizado el 14 de Diciembre, a las 11:12
El futbol mexicano se ha quedado internacionalmente por detrás de equipos africanos, asiáticos y sudamericanos (Foto: Pexels)
El futbol mexicano se ha quedado internacionalmente por detrás de equipos africanos, asiáticos y sudamericanos (Foto: Pexels)
Arena Pública

La falta de oportunidades para aumentar la competitividad internacional de los jugadores profesionales estaría condenando a México a nunca pasar de los infames cuartos de final. 

Un vez más la selección mexicana decepcionó al país en un mundial de fútbol y una vez más la afición mexicana encontró un único culpable: el director técnico del equipo, un personaje que si bien juega un papel fundamental, está lejos de representar el origen de los problemas estructurales de la selección mexicana, opinaron diversos analistas económicos quienes decidieron aportar un grano de arena con su propia crítica al fútbol mexicano. 

“Aunque sea fácil culpar al técnico y señalar a mejores jugadores que no llamó o no alineó y criticar el juego ratonero que propuso, el principal problema es la falta de jugadores talentosos” señaló en una reciente columna el economista Luis de la Calle. 

La selección mexicana cuenta con una aparentemente insuperable tendencia a no lograr pasar de los cuartos de final en las copas mundiales de fútbol, algo que otras selecciones sí han logrado a pesar de no ser potencias deportivas, como ha sido el reciente caso de Marruecos que ya ha logrado vencer a Brasil y Portugal, dos superpotencias futbolísticas. 

La falta de talento no se origina en factores de voluntad ni mucho menos étnicos, sino en limitantes estructurales que incluso pasan por el ámbito de la economía internacional, dónde México no logra ser competitivo y poco hace para serlo debido a su baja tasa de renovación de jugadores, siendo uno de los casos más emblemáticos el de Guillermo Ochoa, portero de la selección mexicana que ha competido como portero titular en tres ediciones.

“No es casualidad que México brille más en las selecciones sub-17, sub-20 y hasta olímpica, que en la mayor. La larga espera entre juvenil y profesional no sólo trunca el proceso de formación, sino que, al alargarlo, lleva a muchos a abandonar el fútbol” agregó De la Calle. 

 

Pocos jugadores buenos y los que hay, costosos

La baja cantidad de jugadores que logran profesionalizar su juego -pese a que el fútbol es el deporte más popular del país- lleva no solo a una baja cantidad de jugadores de calidad, sino a una elevación incosteable del precio de los pocos jugadores competitivos, quienes acaban perdiendo oportunidades para su desarrollo profesional en Europa al ser “monopolizados” por los clubes mexicanos. 

“Siendo realistas, las 5 ligas más poderosas de fútbol profesional mundial son las de Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia (orden alfabético) y su constante fogueo en la #UEFA; allí se juega, si no el mejor fútbol del mundo, el que lo rige económica y deportivamente” señaló Julio Santaella, expresidente del Inegi en un tweet. 

Las oportunidades desperdiciadas por la falta de “globalización” son altamente visibles en comparación de la actual sorpresa del mundial, la selección marroquí, quienes cuentan con jugadores que sí han gozado de esta formación como Achraf Hakimi, quien juega como defensa en el Paris Saint-Germain, y a quienes se les suman Hakim Ziyech, delantero en el Chelsea; Yassine Bounou y Youssef En-Nesyri, del Sevilla así como Noussair Mazraoui, del Bayern Munich.

Por el contrario, si bien actualmente hay más de cincuenta representantes mexicanos en equipos del Viejo Continente, solamente 12 de ellos juegan en equipos de primera división, y ninguno de ellos es parte de los mejores clubes de la región.

Si bien, la cercanía geográfica con el viejo continente es una facilidad con la que cuentan los jugadores norteafricanos, así como una menor barrera del idioma en el caso de jugadores francófonos, otros países latinoamericanos como Argentina, también superan en jugadores “fogueados” a México, pues dicho país cuenta con 62 nacionales en Europa de los cuales 16 sí forman parte de los equipos de élite europeos, entre los que destaca el afamado Lionel Messi. 

Sin embargo, en ambos países, un fuerte incentivo para “dar el salto” a Europa, son los salarios poco atractivos de sus equipos locales considerablemente menores a los que pueden lograr en las ligas europeas. 

Pero en el caso mexicano esto es todo lo contrario. Según un estudio realizado por Global Sports Salaries Survey el salario promedio de un jugador de fútbol de primera división es de 400 mil pesos anuales, aunque hay quienes alcanzan salario de hasta entre 4.5 y hasta 5.5 millones de dólares anuales, considerablemente mayor a los 3.5 millones anuales que gana Darío Benedetto, el mejor pagado de la Liga Argentina.

Los sueldos a los que puede aspirar una estrella mexicana también son mayores al de la mayoría de los jugadores en Europa. En el caso de la Premier League -la mejor pagada- reciben en promedio 3.4 millones de euros anuales.

Incluso, en el caso de la Liga italiana, donde juega con el Napoli el mexicano Hirving Lozano, el nacional mejor pagado en un equipo europeo, sus 4.5 millones anuales apenas y compiten con los ingresos de las estrellas en los clubes mexicanos, donde además gozan de mayor popularidad y comodidad. 

Si bien las ganancias de jugadores mexicanos siguen siendo muy lejanas de los 10 jugadores mejor pagados de las ligas europeas, quienes ganan entre 10 a 48 millones de dólares anuales, los salarios ofrecidos por en el futbol mexicano son suficientemente altos -incluso sin considerar ingresos adicionales por imagen, publicidad y otros recursos- para que su exportación se vuelva poco atractiva, especialmente cuando para hacer esto los clubes deben ofrecerlos a un precio menor.

Pedirle a un equipo de fútbol, en la actualidad, que sacrifique dinero y venda a su “joya” al fútbol europeo en un precio bajo es muy inocente. Los empresarios se deben a sus socios y accionistas y de manera natural tienen que maximizar el valor de la firma” señaló en una columna el economista del Centro de Investigación y Docencia Económicas, Fausto Hernández. 

 

Para mejorar la selección hay que “internacionalizarla”

Para suplir esta falta de competitividad internacional es necesario que los jugadores mexicanos empiecen a foguearse en Europa, lo que implicaría un “sacrificio” para los dueños de los equipos. 

“Se tendría que invertir en la cantera de cada uno de los equipos, lo que podría en el corto plazo disminuir la calidad de juego de los equipos, y con ello la calidad de la liga MX [...] No es claro que ello disminuiría la taquilla, ni el monto de los derechos de la TV” recomendó Hernández. 

“Lo que se afectaría es que el precio de los jugadores consolidados se elevaría y solamente los equipos poderosos podrían fondearlos, como Tigres, Rayados y América. Pero al verse forzados los demás equipos a trabajar en su cantera y en visualizar las oportunidades de negocio en el mediano plazo, éstos podrían emparejarse con el tiempo” agregó.

Por su parte, Santaella, señaló que “será más productivo para la Selección Mexicana colocar 30-40 futbolistas mexicanos en esas ligas, que empujar a que 80-100 mexicanos jueguen en la Liga BBVA MX” algo que podría lograrse a partir de la incentivación de escuelas de los CLubes europeos en el país, que además permitiría brindar oportunidades formativas a los jóvenes deportistas. 

Además de mirar hacia Europa, De la Calle señaló que es importante mirar lo que tenemos cerca, como la posibilidad de una mayor integración regional con Estados Unidos y Canadá que permitiría explotar una mucho mayor disponibilidad de recursos financieros y mayor profundidad en el descubrimiento de talento.

“En el caso de futbol y el Mundial de América del Norte, quedan tres años para cambiar de modelo y no sólo aspirar al quinto partido en 2026, sino para ser competitivos hasta el final. Estados Unidos y Canadá lo serán” concluyó el economista.

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