Sean Connery: El hombre que sería Rey

En víspera del día de muertos de este aciago 2020, murió el gran actor escocés Sean Connery. Decir que fue un ícono del cine de espionaje, es de Perogrullo.
James Bond nació con él. Una saga afortunada, un conjunto de clásicos, de culto. El maravilloso personaje diseñado en la literatura por el oficial británico Ian Fleming, tuvo la fortuna de traducirse al cine por un equipo cinematográfico talentoso, y de ser encarnado por un actor de tanto carisma y prestancia, como pocos en la historia del cine.
Pero su legado va más a allá del super agente. Connery tuvo una carrera prolífica, trabajó con algunos de los mejores directores de su tiempo, Sidney Lumet, Edward Dmytryk, John Boorman, Richard Lester, Michael Crichton, Terry Gilliam, entre muchos otros. Y protagonizó películas excelentes. Ésta es mi memoria personal de su cine más granado según mi formación sentimental cinematográfica, una película por década.
MARNIE: AÑOS SESENTA
Voy a confesar que Marnie (1964) es la película que más me gusta de Alfred Hitchcock. Cuando la vi, me preguntaba si no era la mejor. Todavía no resuelvo esa duda. Es evidente que su film más influyente es y será siempre Psycho (1960), y si seguimos la crítica cinematográfica quedaría en segundo lugar Vértigo (1958); pero qué decir de obras maestras indiscutidas como El hombre que sabía demasiado (1934), Con M de Muerte (1954), North by Nortwest (1959), La ventana indiscreta (1954), La soga (1948), Los pájaros (1963), películas realmente importantesi. Y se ha escrito poco o nada sobre sus comedias, pero tengo especial afecto por The Trouble with Harry (1955) o El tercer tiro, deliciosa película de humor negro.
Pero por encima de esta notable filmografía, considero a Marnie una de sus mejores películas, si no la mejor. En mi opinión es el culmen de un gran equipo de trabajo, su paroxismo. Pues fue la última película que nos entregó el maestro del suspenso rodeado de su crew primordial. Una joya del cine psicológico o psicótico, donde la realidad es delicuescente, y nunca tenemos la certeza de nada.
También es su película más perturbadora, en ella Hitchcock lleva el acoso a límites insospechados: un acosador se casa con su acosada por medio de un chantaje y la trata psicológicamente, para que lo ame, pero a ella simplemente le repugnan los hombres. Ella solo puede relacionarse con ellos trasvestida, es decir, superficialmente, como una máscara de sí misma. ¿Hipérbole de la relación de Hitchock con la propia Tippi Hedrenii? ¿El amor puede justificar el acoso obsesivo? ¿Justifica el amor, sitiar a una mujer, hasta dentro de sí misma? La atribulada actriz esta espectacular: es su obra cumbre, y Sean Connery esta al nivel. Una joya de la cinematografía universal.
EL HOMBRE QUE SERÍA REY: AÑOS SETENTA
Voy a confesar que El Hombre que sería Rey (1975) es la película que más me gusta de John Huston. Pero en este caso, sé y reconozco que no es la mejor del gran director del cine clásico norteamericano, que se especializó en las adaptaciones de obras literarias al cine. La obra de Huston es inabarcable. Hace poco volví a ver Moby Dick (1956), ¡Que buena película es!
En lo cinematográfico en su conjunto, en los detalles más mínimos de la vida marinera, si bien Melville lo había logrado en la literatura, Huston es un gran detallista. El ritmo, los efectos visuales que pese a su antigüedad son extraordinarios. Huston debutó con El halcón Maltés (1941), adaptación de la extraordinaria novela del ex detective Dashiell Hammett, e inauguró el 'film noir'. Este género que mueve pasiones, y desde entonces sigue propiciando obras maestras. La novela y la película crearon toda una semántica, que sigue trascendiendo. Y fue su ópera prima. Nos regaló El tesoro de la sierra madre (1948), adaptación de una novela de B. Traven, una parábola siniestra sobre los peligros de la ambición, eternamente referida y homenajeadaiii. Otra que me gusta muchísimo es Fat City (1972). En fin podría referir otras diez o veinte, no solo buenas, sino extraordinariasiv.
Pero El hombre que sería rey es mi favorita. Adapta un relato breve de Rudyard Kipling, el portentoso escritor hindú-británico, sobre un par de tipos francomasones con mucha suerte, magistralmente interpretados por Sean Connery y Michael Caine. Sin nada en el mundo y sin nada que perder, deciden ellos dos solos, lanzarse a una aventura militar en Asia Menor, y terminan conquistando un reino.
Daniel Dravot (Sean Connery) es considerado dios en estas regiones, la reencarnación de Alejandro Magno, al parecer. Y vive como uno, hasta que decide casarse para tener familia. No revelaré el resultado de esta decisión. Es una película sobre la imposibilidad de tenerlo todo, donde uno debe elegir bien lo que quiere del mundo. O quizá es una película sobre los caprichos de la fortuna, sabemos que Rudyard fue apasionado de los temas de juego y apuestas. Como sea, es una película épica de sabor amargo, una tragedia griega moderna, que pone en conflicto al individuo y sus apetencias, frente al estado y al gobierno. O la hubris frente al destino.
EL NOMBRE DE LA ROSA: AÑOS OCHENTA
Los ochenta estuvo difícil, en esta década filma Highlander: el inmortal (1986) pero por la importancia que esta película tiene en mi vida personal, voy a dedicarle un artículo completo. También filmó con Brian de Palma Los intocables (1987), y con Steven Spielberg Indiana Jones: la ultima cruzada (1989), sin embargo, en todas estas películas tiene un papel de carácter. Es decir secundario pero importante. Y son buenos papeles.
Pero es el protagonista de El nombre de la rosa (1986) del cineasta francés Jean-Jacques Annaud, que adapta el 'Best Seller' homónimo de Umberto Eco, novela postmoderna, culteranista y algo pedante, que mezcla el género policiaco con un palimpsesto de referencias de la literatura medieval, teologal, lingüística y filosófica. La adaptación al cine, afortunadamente se deshace de la paja literaria, y la filosofía lingüística y teológica, y se centra en el misterio policíaco.
Película algo intelectual, sin dejar de ser una hermosa pieza de época: Annaud es un buen director, un detallista, con propensión a la fotogenia. Tiene escenas y secuencias, para mí muy queridas: imaginar y poner en pantalla una biblioteca antigua, con tesoros bibliográficos, por ejemplo.
El meollo del asunto es la Poética de Aristóteles, que según la película se halla completa en la hermosa y oculta biblioteca del monasterio, esto quiere decir que esta ficticia Poética, contiene La Comedia, porque la Poética que llegó a nuestros días solo tiene la Tragedia. Se ha pensado por siglos que La Comedia es una obra perdida. Pero estudios filológicos más recientes, indican que esta obra quizá nunca se escribió. Era un proyecto del filósofo Estagira que no consolidó. Pero esta es otra hipótesis, aunque muy probable. Esto no importa, en la ficción de Annaud existe la comedia, pero un monje reaccionario y controlador, Jorge de Burgosv (Feodor Chaliapin Jr.), evita que sea consultada. Al final la película trata sobre el control de la información y la censura, frente a un promotor de la divulgación del conocimiento y su universalidad, William von Baskerville (Sean Connery). ¿Quién gana este duelo entre el oscurantismo y la ilustración?
LA CAZA DEL OCTUBRE ROJO: AÑOS NOVENTA
Adaptación del 'Best Seller' de Tom Clancy, la novela que lo lanzó al estrellato literario, por un director muy querido por quién esto escribe, John McTiernan. Autor de Depredador (1987), Die Hard (1988) y de El último gran héroe (1993) extraordinaria película posmoderna, injustamente defenestrada por el público y la crítica americana, pero aclamada en el resto del mundo.
Estamos en los estertores de la guerra fría, en la antesala de la perestroika y la tripulación soviética de un submarino nuclear, el Octubre Rojo, encabezada por su capitán Marko Ramius (Sean Connery) busca desertar y entregar el submarino y su tecnología a los norteamericanos. Pero obviamente, no será fácil. Desertar de países de la cortina de hierro hacía “la libertad”, fue un tópico del cine americano de los años ochentavi: lo peculiar de esta película es la sofisticación de la tecnología submarina nuclear y la dificultad de una empresa así.
Hay una anécdota sobre el papel de Sean Connery en esta película narrada por el director, en el documental The Films of John McTiernan (2001). Al iniciar el rodaje, en el primer día de filmación, Sean Connery en pleno plató o set de grabación, frente a todo el equipo, llamó al primer asistente de dirección, -la mano derecha en set de McTiernan- y le puso una regañada de antología, al parecer sin causa, o sin causa aparente. Fue un momento incómodo para todo el equipo. Pero cuando inicia la escena y Sean Connery adopta su papel de capitán, todos lo tratan efectivamente como a un capitán: había sido una estrategia de psicología social, no solo para entrar en personaje, sino para que el personaje entrara psicológicamente en los demás. Así apareció en toda su dignidad y potestad el capitán Marko Ramius.
LA LIGA DE LA GENTE EXTRAORDINARIA: AÑOS CERO
El cine de superhéroes, es el Blockbuster del nuevo milenio y no podía irse de este mundo Sean Connery, sin interpretar a uno de los modernos dioses del olimpo. Y lo hace quizá en una de las mejores películas del género, de los años cero. La liga de la gente extraordinaria (2003).
Basada en el notable comic homónimo ideado por el afamado guionista Alan Moore, cuya obra maestra Whatchmen tiene una adaptación mediana al cine por culpa de Zack Snyder; y un lamentable spin-off a modo de serie televisiva.
La historieta fue creada utilizando personajes literarios góticos o victorianos, como el Drácula, el capitán Nemo, el Dr. Jeckyl, el Hombre Invisible, Dorian Gray, con los que forma una especie de liga de la justicia. Sean Connery es el protagonista y líder de esta liga, interpretando al personaje Allan Quatermain, el legendario cazador de Las minas del Rey Salomón, la famosa novela de aventuras de Rider Haggard. Y el superenemigo es ni más ni menos que Moriarty, el némesis de Sherlock Holmes, llamado en la película M (Richard Roxburg).
Dirigida por el especialista en efectos especiales Stephen Norrington, la película es tan sugerente e imaginativa como el comic, respetando los contextos, y la identidad cultural de cada personajevii. Para ser la última película de ficción del maestro escocés, es un retiro notable de las pantalla: como el propio Allan Quatermain al final de la película, si bien no fue físicamente inmortal, lo es a la memoria, a la cultura y a la cinematografía mundial, en una carrera que duró poco más de sesenta años.
ADENDA
La Catrina no pasó de largo el día de muertos, y el 4 de noviembre se llevó también al escritor Luis Zapata Quiroz, quién escribió una de las grandes piezas narrativas mexicanas del siglo XX, “El vampiro de la colonia Roma” (1979). Un proyecto literario extraordinario, casi una transcripción, una fabulación de la realidad, de la entrevista que le hizo al vividor o chichifo Osiris Pérez Castañeda. El libro revela el universo de la homosexualidad masculina en la ciudad de México de los años sesenta y setenta, en una época en la que reinaba la hipocresía y no existía la discusión de las problemáticas de género y organizaciones como las que hoy tiene la comunidad LGTB eran impensables. Constituyó por sí mismo una revolución cultural. Y aunque la literatura es literatura, se ha dicho que es un referente de la literatura gay. En mi opinión es una cumbre de la literatura mexicana en general.
[i] Y hay toda una franja más de películas excepcionales del director británico, que si bien puede discutirse su lugar en la historia del cine, no puede discutirse su calidad, como Los 39 escalones (1935); Sabotaje (1936); Rebecca (1940); Sospecha (1941); La sombra de una duda (1943); Naufragos (1944); y etc. Netflix estrenó un remake de Rebecca (2020) de Ben Wheatley es la copia calca de la versión original, sin la extraordinaria fotografía en blanco y negro. Una imitación ansilar tiene escaso mérito, salvo actualizar una buena trama y divulgar la lectura de una buena novela a nuevas generaciones. En su descargo decir que es una producción bien lograda, los actores hacen buen papel, sobre todo Lily James. Pero uno se pregunta: ¿Por qué
[ii] En 2016, la editorial William Morrow & Company, publicó nuevas memorias de Tippi Hedren, el libro se llama Tippi: A Memoir y en uno de sus capítulos narra el acoso sexual y los maltratos que sufrió la actriz por parte de Alfred Hitchcock durante las filmaciones de Los Pájaros y de Marnie.
[iii] El último homenaje lo realizan los Hermanos Coen en La Balada de Buster Scruggs (2018), en el relato All Gold Canyon, el gambusino es un referente icónico de Walter Huston y su personaje Howard en El tesoro de la Sierra Madre, por cierto papa de John Huston y ganador del Óscar por este papel.
[iv] Es un director que no tiene malas película. Ni una. E incluiría también sus películas de guerra, honestamente yo las conocí hace unos cuatro años gracias a la interesante serie documental que puede verse en Netflix, Five Came Back (2017) de Laurent Bouzereau. Resulta notable su documental sobre el Trastorno de Estrés Post Traumático, en un hospital siquiátrico que atendía a los soldados que volvían de la guerra. Huston también fue un personaje pintoresco, Clint Eastwood le rindió homenaje en una película basada en una funesta anécdota del director mientras filmaba La Reina de África (1951), la película se llama Cazador Blanco, Corazón Negro (1990), el cazador blanco es John Huston, interpretado por Clint Eastwood.
[v] Se supone que este personaje ciego es un homenaje de Humberto Eco a Jorge Luis Borges, pero es un homenaje cínico, o sarcástico, porque este hombre además de ser el asesino es el que desea prohibir la divulgación del conocimiento, el inquisidor. El hecho de que sea español o hispano tiene también esta misma connotación, o comentario sobre el país de la contrarreforma y la inquisición.
[vi] El tópico ha cambiado de contexto a través de los años. Antes de fugarse de la cortina de Hierro, se fugaban de los nazis, como en El gran escape (1963) de John Sturges. John Huston mismo filmó Escape a la victoria (1981) con Sylvester Stallone y Pelé, película futbolera, un deporte poco cinematográfico. La ganadora del Oscar 2013, Argo de Ben Affleck, versa sobre lo mismo, pero traslada el escape de la cortina de hierro al Irán del Ayatola Jomeini en el contexto de la Revolución Iraní. Signo de los tiempos, al caer el régimen comunista y tras los atentados a las Torres Gemelas, se paso del la rusofobia a la islamofobia.
[vii] Es muy posible que este relato, comic y/o película hayan motivado la destacada serie Penny Dreadful de John Logan.
