The Northman y la perennidad del mito

Robert Eggers, retomó la saga islandesa original, y junto a un futuro contendiente al Nobel de Literatura, el poeta islandés Sjón, le dieron una nueva forma, y actualizan el mito o la fábula de Amleth.
28 Abril, 2022
The Northman (El Hombre del Norte) de Universal Pictures
The Northman (El Hombre del Norte) de Universal Pictures
Cinetlán

1. Intro

Hace apenas dos o tres artículos publiqué un extenso ensayo sobre los vasos comunicantes del “Hamlet” de Shakespeare con “El Padrino” de Coppola. Para escribir este ensayo, que tenía algunos años en mi cerebro, no sólo releí “El Padrino” de Mario Puzzo en la pésima edición de bolsillo de Penguin Randon House –era la única a la mano, ¡ya qué!- y releí el “Hamlet” en la erudita traducción de Ángel Luis Pujante, en la excelente co-edición de bolsillo de Espasa/Planeta/Austral.

Y vi la película por enésima vez... lo cuál siempre es un infinito placer. Pues ayer fui al cine y vi tres películas –a ciegas, pues sabía poco o nada de ellas- una de ellas titulada “The Northman”. Y… ¡oh sorpresa! Pues resulta que ¡Hamlet! ¡Otra vez! O, más bien, Amleth o Amloði, según el islándes antiguo.

2. El nuevo Amleth

Robert Eggers, quién se distingue por la reinterpretación, remodelación, renovación, de obras míticas o del folclor, retomó la saga islandesa original, y junto a un futuro contendiente al Nobel de Literatura, el poeta islandés Sjón, le dieron una nueva forma, y actualizan el mito o la fábula de Amleth.

Tenía la premisa de superar la simple trama de venganza, del cine de acción más anodino, pues como Shakespeare entendió que en una historia de venganza, la venganza es lo de menos. En realidad, una buena obra narrativa -aunque sea de venganza- una obra bien pensada y ejecutada, es como una bomba expansiva, como una bomba nuclear, explota en múltiples direcciones y provoca, concita la atención de personas de las más distintas culturas, tiempos e intereses. Habla de lo humano a profundidad y con altura a la vez, de lo peor y lo mejor de cada uno. Se vuelve universal. Y Eggers lo logró.  

Es evidente que se trata de un relato post “Vikings” (2013-2020), en mi opinión una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, en un buen ranking debería ubicarse en el top 5. Las portentosas primera y segunda temporada llevan como premisa contrastar la ritualidad vikinga, con la ritualidad cristiana, siendo siempre muy preeminente la fe y la convicción vikinga en su sistema de creencias, muchísimo más que la tibia y burocratizada fe cristiana (cosa muy improbable en la baja edad media, pero en la serie así funciona).

La fuerza vikinga se muestra tanto como una fuerza militar, racial y física, como una fuerza espiritual, con cierto condimento sobrenatural, enfatizada sobre todo en la medicina tradicional o “brujería” a través del “seidr” o hechicero vikingo (interpretado por John Kavanagh en un papelazo). En otras palabras en Vikings los dioses juegani, aunque no aparecen, sino como tótems o a través de sus sacerdotes.  

Bajo la influencia de la serie, en #TheNorthman, Eggers lleva la ritualidad a límites expresionistas excepcionales, atinadamente, y nos da una visión mucho más cruda, sombría e impactante de la cotidianidad vikinga, donde el elemento sobrenatural da potencia a su fuerza trágicaii.

Aquí el “seidr” más impresionante lo realiza Björk, la sensacional artista islandesaiii, que interpreta a Seeress. Eggers ya se maneja en el lenguaje cinematográfico con virtuosismo, y la cinematografía de todos los aspectos rituales y sobre naturales del drama, es portentosa, emocionante.

La excelencia se puede notar en innumerables detalles de la película, pero voy a señalar uno que a mí me gustó bastante: el manejo de planosiv. Y sobre todo cómo construye sus primero planos, sus Close Ups. Me es difícil explicarlo sin señalar escenas específicas de la película.

Daré una referencia que es muy visible y que quizá recuerde el lector, cuando precisamente una suplicante, cuyo close up parecería estar acotado como en un tablado de marionetas, como una cabeza parlante, dan pie a un tilt down o movimiento de cámara vertical, para ver un plano fastuoso que representan los funerales del hijo de Fjölnir (Claes Bang).

De hecho y aunque resulte un tanto extraño, otro gran estilista del close up es Tarkowsky. Mucho mejor conocido por sus planos abiertos y sobre todo por sus planos largosv, incluidos sus escasos planos secuencia. Cuando Tarkowsky cierra el encuadre para realizar close ups, es porque los rostros que va a exponer son extraordinariamente expresivos, bellos, misteriosos, dramáticos. Son notables los varios de la madre en “El Espejo” (Margarita Térejova, María Vishnyakova) (1975) o ese momento fabuloso en “Nostalgia” (1983) en el que la traductora o interprete Eugenia (Domiziana Giordano) queda bajo la luz del sol entre las ruinas, o los close ups de los empleados del balneario, que siguen al colapso del poeta (Oleg Yankovsky). Son primeros planos portentosos, construidos bajo la influencia renacentista de Leonardo Da Vinci, muy admirado por el director ruso.

De la misma forma creo que los close up de The Northman están muy bien utilizados. A un nivel un tanto simple diría que sirven para enfatizar la rabia y la brutalidad de Amleth (Alexander Skarsgård), así como sus destellos de iluminación, tanto como el sufrimiento y dolor de Olga (Anya Taylor-Joy), el bestialismo ritual del Rey Horvendill (Ethan Hawk) transmutado en un perro salvaje, como el demonismo seráfico de Heimir (Williem Defoe) y, en fin, sumado el primer plano a los notables trabajos actorales la fuerza cinematográfica emana directamente de la pantalla al corazón del espectador, como poderosas flechas. Es difícil no cimbrarse. Este es un mundo brutal, y esta es una película brutal, pero rara vez esta brutalidad conmueve al espectador que la atestigua día con día. Hay arte. 

El maestro Dan Campos, con sus ironías acostumbradas ha señalado una deficiencia de la película para merecer un espacio en los premios de la Academia, y esto es la falta de diversidad cultural, étnica, de género, etc. La nueva cartilla moral de la Academia le impide participar en mejor película. De haber caído este proyecto en manos de Tarantino o de Disney, habríamos visto en el reparto a los primeros vikingos afroamericanos, afroasíaticos y afrolatinos. Samuel L. Jackson como Fjölnir y Amleth interpretado por Will Smith, que da buenos catorrazos.

Con premios o sin ellos este nuevo “Amleth” ya tiene su lugar asegurado en la historia del cine. Así, la antigua fábula de Amleth, el príncipe de los jutos, el príncipe de Dinamarca, sigue, y quizá seguirá, dando pie a obras mayores.

3. La perennidad de Hamlet

Perennidad significa que permanece, que está presente, se utiliza para plantas, flores y bosques. Un bosque perenne, es un bosque que siempre está verde, que no se marchita. Y eso pasa como “Hamlet”, resulta que su “historia”, o su “fábula”vi, es sumamente antigua. Ni siquiera sabemos que tan antigua es. Aparece en las sagas nórdicas medievales, la diégesis transcurre en Jutlandia (hoy Dinamarca), lo que podría llevar nuestra historia a la edad de hierro pre-romana AC, preservada oralmente a lo largo de siglos y generaciones.

En el siglo X, la era de los cantares y los juglares se transformó en un poema épico, hoy perdido, retomado por el danés Saxo Grammatius (1150-1220), los Reinos Vikingos se habían cristianizado y este hombre había estudiado en monasterios europeos, dominaba el latín, y la historia romana, y ejerció el sacerdocio en la Catedral de Rothschild. “Saxo Grammaticus” no es su nombre, es su apodo. “Saxo” significa sajón, y “Grammaticus”, el gramático, su traducción correcta y ortodoxa sería algo así como “el inglés gramático”, en el contexto vikingo debía ser en buena onda algo así como “el inglés letrado” y con jiribilla “el inglés sabiondo”. Traducido al docto mexicano chilango sería el algo así como el “p… intelectual inglés” y con jiribilla el “p… cerebrito inglés”.

Este hombre escribió muchos libros de historia danesa, recogidos tanto de fuentes historiográficas como de la tradición oral, y con ellos las fabulosas sagas entre ellas Amloði. Que indiscutiblemente es una buen historia.

Pero pocos especialistas creen que Shakespeare haya leído a Saxo. La saga de Amloði se difundió en Europa Occidental a través de las “Histoires Tragiques” de François de Belleforest, notable escritor e intelectual francés renacentista. Pero pocos especialistas creen que Shakespeare haya leído al fransúa del BosqueBello o del BelloBosque.

¿Entonces cómo llego al bardo inmortal? Otro dramaturgo isabelino, del cuál no sabemos nada, escribió un libreto basado en el relato del autor francés, de título “Ur Hamlet”vii, libreto perdido por supuesto. Y todos piensan que ésta es la fuente original de Shakespeare, ya que casi todas sus obras son versiones de otras obras dramáticas, de otros libretos. Pero… Shakespeare ya conocía la historia o la fábula con anterioridad o vio la obra en su juventud, ya que su único hijo varón, un cuate, nacido en 1585 llevo por nombre “Hamnet”. Un niño de triste destino. Enfermó de peste bubónica y falleció a los once añosviii.

Pero esta tragedia de vida, y la susodicha, en apariencia obra menor “Ur Hamlet”, hoy pérdida en las costuras del tiempo, impactó la imaginación y la creatividad de Shakespeare, y sobre ella edificó su “Hamlet”, que representa el culmen de su obra dramática, y el culmen de sus puestas en escena en el “Globe Theatre”, al parecer aclamada por la críticaix, muy exitosa del público, representada no solo en el Globe sino en los escenarios más importantes del Reino Unido, pese a sus muy probables cuatro horas de duración, y muy elogiada y querida por su equipo de artistas.

Al grado que la primera edición de la obra de 1603, conocida como Q1, la patrocinaron o los actores o aficionados fanáticos, al parecer manuscrita de memoria –o eso creen los especialistas- una edición de gran valor histórico y estético, pero que solo incluye el 70 por ciento de la obra original, con errores y divergencias. Se cree también que esta edición motivó a la compañía de Shakespeare a editar el libreto original, al parecer el primer libreto, previo a la puesta en escena. Esta edición Q2, apareció un año después, 1604, con una reimpresión en 1605.

Pero la “edición del director” se encuentra en su colección de obras completas, en el infolio F, una edición que al parecer difiere totalmente de las dos anteriores. ¿Por qué? Se cree que Shakespeare ajustó el texto por organicidad de la puesta en escena, lo que podemos llamar economía dramática, es decir son los ajustes normales, entre la escritura original y la idea ya encarnada por actores y materializada en el montaje teatral, iluminación, tramoya, etc. Por ello se considera que el texto canónico es el F. Tres ediciones de la obra en un par de años, a tres años del montaje.

Es evidente que Shakespeare -como Cervantes- tuvo la fortuna de gozar en vida del reconocimiento a su genio artístico. Hoy día, 422 años después, no tenemos duda de que se trata de una obra maestra, uno de los más importantes textos dramáticos de la literatura universal. Desafortunadamente para nosotros, y para el universo, el “Bardo inmortal” resultó bastante mortal, y falleció de un enfermedad fulminante y entonces desconocida –hoy sabemos que murió de un agresivo cáncer- a los 52 años, cuando le sonreía la fortuna en todos los aspectos de la vida.

¿Actualmente existirían los relatos de Amleth, sin Hamlet? Imposible saberlo.

 

[i] Algo parecido sucede en “Game of Thrones” hablé sobre ello en un artículo de Arena Pública. https://www.arenapublica.com/blog-luis-gallardo/la-otra-guerra-de-game-thrones

[ii] Me refiero a “tragedia” en su sentido “helénico”, es decir en cuanto a “género narrativo con antecedentes culturales propios y funciones específicas” Carlos Reis, Ana Cristina M. Lopes;  Diccionario de Narratología, Editor, José Luis Celis, Traducción de Ángel Marcos de Dios, Universidad de Salamanca, Ediciones Colegio de España, Salamanca, 1996. pp. 95. En ese sentido lo que caracteriza a la “tragedia griega” es precisamente la implicación o colaboración de los dioses en la trama, lo que genera circunstancias que someten a los personajes a castigos draconianos o injustos y desproporcionados a las faltas, o incluso a falta de ellas, es decir un inocente predestinado a un castigo cruel y catastrófico, lo que nos llena de “horror” y “compasión” a la vez. O sea la famosa kátharsis aristotélica o catarsis en castellano. De hecho es el fundamento del cine de “terror”. Nota aparte: “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” la novela de Phillip K. Dick, tiene esta forma trágica, siendo fundamental en lo que diferencia a humanos de androides precisamente la vida espiritual y la divinidad. 

[iii] Publiqué un artículo sobre la estatura artística de Bjork con motivo de su exposición y concierto en México en 2017, en la revista digital “Área de no leer”, hoy extinta. Se los comparto en mi blog personal. https://dosvalar.blogspot.com/2022/04/de-como-bjork-se-introdujo-en-mi.html  

[iv] “Plano” es una unidad del espacio cinematográfico, es la relación de magnitud entre el marco o acotación espacial de las líneas límite del encuadre con respecto a la representación de la figura humana, ya sea que se vea completa de pies a cabeza o que presente solo una parte del cuerpo, en la tradición cinematográfica se establece un corte arriba de las rodillas (Plano americano), arriba de la cintura (Plano medio) o a la altura del pecho (Close up), creando así una “escala”, la llamada “escala de planos”. Aunque como dice Bordwell en el análisis cinematográfico tradicional “los medios diegéticos de representación suelen recibir menos atención que el comportamiento del personaje” pp. 197 y entre estos medios diégeticos lo que él o su traductor llaman “encuadre” que en realidad es el “plano”, resulta que “la capacidad de un recurso de encuadre para ser portador de significado centrado en el personaje resulta evidente” David Bordwell, El significado del filme. Paidós, Barcelona, 1995.pp, 199. Los planos en realidad son muy importantes en el lenguaje de la película. Cuando se realizan mecánicamente, adoptan relaciones semánticas convencionales, y pueden pasar desapercibidos en la narrativa, pero cuando están empleados artísticamente o dramáticamente “Los cambios de tamaño que se dan en los diferentes planos no son, por tanto, cambios «motrices», resultado del movimiento del espectador-cámara en relación al objeto, sino cambios dramático-psicológicos que vinculan de distintas maneras al espectador con esos objetos, a través de diferentes formas espaciales” Josep María Catalá. La Puesta en Imágenes. Conceptos de dirección cinematográfica. Paidós Ibérica, Barcelona, 2001. pp. 277.

[v] Es muy común confundir planos largos con planos secuencia, pero son cosas diferentes. Tarkowsky tiene muchos planos largos, pero no tantos planos secuencia.

[vi] “Concepto elaborado por los Formalistas Rusos para referirse al conjunto de acontecimientos comunicados por el texto narrativo, representados en sus relaciones cronológicas y causales (…) La Fábula corresponde al material preliterario que va a ser elaborado y transformado en intriga, estructura compositiva ya específicamente literaria (…) En cierta medida, la fábula equivale al mythos de Aristóteles, una de las nociones más antiguas de la teoría literaria.” Carlos Reis, Op Cit. pp. 95

[vii] “Hay quien cree que lo escribió el propio Shakespeare y que, por tanto, se trataría de una primera versión de su tragedia. Sin embargo, se tiende a atribuirla a Thomas Kyd (1558-1594), autor de La tragedia española (The Spanish Tragedy), obra escrita en 1589 o antes y uno de los mayores éxitos de taquilla del teatro isabelino.” Ángel-Luis Pujante, Introducción a “Hamlet” de William Shakespeare, traducción y edición de Ángel-Luis Pujante; Espasa Libros, Editorial Planeta México, Editorial Austral, Ciudad de México, 2019. pp. 15

[viii] Muy recomendable la novela publicada el año pasado de “Hamnet” de Maggie O’Farrell, quién novela la vida y muerte del hijo de Shakespeare, para crear un gran relato sobre las relaciones familiares, la maternidad, la paternidad y la hermandad.

[ix] “Gabriel Harvey, hombre de letras contemporáneo de Shakespeare, decía que obras como Hamlet son de las que satisfacen a personas de discernimiento (the wiser sort)” Pujante, Idem, pp. 40

Luis F. Gallardo Luis F. Gallardo Nació en la Ciudad de México, en medio de los cohetones que echaban los suavos y zacapoaxtlas para conmemorar la batalla de Puebla, un 5 de mayo de 1975. Pertenece a la generación 1996 del CUEC, donde estudió Cinematografía, también estudio Letras Hispánica en la UNAM. Se especializa en guiones de programas de televisión cultural y educativa, de esos que pasan de madrugada. 18 años de experiencia en docencia, capacitación e investigación cinematográfica. Ha visto un par de películas. Baila salsa.

Archivado en