En defensa de la deuda pública

24 Enero, 2023

Tomo el título de un libro, en mi opinión trascendente, que fue publicado en septiembre de 2021*. Se trata de un trabajo muy ambicioso que ha vivido diferentes momentos. Creo que la motivación el libro fue la política fiscal que se implementó durante la “Gran Recesión” que se vivió de finales de 2007 a 2009 en muchos países del Mundo.

La pandemia por Covid19 obligó a los autores a hacer una pausa y de nuevo valorar los esfuerzos fiscales (endeudamiento) que estaban ocurriendo. Mi hipótesis es que el conflicto de Rusia y Ucrania, con enormes presiones fiscales, ha postergado la discusión del estado de las deudas públicas y ralentizado el impacto del libro.

Con mucha erudición y una amplia bibliografía, se discuten los orígenes de la deuda pública, trazando prácticas de las ciudades estado italianas allá por el siglo XIII (con algunas referencias a las primeras civilizaciones). Desde ahí van los autores haciendo un recuento de su evolución y los desarrollos jurídicos y financieros que iban surgiendo en paralelo. Si bien el libro da para una amplia discusión, quiero resaltar tres aspectos y algunas lecciones para el México actual.

En lo que sigue, por deuda vamos a entender la proporción de la deuda financiera del sector público con respecto al PIB. El libro explica las cuatro formas de reducir esa razón:

-Un superávit primario, es decir ingresos menos gastos públicos sin considerar el pago de intereses de la deuda son positivos, reduciendo el numerador.

-Apreciación de la moneda, si una parte de la deuda pública está denominada en moneda extranjera, se reduciría el numerador.

-Crecimiento de la economía, hace al denominador más grande, por ende la razón deuda a PIB se vuelve más pequeña.

-Inflación, un cambio nominal en PIB también puede ayudar a bajar la deuda, a esto se le conoce algunas veces como monetización.   

Es importante hacer notar, que cada elemento tiene su “espejo” donde la razón deuda PIB aumentaría. También que hay interacciones, por ejemplo, puede ocurrir reducción de la deuda con déficit primario si el crecimiento de la economía o los precios es alto.  El libro documenta muchos casos de movimientos en la deuda tanto en países desarrollados como emergentes.

Segundo, una discusión amplia en nuestro país es “cuándo México se fregó la rodilla”. Hay varios momentos candidatos, uno de los sobresalientes es la crisis de la deuda a principios de los 80’s, con todo el ajuste estructural que implicó.

El libro hace un recuento valioso**. Se discute desde la irresponsabilidad del gobierno mexicano de usar endeudamiento para financiar gasto corriente, pasando a la poca regulación internacional que había (en conjunto con los “Petrodólares” que abundaban) y una ayuda internacional que tardó en llegar. Cuando revisamos las tendencias y lo que ocurrió en otras regiones del Mundo, México y América Latina perdieron una generación, veinte años. Si bien culpar únicamente a la crisis de la deuda sería reduccionista, es difícil negar que tuvo un rol central.

Tercero, el libro defiende a la deuda pública, solo que está pensando en deuda pública “responsable”. Cuando un estado se encuentra en peligro (el caso más radical de las guerras) debe emplear todos los recursos a su alcance. También se defiende el uso de una política fiscal contracíclica que bien utilizada logra paliar dificultades.

Dicho lo anterior, pugna que en “vacas gordas” se reduzca y se restablezca la capacidad de utilización para “vacas flacas”. Lamentablemente la economía política no ayuda a un manejo de las finanzas públicas con visión de largo plazo. También existen una serie de condiciones demográficas y crecimiento que harán más complicado salir de los niveles de endeudamiento actuales. Tampoco la monetización de la deuda, muy socorrida por los países europeos al terminar la Segunda Guerra Mundial es una opción, ya que la realidad de bancos centrales y mercados financieros es diferente.

El tema de la sostenibilidad fiscal y deudas públicas excesivas se ha vuelto tema común en foros internacionales. Hasta dónde existen condiciones para una crisis de pagos a escala global es discutible y polémico. Sin embargo, sí hay un riesgo muy palpable de que ante otra crisis (financiera, sanitaria, geopolítica) los gobiernos tengan poca capacidad de responder dados los niveles de endeudamiento y los espacios fiscales que existen. 

¿Qué lecciones nos deja para México? Nuestro país es reconocido desde hace años por manejo prudente en sus finanzas públicas. Su razón deuda sector público federal a PIB ronda 50%, muy por debajo con respecto a países emergentes similares, no hablemos de los desarrollados. La Secretaría de Hacienda ha logrado una administración de la deuda excelente (plazos, instrumentos diversos, proporción en moneda nacional, etcétera). Hasta ahí vamos bien.

Los problemas empiezan cuando se utilizan otras métricas. Por ejemplo, la recaudación tributaria en México está abajo del 15% PIB, con las cuotas a la seguridad social (presión fiscal) roza el 16%. La deuda pública federal entre la presión fiscal es mayor a 3. Ese factor es más grande que en muchos países, incluso altamente endeudados. Dicho de otra forma, “poca” deuda, y también poca capacidad de pago.

Ahora, con el aumento en las tasas de interés, surgen otros retos. El Presupuestos de Egresos de la Federación para 2023 contempla un servicio de la deuda federal de aproximadamente 3.4% PIB, más del 20% de toda la recaudación tributaria. No es algo menor.

El otro asunto, es que los requerimientos financieros del gobierno federal para 2022 rondaron el 4% de PIB. Ahora, si revisamos los factores que definen la trayectoria de la razón deuda PIB, es probable una reducción a diciembre 2022 con respecto a diciembre 2021. Hubo una apreciación del Peso mexicano, la economía creció alrededor de 3% en 2022 y la inflación fue más alta de los esperado. El problema es que no se vislumbra una reducción de requerimientos financieros en los próximos años y la tripleta apreciación-crecimiento-inflación de magnitud no se repetirá tan fácil***.

México lleva muchos años mostrando un manejo prudente de la deuda pública. La presión a endeudarse está lejos ser exclusiva de nuestro país, se ha vuelto problema global. Por desgracia, si no hay contención / reducción de ésta durante vacas medio gordas, perderemos un gran instrumento de política cuando lleguen vacas flaquísimas. 

 

> Héctor Juan Villarreal Páez es profesor investigador, Líder de la Iniciativa para la Transición Económica y Demográfica (ITED), Tec de Monterrey (@hectorjuanvp)

 


* “In Defense of Public Debt”, Barry Eichengreen, Rui Esteves, Asmaa El-Ganainy, Kris James Mitchener, Oxford University Press (2021).

** En capítulo 9.  

*** Recomiendo ampliamente el informe anual respecto a sostenibilidad fiscal que elabora CIEP, Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. También el simulador fiscal disponible en su página, evalúa los efectos sobre los saldos de la deuda pública federal ante cambios en impuestos y otras políticas.

Héctor Villarreal Héctor Villarreal Profesor investigador, líder de la Iniciativa para la Transición Económica y Demográfica (ITED) en el Tec de Monterrey. Fundador y ex director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Es doctor por la Universidad de Wisconsin en Madison con la especialidad de microeconomía aplicada.